sábado, 12 de julio de 2014

SABADO 12 DE JULIO DE 2014. LECTURAS DE LA EUCARISTIA


LECTURAS DE LA EUCARISTIA
SABADO 12 DE JULIO DE 2014
TIEMPO ORDINARIO A. SEMANA 14
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO

ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces Virgen para siempre.

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios misericordioso, auxilio en nuestra fragilidad, para que, quienes celebramos la conmemoración de la santa Madre de Dios, con la ayuda de su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Soy un hombre de labios impuros, y he visto con mis ojos al Señor de los ejércitos.

DEL LIBRO DEL PROFETA ISAÍAS: 6, 1-8

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor, sentado sobre un trono muy alto y magnífico. La orla de su manto llenaba el templo. Había dos serafines junto a él, con seis alas cada uno: con un par se cubrían el rostro; con otro, se cubrían los pies, y con el otro, volaban. Y se gritaban el uno al otro:
"Santo, santo, santo es el Señor, Dios de los ejércitos; su gloria llena toda la tierra".
Temblaban las puertas al clamor de su voz y el templo se llenaba de humo. Entonces exclamé:
"¡Ay de mí!, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, porque he visto con mis ojos al rey y Señor de los ejércitos".
Después voló hacia mí uno de los serafines. Llevaba en la mano una brasa, que había tomado del altar con unas tenazas. Con la brasa me tocó la boca, diciéndome:
"Mira: Esto ha tocado tus labios. Tu iniquidad ha sido quitada y tus pecados están perdonados".
Escuché entonces la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré? ¿Quién irá de parte mía?" Yo le respondí: "Aquí estoy, Señor, envíame".

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 92
R/. Señor, tú eres nuestro rey.

Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y majestad. R/.

Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono. R/.

Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor, la santidad adorna tu templo. R/.

ACLAMACIÓN (1 P 4, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos ustedes, si los injurian por ser cristianos; porque el Espíritu de Dios descansa en ustedes. R/.


No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 10, 24-33

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "El discípulo no es más que el maestro, ni el criado más que su señor. Le basta al discípulo ser como su maestro y al criado ser como su señor. Si al señor de la casa lo han llamado Satanás, ¡qué no dirán de sus servidores!
No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por la abundancia de tu gracia, en ofrenda permanente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 49)
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que nos has concedido participar de la redención eterna, te rogamos, Señor, que, quienes celebramos la conmemoración de la Madre de tu Hijo, no sólo nos gloriemos de la plenitud de tu gracia, sino que experimentemos también un continuo aumento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.



REFLEXIÓN

Mt. 10, 24-33: El Maestro y el discípulo. Hablar con franqueza.    Mateo nos sigue presentando diversas enseñanzas de Jesús, para la comunidad  eclesial. En un primer apartado, nos presenta el tema de las relaciones del discípulo  con su Maestro (vv.24-25), en un segundo momento se nos pide hablar  francamente sin temor a los hombres (vv. 26-33). Jesús toma la comparación de  discípulo y maestro, esclavo y Señor. No es más el discípulo, que su Maestro, le  basta ser cómo su Maestro, es decir imitarlo (v.24). Los dos, discípulo y esclavo  están en dependencia de otro, reciben enseñanza y encargo de otro, de un superior  que sabe más y es capaz de más. Las relaciones aluden a las relaciones entre Jesús  y los apóstoles, son sus discípulos y siervos: reciben su enseñanza y reciben su  misión. Esta relación permanecerá siempre, ya que constantemente será su  Maestro y Señor, de ahí que el discípulo debe contentarse que le vaya como a su  Maestro, no puede esperar nada más ni nada mejor. Cuanto más quiere ser el  discípulo semejante a su Maestro, tanto mayor deberá ser la comunión con ÉL, y  mejor le servirá.  Es la primera confesión de la fe cristiana: Jesús es el Señor. El  discípulo, como el Maestro, debe hacer de su vida, un servicio al prójimo  responsable, pero consciente de las incomprensiones y persecuciones que pueda  sufrir por Jesús, como ÉL. Si a ÉL lo llamaron Belcebú, lo mismo, harán con su  familia, es decir, sus discípulos puesto que le pertenecen. El Señor de la casa es  Jesús, en su Iglesia, lo que se relaciona con la promesa hecha a Pedro: “Sobre esta  piedra edificaré mi Iglesia” (cfr. Mt.16,18). La casa es la Iglesia edificada sobre la  fe de Pedro y la comunidad congregada por Jesús, sin olvidar que la piedra es  siempre el propio Jesús. En esta casa Jesús, es Kyrios, el Señor que gobierna con  autoridad; se le ha calumniado de tener pacto con Satanás, también los discípulos  sufrirán difamaciones e insultos. En la segunda parte, tenemos una gran  exhortación a vivir la fe sin temor a quienes pueden usar la violencia física para  matarnos. Comienza Jesús enseñando que no hay que tener miedo a predicar el  Evangelio (vv. 26-27), exhorta a la prudencia respecto del enemigo, conocerlo, con  serenidad hacer juicio del peligro, para resistir en forma impertérrita en la  tribulación. Lo oculto será dado a conocer, es decir, el Evangelio que hasta ahora ha  permanecido oculto, como semilla en el surco, por no comprender todavía en su  plenitud los discípulos, pero además porque no ha consumado su obra muriendo y  resucitando. Los inicios de la obra de Jesús son humildes, se revelará  gloriosamente, lo que ahora vive oculto y silencioso, Jesús hace su obra como  profeta, como Siervo de Yahvé, para convertirse en potente esperanza de las  naciones (cfr. Mt.12, 17-21). Mientras ÉL habla a los suyos en la intimidad, los  apóstoles a su tiempo deberán hablar a plena luz. Lo dicho ahora al oído, como  susurro deberá ser pregonado desde los tejados. Tampoco deberán tener miedo  frente a los que matan el cuerpo (v.28), pero nada puede hacer respecto a la  esperanza de la vida eterna que el discípulo posee, su espíritu. La muerte no se  relaciona necesariamente con la perdición eterna en el infierno, la muerte del alma,  pero sólo Dios tiene poder sobre ambas vidas: Dios Padre es el Señor, que ha  confiado su juicio a su Hijo, y en definitiva, puede llamar a la bienaventuranza o  condenar al infierno. Precisamente porque Dios es Padre Omnipotente, muestra su  solicitud con todos sus hijos, su proximidad benevolente, sólo así se reconoce su  poder sobre la vida y la muerte, adquiere sentido su paternidad. Pero no lo hace  con aquellos que le aman y le temen, porque el amor supera el temor, es  considerado uno de los dones del Espíritu Santo, una actitud cristiana (cfr. Hch. 9,  31; Rm. 11, 20; 2 Cor. 7,1; Flp. 2, 12; 1 Pe. 1,17; 2, 17). Esta actitud bien  entendida desde el amor filial, cimiento de progreso en la intimidad divina. Como  seres humanos, constituidos por el aliento divino e hijos de Dios, vivimos la filiación  y el temor nos hace libres, porque se funda en la dependencia del Creador y  reconoce la sublimidad de Dios. En cambio, el temor dirigido al hombre preocupa al  alma y la llena de inseguridad angustiosa, con lo que se puede terminar la fe. El  santo temor de Dios lleva a la confianza y el amor, se siente fortalecido.  El hombre  vale más que muchos pajarillos, lo que viene a significar que como Padre amoroso,  está pendiente de sus hijos (v.29). Quién esté en el tribunal, a causa de la fe en  Jesús, también allí deberá confesarlo. La fe, se viven en todo momento, también en  la aflicción, así quien se acredita así en el tribunal humano, puede estar confiado en  el tribunal divino, porque Jesucristo estará como abogado y defensor ante Dios  Padre. Cristo no asiste a quien le niega en esta vida delante de los hombres (cfr.  Mt.7, 23). Jesús es al mismo tiempo, Señor e Hijo obediente al Padre, quien le ha  transferido el juicio, con lo que queda claro que la vida eterna depende de la actitud  que se adopte con ÉL y sólo con ÉL.     Teresa de Jesús desde niña quiso ser mártir de Jesucristo a mano de los moros del  sur de España, como lo narra en los primeros capítulos de Vida. Al no conseguirlo,  presenta la vida cristiana en general, y la vida religiosa, en particular como un  prolongado martirio. “Torno a decir que está el todo o gran parte en perder cuidado  de nosotros mismos y nuestro regalo; que quien de verdad comienza a servir al  Señor, lo menos que le puede ofrecer es la vida; pues le ha dado su voluntad, ¿qué  teme? Claro está que si es verdadero religioso o verdadero orador, y pretende  gozar regalos de Dios, que no ha de volver las espaldas a desear morir por él y  pasar martirio. Pues ¿ya no sabéis, hermanas, que la vida del buen religioso y que  quiere ser de los allegados amigos de Dios, es un largo martirio? Largo, porque  para compararle a los que de presto los degollaban, puédese llamar largo; mas  toda es corta la vida y algunas cortísimas. Y ¿qué sabemos si seremos de tan corta,  que desde una hora o momento que nos determinemos a servir del todo a Dios se  acabe? Posible sería, que, en fin, todo lo que tiene fin no hay que hacer caso de  ello; y pensando que cada hora es la postrera, ¿quién no la trabajará? Pues  creedme que pensar esto es lo más seguro.” (CV 12,2)

Homiletica org /Padre Julio González Carretti O.C.D 

REFLEXION: AQUÍ ESTOY, MÁNDAME
Is 6, 1-8; Mt 10, 24-33
La conclusión del discurso misionero pretende infundir valor y serenidad al grupo de los discípulos que partirá en misión. No es sencillo abanderar un cambio social que cimbre los cimientos religiosos de una sociedad. Los misioneros galileos no serán acogidos con aplausos, sino con recriminaciones y reproches. La certeza de que eso ocurrirá es que así trataron a su Maestro. Resistir a contracorriente es complejo. Es necesario recordarlo: quien asume la causa del Reino, dispone del auxilio de Dios. En el relato de vocación del profeta Isaías apreciamos algo parecido: el profeta experimenta su incapacidad para comunicar una experiencia sobrecogedora y misteriosa. ¿Cómo hablar de Dios, con la cortedad de lenguaje y con la fragilidad propia del ser humano? Isaías siente que el impulso divino lo potencia desde dentro y se dispone a ser enviado.
(www misal com mx).



Santos
 Nabor y Félix de Mauritania, mártires; Juan Gualberto, abad.

Beatos Luis Martín y Celia Guerin, laicos.



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