martes, 1 de julio de 2014

LUNES 30 DE JUNIO DE 2014.LECTURAS DE LA EUCARISTÍA


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
LUNES 30 DE JUNIO DE 2014
TIEMPO ORDINARIO A. SEMANA 13
Los primeros Santos Mártires de la Iglesia Romana.



ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 16, 18-19)
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, pastor y guía de todos los fieles, mira con bondad a tu siervo el Papa Francisco, que quisiste que presidiera a la Iglesia como su pastor, y concédele que, con su palabra y ejemplo, sirva a aquellos a quienes preside, para que, junto con el rebaño a él confiado, llegue a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Aplastan a los pobres contra el suelo.

DEL LIBRO DEL PROFETA AMÓS: 2, 6-10. 13-16

Esto dice el Señor: "Por sus innumerables pecados no perdonaré a Israel. Porque venden al inocente por dinero, y al pobre, por un par de sandalias. Aplastan a los pobres contra el suelo y sacan del camino a los humildes. Padre e hijo acuden a la misma mujer, profanando mi santo nombre. Sobre ropas tomadas como prenda se sientan a comer en sus santuarios y se beben las multas de los pobres en el templo de su Dios.
Cuando ustedes llegaron a esta tierra, yo destruí a los amorreos; eran altos como los cedros y fuertes como las encinas; destruí sus frutos por arriba, y por abajo, sus raíces. En cambio, a ustedes yo los saqué de Egipto y los conduje por el desierto durante cuarenta años, para darles en posesión la tierra de los amorreos.
Pues bien, ahora yo los aplastaré contra el suelo, como la carreta tritura las espigas. El más veloz no logrará escapar, al más fuerte de nada le servirá su fuerza, y ni el más valiente salvará su vida. El arquero no resistirá, no se librará el más ágil, el jinete no se salvará, el soldado más fuerte y valiente huirá desnudo aquel día".

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 49
R/. Perdona a tu pueblo, Señor.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú, que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R/.

Cuando ves un ladrón, corres con él, te juntas con los adúlteros; usas tu lengua para el mal, tu boca trama el engaño. R/.

Te pones a insultar a tu hermano y deshonras al hijo de tu madre. Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados. R/.

Quien las gracias me da, ése me honra, y yo salvaré al que cumple mi voluntad. Entiendan bien esto los que olvidan a Dios, no sea que los destroce sin remedio. R/.


ACLAMACIÓN (Cfr. Sal 94, 8)
R/. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.


Sígueme

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 8, 18-22

En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente. En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza". Otro discípulo le dijo: "Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos; y dirige con tu continua protección a la santa Iglesia en unión con nuestro Papa Francisco, a quien constituiste su pastor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 21, 15. 17)
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al participar de este banquete celestial, te suplicamos, Señor, que por la eficacia de este sacramento confirmes a tu Iglesia en la unidad y en la caridad, y que a tu siervo el Papa Francisco, a quien diste el encargo de pastorearla, lo salves y protejas, junto con el rebaño a él confiado. Por Jesucristo, nuestro Señor.




HOMILIA DEL PAPA FRANCISCO
Lunes 30/6/14
HAY MÁS CRISTIANOS PERSEGUIDOS HOY QUE EN LOS PRIMEROS SIGLOS: es lo que dijo Papa Francisco en Santa Marta, quien presidió la misa en el día en que recordamos a los santos Protomártires de la Iglesia Romana, cruelmente asesinados a los pies de la colina del Vaticano por orden de Nerón después del incendio de Roma en el año 64:

La oración al inicio de la Misa recuerda que el Señor ha “fecundado con la sangre de los mártires los primeros brotes de la Iglesia de Roma”. “Se habla del crecimiento de una planta”, afirmó el Papa en la homilía, y esto hace pensar en lo que decía Jesús: “El reino de los cielos es como un hombre que ha arrojado la semilla a la tierra, luego va a su casa y – duerma o esté despierto - la semilla crece, brota, sin que él sepa cómo lo ha hecho”. Esta semilla es la Palabra de Dios que crece y se convierte en el Reino de Dios, se convierte en Iglesia gracias a “la fuerza del Espíritu Santo” y al “testimonio cristiano”.

“Sabemos que no hay crecimiento sin el Espíritu: es Él quien hace la Iglesia, es él el que hace crecer a la Iglesia, es él el que convoca la comunidad de la Iglesia. Pero también requiere el testimonio de los cristianos. Y cuando el testimonio llega al final, cuando las circunstancias históricas nos piden un testimonio fuerte, allí están los mártires, los más grandes testigos. Y aquella Iglesia es regada por la sangre de los mártires. Y esta es la belleza de martirio. Comienza con el testimonio, día tras día, y puede terminar como Jesús, el primer mártir, el primer testigo, el testigo fiel: con la sangre”.

Pero hay una condición para que el testimonio sea verdadero, agregó el Papa – “debe ser sin condiciones”

“Hemos escuchado el Evangelio, el que dice al Señor que lo sigue pero con una condición: ir a despedirse o a enterrar a su padre... el Señor lo detiene: “¡No!”. El testimonio es sin condiciones. Debe ser permanente, debe ser decidido, debe ser con aquel lenguaje que Jesús nos dice, que es tan fuerte: “Que tu sí sea sí, que tu no, no”. Este es el lenguaje del testimonio”.

“Hoy - dijo el Papa - miramos esta Iglesia de Roma que crece, regada por la sangre de los mártires. Pero también es justo - continuó - que pensemos en tantos mártires de hoy, tantos mártires que dan su vida por la fe”. Es cierto que han sido muchos los cristianos perseguidos en la época de Nerón, pero “hoy - señaló - no son menos”:

“Hoy en día hay tantos mártires en la Iglesia, muchos cristianos son perseguidos. Pensemos en el Medio Oriente, los cristianos que deben huir de las persecuciones, los cristianos asesinados por sus perseguidores. También los cristianos expulsados de manera elegante, con guantes blancos: esta también es una persecución. Hoy en día hay más testigos más mártires en la Iglesia que en los primeros siglos. Y en esta misa, recordando a nuestros gloriosos antepasados​​, aquí en Roma, también pensamos en nuestros hermanos y hermanas que viven perseguidos, que sufren y que con su sangre hacen crecer la semilla de tantas pequeñas iglesias que nacen. Oramos por ellos y también por nosotros”.


Fuente: Radio Vaticana.


REFLEXIÓN
MATEO: 8, 18-22:
Dos breves relatos vocacionales, mientras Jesús predica a la muchedumbre. El  escriba (vv.18-20), como el cristiano debe aprender las condiciones del seguimiento  de Cristo, qué entraña el compromiso, conocer el futuro a conlleva ese  seguimiento, en definitiva, ¿quién es la persona a la que entrega la vida?  “El Hijo  del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (v. 20); esta frase y título proviene  de Daniel (Dn. 7,13) y quiere significar el Hijo que ha de venir en su gloria para  juzgar a los hombres, es el ser doliente, el Siervo y finalmente Jesús se auto-aplica  este título mesiánico. El Hijo del Hombre no tiene nada porque su misión es  preparar el nuevo pueblo de Dios, el reino de los santos del Altísimo (cfr. Dn. 7,18),  que tiene que sufrir mucho, morir pero resucitará. La segunda vocación, primero  quiere ir a enterrar a su padre, Jesús le responde: “Sígueme, y  deja que los  muertos entierren a sus muertos” (v. 22). Uno de los deberes más sagrados de los  judíos era enterrar a sus padres, por otra parte, sabemos que Jesús defendió la  recta interpretación del cuarto mandamiento, cuando en la práctica algunos  declaraban korbán sus bienes, es decir, ofrenda al templo, y no ayudaban a sus  padres en la vejez (cfr. Mc.7,10ss). ¿Cómo entender esta sentencia? Sólo desde la  radicalidad evangélica de quien opta por Cristo y el Reino de Dios, es decir, que  todo queda supeditado al sí dado a Dios. Si miramos la vida de Jesús es una  continua aceptación de la voluntad del Padre, es el Santo, por excelencia, el Sumo  sacerdote de la nueva y eterna alianza (cfr. Heb. 2, 17; 4, 14-15; 7, 26ss; Lev. 21,  11; Núm. 6, 6-7). Él vino a vencer a la muerte y al pecado; logró la victoria con su  muerte y resurrección, es la vida del creyente. Entonces, podemos preguntarnos:  ¿Quiénes son los muertos de que habla la sentencia? Todos aquellos que  permanecen en la muerte, en cambio, el creyente ha pasado de la muerte a la vida,  ellos al rechazar a Jesucristo y su salvación, se excluyen de la misma,  se sumergen  en la muerte eterna. Seguir a Jesús es caminar hacia la vida, el discipulado es vida,  porque tiene palabras de vida eterna, más aún ÉL es la vida misma de Dios.  Santa Teresa de Jesús, sabía descubrir vocaciones para la reforma de la Orden  Carmelitana que inició con un nuevo estilo. “En cuanto a lo exterior, ya se ve cuán  apartadas del todo nos quiere el Señor a las que aquí nos ha llamado, para  acercarnos a El más sin estorbos. ¡Oh, hermanas!, entended, por amor de Dios, la  gran merced que el Señor ha hecho a las que trajo aquí, y que cada una lo piense  bien, pues de solas doce quiso Su Majestad que fuerais una. ¡Y cuántas mejores  que yo, sé que vendrían aquí de buena   gana, y me trajo el Señor a mí, habiéndolo  merecido tan mal!” (Camino 8, 2).  
Homiletica org / Padre Julio González Carretti O.C.D )




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