miércoles, 30 de abril de 2014

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA JUEVES 01 DE MAYO DE 2014


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
JUEVES 01 DE MAYO DE 2014
JUEVES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA
San José Obrero (Memoria libre)

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sal 67, 8-9. 20)
Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo, y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos dejaron caer su lluvia. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llevaste a cabo el sacrificio pascual para que el mundo obtuviera la salvación, escucha las súplicas de tu pueblo, y haz que, intercediendo por nosotros Cristo, nuestro Pontífice, por su humanidad, que comparte con nosotros, nos reconcilie, y por su divinidad, que lo hace igual a ti, nos perdone. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Nosotros somos testigos de todo esto, y también lo es el Espíritu Santo.

DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 5, 27-33

En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles ante el sanedrín, y el sumo sacerdote los reprendió, diciéndoles: "Les hemos prohibido enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre".
Pedro y los otros apóstoles replicaron: "Primero hay que obedecer a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios lo exaltó y lo ha hecho Jefe y Salvador, para dar a Israel la gracia de la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que lo obedecen".
Esta respuesta los exasperó y decidieron matarlos.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 33
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.

Bendeciré al Señor a todas horas; no cesará mi boca de alabarlo. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.

En contra del malvado está el Señor para borrar de la tierra su recuerdo; escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.

El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.

ACLAMACIÓN (Jn 20, 29) R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.


El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 3, 31-36

"El que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu. El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la cólera divina perdura en contra de él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)

Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien: SAN JOSÉ OBRERO

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 127, 1-2)

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, creador de todas las cosas, que has establecido para el género humano el precepto del trabajo, concede, propicio, por el ejemplo y con la protección de san José, que podamos cumplir con las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

ACLAMACIÓN (Sal 67, 20) R/. Aleluya, aleluya.
Bendito sea el Señor día tras día, que nos lleve en sus alas y nos salve. R/.



¿No es éste el hijo del carpintero? 
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 54-58

En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: "¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas'? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?" Y se negaban a creer en Él.
Entonces, Jesús les dijo: "Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa". Y no hizo muchos milagros ahí por la incredulidad de ellos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, fuente de toda misericordia, mira las ofrendas que te presentamos en la conmemoración de san José, y concédenos, propicio, que los dones ofrecidos se conviertan en protección para los que te invocan. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia, para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Col 3, 17)
Todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados, Señor, con el manjar celestial, te suplicamos humildemente que, a ejemplo de san José, llevemos en nuestro corazón las pruebas de tu amor y gocemos siempre del fruto de la paz eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor



PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
 El 01/05/2014.

Queridos hermanos y hermanas: Hoy, primero de mayo, fiesta de san José obrero e inicio del mes dedicado a la Virgen María, deseo reflexionar sobre dos ideas. La primera sobre el trabajo. En el evangelio, Jesús es conocido como «el hijo del carpintero». En el taller de Nazaret, comparte con san José el esfuerzo, el cansancio, los problemas de cada día, así como también la satisfacción. El trabajo forma parte del plan del amor de Dios y otorga dignidad a la persona. No dejo de pensar en las dificultades que tienen no pocos países en el ámbito laboral. Pido a todos que, en la medida de sus responsabilidades, se esfuercen por crear puestos de trabajo y dar esperanza a los trabajadores. San José, que vivió momentos difíciles y puso su confianza en Dios, que no abandona, interceda por todos los trabajadores del mundo.

Deseo referirme también a la actitud de María y José ante Jesús. Ellos acompañan y protegen con ternura el crecimiento del Hijo de Dios, sabiendo conservar y meditar en su corazón todas las cosas. Para escuchar al Señor, es necesario contemplarlo, percibir su presencia, dialogar con Él, sacar tiempo para la oración. En este mes de mayo, recuerdo la importancia y la belleza de la oración del Rosario. Con su recitación, meditamos los momentos centrales de la vida de Jesucristo, tratando de que Él sea el centro de nuestros pensamientos, atenciones y acciones. Pidamos a san José y a la Virgen María que nos enseñen a ser fieles en nuestro trabajo cotidiano y a afrontar con fe las vicisitudes de cada día. Muchas gracias.

Publicado por Radio Vaticana.


Meditación de Benedicto XVI: En la reflexión sobre la vida eterna, es neta la diferencia entre quien cree y quien no cree, o, se podría igualmente decir, entre quien espera y quien no espera. San Pablo escribe a los tesalonicenses: No queremos dejaros en la ignorancia sobre aquellos que murieron, para que no estéis tristes como quienes no tienen esperanza. La fe en la muerte y la resurrección de Jesucristo marca, también en este campo, un antes y un después decisivo. También san Pablo recuerda a los cristianos de Éfeso que, antes de acoger la Buena Noticia, estaban en el mundo sin esperanza y sin Dios. De hecho, la religión de los griegos, los cultos y los mitos paganos, no podían iluminar el misterio de la muerte, tanto que una antigua inscripción decía: ¡Qué pronto recaemos de la nada a la nada!. Si quitamos a Dios, si quitamos a Cristo, el mundo recae en el vacío y en la oscuridad. Y esto encuentra eco también en las expresiones del nihilismo contemporáneo, un nihilismo a menudo inconsciente que contagia lamentablemente a muchos jóvenes. (Benedicto XVI, 6 de noviembre de 2011).

Pistas para la Lectio Divina:
Juan 3, 31-36: Dejarnos iluminar por la Pascua: El Espíritu dado sin medida. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna”
Autor: Padre Fidel Oñoro CJM
Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM  

El texto de hoy nos habla de la validez y de la autoridad que tiene la enseñanza que Jesús le ha dado a Nicodemo.  Se trata por lo tanto de una invitación a la obediencia a las Palabras de Jesús: ¡Cree en el Hijo para que tengas la vida eterna! (3,36).

La autoridad de Jesús para hablar de Dios se fundamenta en tres realidades:

(1) Viene del cielo: “El que viene de arriba está por encima de todos” (3,31).  Jesús procede de la comunión eterna en el seno del Padre y ha venido al mundo para “contarnos” lo que ha vivido en esa amorosa intimidad (ver 1,18).

Por esta razón es un testigo directo de lo que enseña. Él no es como los demás maestros de la tierra que transmiten lo que a su vez han recibido por medios escolares. Por venir del cielo, Jesús “da testimonio de lo que ha visto y oído” (3,32).

(2) Dios lo ha autenticado con la unción del Espíritu Santo: “El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz; porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida” (Juan 3,33-34; ver igualmente 1,33-34).

(3) Dios colocó en su Hijo esta responsabilidad: “El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano” (3,35).

Detrás del amor del Padre al Hijo, está también el amor a la humanidad.

Por lo tanto hay que aceptar el mensaje-testimonio de Jesús. No hay excusas para no hacerlo. La enseñanza de Jesús tiene validez, una validez que –por lo demás- se constata en su eficacia: “El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz” (3,33).

Jesús es la “verdad” encarnada de Dios (término que en Juan traduce el hebreo “emet”, que describe la fidelidad de Dios con su pueblo).

La responsabilidad del hombre es grande: aceptar a Jesús es entrar enseguida en las relaciones con Dios que le llevan a la participación plena de su vida. No hacer esto es auto-juzgarse y excluirse de la vida.
  
Para cultivar la semilla de la Palabra en el corazón:

1. Jesús es revelador. ¿De qué?
2. ¿En qué se basa la autoridad de Jesús?
3. ¿A qué hace referencia la inmensa generosidad de Jesús, quien “da el Espíritu sin medida”?

Reflexión:
Jesús no deja dudas sobre el hecho de que Él ha bajado del cielo y por ello conoce perfectamente todo lo que hay allí. Él conoce bien el deseo que tiene Dios de vivir en el corazón de los hombres y por esto no hace otra cosa que hablar de las cosas de Dios. Los hombres normalmente hablan sólo de las cosas terrenas, porque no saben apreciar las grandezas de las cosas celestes. Pero anuncia la belleza de la promesa: Dios da el espíritu sin medida.

Cuando un cristiano abre su corazón a Dios, no recibe solamente la felicidad que espera, sino mucho más: Él concede la felicidad en esta vida y el premio de la vida futura. ¡Cuánto es generoso el amor de Dios que devuelve a ciento por uno! No guarda para sí sus dones.

Jesús concluye con una cierta tristeza, pensando en aquellos que han cerrado su propio corazón: aquel que no cree en el Hijo no verá la vida. Por esto debemos apreciar la vida de gracia, la presencia de Dios en nuestras almas, dado que no imaginamos cuánto seremos felices cuando abramos completamente las puertas de nuestro corazón a Cristo. La vida eterna, dice Jesús, comienza creyendo en Él, en lo concreto de cada día, no sustituyendo la fe con los trabajos humanos, sino mostrando la fe a través el trabajo. (Catholic . net )

REFLEXION:
QUIEN VIENE DE ARRIBA
Hch 5, 27-33; Jn 3, 31-36
A Pedro y Juan no les impresionaban los signos de autoridad que los sacerdotes judíos se colocaban sobre sus cabezas para agrandar su estatus y su pretendida representación divina ante el pueblo. Sabían que su poder podía ser cuestionado cada vez que se apartaran de la voluntad de Dios. Los apóstoles disciernen como personas maduras e intuyen que la prohibición que les impedía pronunciar el nombre de Jesús era arbitraria y por tanto, cuestionable. Aplicando el criterio del cuarto Evangelio, descubrieron que los dictámenes del Consejo Judío provenían de abajo y no de arriba. Por eso concluyeron que debían obedecer antes a Dios que a los hombres. (www miral com mx).


Santos
 José, obrero; Agustín Shoefler, mártir; Jeremías, profeta

Feria (Blanco)

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA MIERCOLES 30 DE ABRIL DE 2014.

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
MIERCOLES 30 DE ABRIL DE 2014.
MIERCOLES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sal 17, 50; 21, 23)
Te alabaré, Señor, ante las naciones y anunciaré tu nombre a mis hermanos. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Al conmemorar cada año los misterios por los que devolviste a la naturaleza humana su dignidad original y le infundiste la esperanza de la resurrección, te suplicamos, Señor, confiadamente, que en tu clemencia, nos concedas recibir con perpetuo amor lo que conmemoramos llenos de fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo.

DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 5, 17-26

En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido, que eran los saduceos, llenos de ira contra los apóstoles, los mandaron aprehender y los metieron en la cárcel. Pero durante la noche, un ángel del Señor les abrió las puertas, los sacó de ahí y les dijo: "Vayan al templo y pónganse a enseñar al pueblo todo lo referente a esta nueva vida". Para obedecer la orden, se fueron de madrugada al templo y ahí se pusieron a enseñar.
Cuando llegó el sumo sacerdote con los de su partido convocaron al sanedrín, es decir, a todo el senado de los hijos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los presos. Al llegar los guardias a la cárcel, no los hallaron y regresaron a informar: "Encontramos la cárcel bien cerrada y a los centinelas en sus puestos, pero al abrir no encontramos a nadie adentro". Al oír estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los sumos sacerdotes se quedaron sin saber qué pensar; pero en ese momento llegó uno y les dijo: "Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo".
Entonces el jefe de la guardia, con sus hombres, trajo a los apóstoles, pero sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 33
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.

Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.

Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.

Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.

ACLAMACIÓN (Jn 3, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R/.



Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por Él.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 3, 16-21

"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él. El que cree en Él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 15, 16. 19)
Yo los elegí del mundo, dice el Señor, y los destiné para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor-

REFLEXION:
Hech. 5, 17-26. Por medio del Bautismo Dios ha querido unirnos a su Hijo único. En Cristo hemos sido hecho partícipes de la misma vida de Dios, y su Espíritu habita en nosotros como en un templo.
Así podemos decir que la Iglesia continúa la obra salvífica de Jesús en la historia. Participando de la vida y de la Misión de Jesús, su Iglesia no escapa de la persecución y de la muerte. Finalmente el signo de la Cruz de Cristo sigue siendo la máxima prueba de amor que la Iglesia no sólo anuncia, sino vive cada día en favor de todos; y este testimonio no podemos darlo llenos de angustia, sino llenos de alegría por saber que hemos unido nuestra vida a la de Aquel que nos amó y se entregó por nosotros.
Muchos querrán tal vez hacernos enmudecer; sin embargo, estemos donde estemos, aprovechando cualquier oportunidad, hemos de ponernos a enseñar al pueblo todo lo referente a la Nueva Vida, a la Buena Nueva sobre Jesús. Este anuncio valiente, decidido y audaz no procede de nuestro espíritu, muchas veces timorato, sino de la fuerza del Espíritu de Dios en nosotros, que nos hace actuar libres de nuestros temores, y confiados, no en nosotros, sino en Dios.
Ante la fidelidad a la Misión que Dios nos confía no podemos esperar para mañana. Anunciar a Jesucristo y hacer el bien como Él lo ha hecho con nosotros debe despertarnos de nuestro sueño y liberarnos de las cárceles y cadenas de nuestros egoísmos para proclamar a Cristo a tiempo y destiempo, pues nosotros, por voluntad de Dios, para eso hemos nacido y venido al mundo: para dar testimonio de la Verdad con las obras y con las palabras.

Sal. 34 (33). Parece como que nos encontramos ante el Magnificat pronunciado por María. Dios no ha cerrado sus oídos ante el clamor de los pobres. Dios se ha hecho cercano a nosotros al hacer suya nuestra naturaleza humana.
Pero nosotros, tal vez por ese afán de no querernos comprometer con Él ni querer comprometernos con los demás hemos desfigurado la imagen de Cristo y de su Iglesia para que queden muy lejos de nosotros.
A Aquel pobre de Nazaret lo hemos despojado de su servicio, de su cercanía a todos, de su preocupación por los pobres, por los pecadores y por los que sufren; lo hemos despojado de su amor hasta el extremo y lo hemos llenado de coronas y mantos de oro, y lo hemos sentado en un trono ricamente adornado para que se quede tranquilo, y sus palabras y ejemplo ni nos molesten ni nos acicateen para trabajar por su Reino de servicio y de amor fraterno.
A su Iglesia la hemos desfigurado haciéndola semejante a la imagen falsa que de Jesús nos hemos formado. En lugar de servir buscamos ser servidos y brillar para deslumbrar, no para iluminar el camino de nuestro prójimo. Iglesia lejana al hombre, Iglesia lejana a la salvación que se le ha confiado.
El Señor nos pide que seamos un signo creíble de Él de tal forma que Él, por medio de su Iglesia, siga liberándonos de nuestros pecados, de nuestras angustias de nuestros temores. No decepcionemos a quienes buscan al Señor; que por culpa nuestra no se vayan renegando, ni tristes, ni decepcionados; sino que, desde nosotros experimenten qué bueno es el Señor para con todos, pues el Poderoso quiere seguir haciendo obras grandes por medio de su Iglesia. Vivamos a fondo nuestro compromiso de fe con el Señor.

Jn. 3, 16-21. Dios ha cumplido su parte en la nueva y definitiva Alianza con nosotros, comprometiéndose a ser nuestro Padre y nosotros comprometiéndonos a ser sus hijos. Esta aceptación en la fe se ha concretizado en nosotros por medio del Bautismo, y se ha sellado con la Sangre del Hijo de Dios hecho uno de nosotros. Así vemos la Misión del Hijo de Dios como el signo más grande que Dios pudo darnos de su amor, manifestándonos la voluntad que tiene de que todos nos salvemos. Y salvarnos es la vocación que nos ha dado para que estemos con Él eternamente. ¿Para que sólo lo contemplemos eternamente? San Juan nos da la respuesta: Hermanos queridos, ahora somos ya hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que , cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.
Por eso la urgencia de que aceptemos al Espíritu Santo y nos dejemos conducir por Él, ya que sólo con Él, unido a nuestra vida, seremos capaces de entrar en contacto con una Realidad que está muy por encima de lo que nosotros somos. Sin Él estamos rechazando la luz y la salvación. Y quien aborrece la luz y quiere seguir bajo la esclavitud del pecado, y obrando el mal, está indicando su obcecación que le impide ser y vivir como hijo de Dios, como hijo de la Luz.
En la Eucaristía vivimos el momento de la entrega del Hijo de Dios para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Nuestra presencia ante Dios no puede ser parte de una costumbre, ni de una tradición, ni del huir, ni del querer desembarazarnos por un momento de los problemas familiares, laborales o sociales y estar, siquiera por un momento, en un remanso de paz.
La Eucaristía no es un huir de nuestras responsabilidades. Tal vez en lugar de encontrar la paz salgamos más inquietos porque habremos descubierto, bajo la luz de Cristo, que hay mucho trabajo por delante para darle un nuevo rumbo a nuestra vida personal, familiar o social; y que todo esto está reclamando no sólo nuestras oraciones, sino también nuestro trabajo a favor del Reino.
La razón de encontrarnos con el Señor es el querer dejar nuestras obras malas, y volver a caminar no sólo en la luz, sino haciendo realidad aquella encomienda del Señor: Ustedes son la luz del mundo; brillen vuestras obras de tal forma ante los hombres, que viéndolas, glorifiquen a su Padre que está en los cielos.
En la Eucaristía reforzamos nuestra comunión con Cristo y retomamos, con mayor generosidad, el compromiso de obrar el bien conforme a la verdad; y ese obrar el bien es pasar haciendo el bien a todos los que nos rodean.
Finalmente, seremos un signo de la Pascua de Cristo que levanta a los decaídos, conforta a los abatidos, socorre a los necesitados y devuelve la paz a los que la habían perdido.
Roguémosle a nuestro Dios y Padre que nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la gracia de que en verdad, como ella, seamos portadores de Cristo, Luz que alumbra a todas las naciones, y que nos conduce a la Paz, siguiendo las huellas de amor y entrega en favor de todos que nos ha dejado el Redentor. Amén. (Reflexión de Homiliacatolica)

REFLEXION:
JUZGAR O SALVAR
Hch 5, 17-26; Jn 3,16-21
La venida del Señor Jesús tiene dos dimensiones inseparables. Juzgar y salvar se complementan. El Maestro juzga el orden mundano existente en Israel como contrario al querer divino: es un orden opresor porque arrincona a los pecadores, a los pobres y enfermos en la condición de gente desesperada, a la que han introyectado la creencia de que su desamparo es producto del rechazo divino, cuando en realidad las causas que causan esas situaciones inhumanas las producen los humanos. Ese sistema de muerte está condenado y justamente de ése y de las raíces egoístas que lo producen, nos salva Jesús. Ese mismo sistema pretendía silenciar a los apóstoles, impidiéndoles proclamar la fuerza salvadora del nombre del Señor Jesús. ( www misal com mx).

Santos
 Pío V, Papa; José Benito Cottolengo, fundador;
José Tuán de Tonkin, mártir.

Feria (Blanco)

martes, 29 de abril de 2014

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA MARTES 29 DE ABRIL DE 2014.

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
MARTES 29 DE ABRIL DE 2014.
MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA
Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste arder en amor divino a santa Catalina de Siena, al contemplar la pasión de tu Hijo y al servir a tu Iglesia, concede, por su intercesión, que tu pueblo, asociado al misterio de Cristo, se alegre siempre en la manifestación de su gloria. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Tenían un solo corazón y una sola alma.

DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 4, 32-37

La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía. Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles, y luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
José, levita nacido en Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa hábil para exhortar), tenía un campo; lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 92
R/. El Señor es un rey magnífico. Aleluya.

Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y majestad. Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono. R/.

Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor, la santidad adorna tu templo. R/.

ACLAMACIÓN (Cfr. Jn 3, 15) R/. Aleluya, aleluya.
El Hijo del hombre debe ser levantado en la cruz, para que los que creen en Él tengan vida eterna. R/.

Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 3, 7-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "No te extrañes de que te haya dicho: 'Tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu". Nicodemo le preguntó entonces: "¿Cómo puede ser esto?"
Jesús le respondió: "Tú eres maestro de Israel, ¿y no sabes esto? Yo te asegu.ro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, este sacrificio de salvación que te ofrecemos en la conmemoración de santa Catalina, para que, instruidos por sus enseñanzas, podamos darte gracias con mayor fervor a ti, único Dios verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. 1 Jn 1, 7)
Si caminamos en la luz, como Dios es luz, estamos unidos unos con otros, y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos purifica de todo pecado.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, la vida eterna a quienes has alimentado en esta mesa celestial, la cual sostuvo la vida temporal de santa Catalina. Por Jesucristo, nuestro Señor.


REFLEXIÓN: EL RENACIMIENTO AUTÉNTICO
Hch 4, 32-37; Jn 3,7-15
Nicodemo es un maestro renombrado en Israel. Su saber parece incuestionable. Al encontrarse con Jesús siente que sus esquemas se resquebrajan. No atina a comprender la modalidad del nuevo nacimiento, se aferra al sentido literal de las palabras. El poder creador de Dios que nos regaló la vida, podrá acrecentarnos de nuevo, renovándonos internamente y configurándonos con Jesús su Hijo, verdadero hombre nuevo. Cuando existe la disposición de vivir como "humanidad nueva" se tiene la disponibilidad de reordenar nuestra convivencia social y nuestra vida comunitaria. La comunión de fe se traduce en una red de iniciativas de solidaridad encaminadas a desterrar la carencia y las necesidades dentro de la comunidad. Bernabé será recordado como el animador congruente de esa dinámica de comunión y participación. (www misal com mx)

Santos
Catalina de Siena, Doctora de la Iglesia;
Antonio Kim de Seúl, mártir; Hugo "el Grande" de Cluny, abad.
Memoria (Blanco)


lunes, 28 de abril de 2014

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA LUNES 28 DE ABRIL DE 2014


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
LUNES 28 DE ABRIL DE 2014

ANTÍFONA DE ENTRADA (Rm 6, 9)
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya no tiene dominio sobre él. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Dios todopoderoso, que, renovados por los auxilios pascuales que nos han librado de la herencia del pecado, adquiramos la belleza del Creador celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Se pusieron a orar y quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaron la palabra de Dios con valentía.

DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 4, 23-31

En aquellos días, tan pronto como Pedro y Juan quedaron en libertad, volvieron a donde estaban sus compañeros y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al oír esto, todos juntos clamaron a Dios, diciendo: "Señor, tú has creado el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contiene; por medio del Espíritu Santo y por boca de tu siervo David, nuestro padre, dijiste: ¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevaron los reyes de la tierra y los príncipes se aliaron contra el Señor y contra su Mesías. Esto fue lo que sucedió, cuando en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los paganos y el pueblo de Israel, contra tu santo siervo Jesús, tu ungido, para que así se cumpliera lo que tu poder y tu providencia habían determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos anunciar tu palabra con toda valentía. Extiende tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios en el nombre de tu santo siervo, Jesús". Al terminar la oración tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo y comenzaron a anunciar la palabra de Dios con valentía.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 2
R/. Dichosos los que esperan en el Señor. Aleluya.

¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevan los reyes de la tierra y los príncipes se alían contra el Señor y contra su Mesías, diciendo: "Rompamos sus cadenas, sacudamos sus ataduras". R/.

El que vive en el cielo sonríe; desde lo alto, el Señor se ríe de ellos. Después les habla con ira y los espanta con su cólera: "Yo mismo lo he constituido como rey en Sión, mi monte santo". R/.

Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: "Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy. Te daré en herencia las naciones y como propiedad toda la tierra. Podrás gobernarlas con cetro de hierro, y despedazarlas como jarros". R/.

ACLAMACIÓN (Col 3, 1) R/. Aleluya, aleluya.
Puesto que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. R/.



El que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 3, 1-8

Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús y le dijo:
"Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces, si Dios no está con él".
Jesús le contestó: "Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios". Nicodemo le preguntó: "¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?"
Le respondió Jesús: "Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: `Tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta, y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también disfrutar de la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 20, 19)
Jesús se presentó en medio de sus discípulos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

REFLEXIÓN: PLENA VALENTÍA
Hch 4 23-31; Jn 3,1-8
Los apóstoles recién salidos del Consejo de Israel se reintegran a la comunidad madre de Jerusalén. No se victimizan, no se desmoronan ante las amenazas. Ellos saben que así habían tratado al Señor Jesús y que el Padre lo había reivindicado de la muerte. La fidelidad ejemplar del crucificado los alentaba a perseverar; sin embargo, conocían su fragilidad y por eso pedían que el Señor los llenara de valentía. La valentía y la libertad interior son necesarias no solamente para resistir a la violencia, también hacen falta para vivir el proceso de renovación interior de que nos habla el cuarto Evangelio. Nicodemo no tiene el ánimo ni la apertura de espíritu para revisar a fondo su mentalidad arraigada. No es tarea de héroes, sino de creyentes: el agua y el Espíritu renuevan misteriosa y eficazmente nuestro corazón. (www misal com mx ).



Santos
  Luis María Grignon de Montfort, fundador;
Pedro Luis María Chanel, protomártir Marista; Juana Beretta Mola, laica. Feria (Blanco)