miércoles, 16 de julio de 2014

MIERCOLES 16 DE JULIO DE 2014. LECTURAS DE LA EUCARISTIA



MIERCOLES 16 DE JULIO DE 2014
TIEMPO ORDINARIO  A.  SEMANA 15
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Lc 1, 47-48)
Entonces dijo María: mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, la poderosa intercesión de la gloriosa Virgen María, nuestra Señora del Carmen, para que, con la ayuda de su protección, podarnos llegar hasta el monte de la salvación, que es Cristo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

¿Acaso presume el hacha frente al que corta con ella?

DEL LIBRO DEL PROFETA ISAÍAS: 10, 5-7. 13-16

Esto dice el Señor: "¡Ay Asiria, bastón de mi ira, vara que mi furor maneja! Contra una nación impía voy a guiarte, contra un pueblo que experimenta mi cólera voy a mandarte, para que lo saquees y lo despojes y lo pisotees como el lodo de las calles.
Pero Asiria no lo piensa así ni son éstos sus planes; su intención es arrasar y exterminar numerosas naciones, pues dice: 'Con el poder de mi mano lo hice y con mi sabiduría, porque soy inteligente; he borrado las fronteras de los pueblos, he saqueado sus tesoros y, como un gigante, he derribado a sus jefes. Como un nido al alcance de mi mano alcancé la riqueza de los pueblos y como se recogen los huevos abandonados, así cogí yo toda la tierra y no hubo quien aleteara ni abriera el pico ni piara' ".
Pero el Señor dice: "¿Acaso presume el hacha frente al que corta con ella? ¿O la sierra se tiene por más grande que aquel que la maneja? Como si la vara pudiera mover al que la levanta y el bastón pudiera levantar a quien no es de madera. Por eso, el Señor de los ejércitos hará enflaquecer a los bien alimentados y le prenderá fuego a su lujo, como se enciende la leña".

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 93
R/. Escucha, Señor, a tu pueblo.

Señor, los malvados humillan a tu pueblo y oprimen a tu heredad; asesinan a las viudas y a los forasteros y degüellan a los huérfanos. R/.

Y comentan: "El Señor no lo ve, el Dios de Jacob no se entera". Entérense, insensatos; necios, ¿cuándo van ustedes a entender? R/.

El que plantó el oído, ¿no va a oír? El que formó el ojo, ¿no va a ver? El que educa a los pueblos, ¿no va a castigar? El que instruye al hombre, ¿no va a saber? R/.

Jamás rechazará Dios a su pueblo ni dejará a los suyos sin amparo. Hará justicia al justo y dará un porvenir al hombre honrado. R/.

ACLAMACIÓN (Cfr. Mt 11, 25)
R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.


 Escondiste estas cosas a los sabios y las revelaste a la gente sencilla.



DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 11, 25-27

En aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean aceptables, Señor, los dones que tu pueblo te ofrece en la conmemoración de la santísima Virgen María, quien por su virginidad fue grata a tus ojos y por su humildad concibió a tu Hijo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 2, 19)
María guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Hechos partícipes del alimento espiritual, te pedimos, Señor Dios nuestro, que imitando asiduamente a la bienaventurada Virgen María, nos encontremos siempre diligentes para el servicio de la Iglesia y experimentemos el gozo de ser tus servidores. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Mt. 11, 25-27: Has escondido estas cosas a los sabios, y se las has  revelado a la gente sencilla.    Este evangelio nos habla de la filiación divina de Jesucristo, Hijo de Dios, su  relación con su Padre. Esta realidad nos hace pensar que Dios es Padre de Jesús y  nuestro a través de ÉL de todos los creyentes, centro de su predicación a los  hombres. La paternidad divina, define de algún modo la relación de los hombres  con Dios, si la aceptan, pero sobre todo es de Dios a los hombres, porque la  iniciativa es suya. Encontramos una acción de gracias a Dios Padre, por la  revelación que hemos conocido y la hace Jesús a nombre de todos. El contenido de  dicha revelación son los misterios del Reino y termina este pasaje con una  invitación a llevar su yugo. La acción de gracias por haberla ocultado a los sabios y  entendidos de este mundo, es una referencia al rechazo que escribas y fariseos  había hecho de la persona y palabra de Jesús de Nazaret. Ellos eran los sabios de la  Ley, en cambio, los misterios del Reino desbordan los límites de la sabiduría  humana. Sólo aceptan los misterios del Reino los que son conscientes de su  pobreza interior, pequeñez que busca de Dios para llenar ese vacío de la propia  existencia. Características que se pueden encontrar en aquellos que buscan la  verdad, doctos o no, como el ejemplo de Nicodemo (cfr. Jn. 3,1-21). Sólo donde  hay humildad, se despliega el misterio de la paternidad divina, en cambio, donde se  refleja la autosuficiencia religiosa, es imposible conocerlo y mucho menos aceptarlo.  En otro momento de este evangelio, Jesús se define como el  único revelador del  Padre, y esto es fruto del  conocimiento que tiene de ÉL. Conocimiento que el  pueblo judío admitía, como reconocimiento de la elección que Yahvé había hecho de  Israel su pueblo elegido. Sólo su pueblo elegido conocía a Dios; ÉL había entregado  su revelación. La relación de Jesús con su Padre, se justifica desde la intimidad  divina: “Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino  el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie  sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo  quiera revelar” (v. 27; cfr. Jn. 3, 11. 20). Dios se revela a los sencillos y de corazón  humilde; aceptar a Jesucristo, consiste no en ciencia alguna sino en acoger la  revelación gratuita de Dios a los que ama. La fe, es la ciencia de creer en Dios  Padre y en su Hijo, su objeto es la experiencia de vida, de comunión con Dios y el  prójimo y especialmente una vivencia entrañable de la intervención de Jesucristo en  el que tiene fe y lo acepta como Señor. Sólo los humildes conocen a Dios, intuyen  su querer, conocen sus secretos y en este sentido los Santos Doctores de la Iglesia  como Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, son un ejemplo de creyentes de excelencia.   Teresa de Jesús, nos invita a vivir la humildad delante de Dios y de los hombres,  pero sobre todo con nosotros mismos, en el sentido de conocernos lo suficiente  para saber cuánto necesitamos de Dios y de los demás, reconocerlo y obrar de  acuerdo a la voluntad de Jesús que se hizo uno de nosotros por nuestro amor y
 salvación. “No está el amor de Dios en lágrimas…sino en servir con justicia,  fortaleza de ánima y humildad” (Vida 11,13).        
(Homiletica org / Padre Julio Gonzalez Carretti OCD)

REFLEXIÓN:  ENTRE LA HUMILDAD Y LA SOBERBIA
Is 10, 5-7. 13-16; Mt 11,25-27
Las actitudes que se analizan en ambos relatos son a todas luces contrastantes. El rey de Asiria está embriagado por sus continuas victorias militares. Se ha adueñado de todas las regiones del Antiguo Cercano Oriente en una campaña vertiginosa. El éxito se la ha subido a la cabeza y lo ha llenado de soberbia —la hybris de los griegos— convirtiéndolo en un déspota autoritario. Cuando un hombre y en particular un gobernante, no se auto restringe se deshumaniza y lastima a los demás. En contraste, el Evangelio elogia el proceder de las personas humildes que jamás pierden contacto con la realidad. La gente sencilla, sabe distinguir entre lo valioso y lo perecedero. Por esa razón Jesús elogia al Padre, porque los pequeños han sabido reconocer su proyecto de vida y lo han sabido asumir, jugándose un gran riesgo personal. (www milsa com mx)


Santos

Santa María Magdalena Postel, fundadora. Beato Bartolomé los Mártires, obispo. Memoria (Blanco)



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