LECTURAS
DE LA EUCARISTIA
MARTES
8 DE JULIO DE 2014
TIEMPO
ORDINARIO A. SEMANA 14
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Est 4, 17)
En
tu voluntad, Señor, está puesto el universo, y no hay quien pueda resistirse a
ella. Tú hiciste todo, el cielo y la tierra, y todo lo que está bajo el
firmamento; tú eres Señor del universo.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, que en la superabundancia de tu amor sobrepasas los
méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu
misericordia para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos
concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Siembran vientos y
cosecharán tempestades.
DEL LIBRO DEL PROFETA OSEAS:
8, 4-7. 11-13
Esto
dice el Señor: "Han nombrado reyes sin contar conmigo, han escogido
príncipes sin saberlo yo. Con su oro y su plata se han hecho ídolos, para su
perdición. Tu becerro, Samaria, es repulsivo y mi ira arde contra él. ¿Hasta
cuándo serán incapaces de purificarse los hijos de Israel? Un artesano ha hecho
ese becerro, que no es Dios, por eso quedará hecho trizas.
Siembran
vientos y cosecharán tempestades; su trigo no dará espigas, no producirá harina
su grano, y si la produce, los extranjeros se la comerán.
Efraín
ha construido multitud de altares, y sólo le han servido para pecar. Aunque yo
les escribiera todas mis leyes, las ignorarían como si fueran de un extraño.
Aunque inmolen víctimas en mi honor y coman su carne, no me dan gusto, pues
tengo presentes sus culpas y castigaré sus pecados. Por eso volverán a la
esclavitud".
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL: Del
salmo 113
R/.
Nosotros confiamos en el Señor.
Nuestro
Dios está en el cielo y Él ha hecho todo lo que quiso. En cambio, los ídolos de
los paganos son oro y plata, son dioses hechos por artesanos. R/.
Tienen
boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven; tienen orejas, pero no oyen;
tienen nariz, pero no huelen. R/.
Tienen
manos, pero no tocan; tienen pies, pero no andan. Que sean como ellos quienes
los hacen y cuantos confían en ellos. R/.
Los
hijos de Israel confían en el Señor: Él es su auxilio y su escudo; los hijos de
Aarón confían en el Señor: Él es su auxilio y su escudo. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 10, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Yo
soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a
mí. R/.
La
cosecha es mucha y los trabajadores, pocos.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 9, 32-38
En
aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el
demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud, maravillada,
decía: "Nunca se había visto nada semejante en Israel". Pero los
fariseos decían: "Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los
demonios".
Jesús
recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas,
predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver
a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y
desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La
cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de
la mies que envíe trabajadores a sus campos".
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta,
Señor, el sacrificio que tú mismo nos mandaste ofrecer, y, por estos sagrados
misterios, que celebramos en cumplimiento de nuestro servicio, dígnate llevar a
cabo en nosotros la santificación que proviene de tu redención. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Cfr. 1 Co 10, 17)
El
pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo,
porque todos participamos de un mismo pan y de un mismo cáliz.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios
omnipotente, saciados con este alimento y bebida celestiales, concédenos ser
transformados en aquel a quien hemos recibido en este sacramento. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
REFLEXIÓN
•
El evangelio de hoy presenta tres hechos: (a) la curación de un endemoniado
mudo (Mt 9,32-34) y (b) un resumen de las actividades de Jesús (Mt 9,35-38).
Estos dos episodios enmarcan la parte narrativa de los capítulos 8 y 9 del
evangelio de Mateo, en la que el evangelista trata de mostrar cómo Jesús
practicaba las enseñanzas dadas en el Sermón de la Montaña (Mt 5 a 7). En el
capítulo 10, cuya meditación empieza en el evangelio de mañana, veremos el
segundo gran discurso de Jesús: el Sermón de la Misión (Mt 10,1-42).
•
Mateo 9,32-33a: La curación de un mudo. En un único versículo, Mateo nos dice
que un endemoniado mudo fue presentado ante Jesús, y que Jesús expulsa el
demonio y el mudo empieza de nuevo a hablar. Lo que impresiona en la actitud de
Jesús, aquí y en todos los cuatro evangelios, es el cuidado y el cariño con las
personas enfermas. Las enfermedades eran muchas,
y
no existía la seguridad social. Las enfermedades no eran sólo corporales:
mudez, parálisis, lepra, ceguera y muchos otros males.
En
el fondo, estos males eran apenas una manifestación de un mal mucho más amplio
y más profundo que arruinaba la salud de la gente, a saber, el abandono total y
el estado deprimente y no humano en que se veía obligada a vivir. Las
actividades y las curaciones de Jesús se dirigían no sólo contra las
deficiencias corporales, sino también y sobre todo contra ese mal mayor del
abandono
material y espiritual en que la gente se veía obligada a pasar los pocos años
de su vida. Pues, además de la explotación económica que robaba la mitad de los
ingresos familiares, la religión oficial de la época, en vez de ayudar a la
gente a encontrar en Dios la fuerza y a tener esperanza, enseñaba que las
enfermedades eran un castigo de Dios por el pecado. Aumentaba
en
la gente el sentimiento de exclusión y de condena. Jesús hacía lo contrario. La
acogida llena de ternura y la curación de los enfermos formaban parte del
esfuerzo más amplio para rehacer la
relación
humana entre las personas y reestablecer la convivencia comunitaria en los
poblados y en las aldeas de su tierra, Galilea.
•
Mateo 9,33b-34: La doble interpretación de la curación del mudo. Ante la
curación del endemoniado mudo, la reacción de la gente es de admiración y de
gratitud: “¡Nunca se vio cosa
semejante
en Israel!” La reacción de los fariseos es de desconfianza y de malicia: “Por
el príncipe de los demonios expulsa a los demonios” No pudiendo negar los
hechos que producen la admiración de la gente, la única manera que los fariseos
tienen para neutralizar la influencia de Jesús ante la gente es atribuir la
expulsión al poder del maligno. Marcos trae una larga argumentación de Jesús
para poner de manifiesto la malicia y la falta de coherencia de la
interpretación de los fariseos (Mc 3,22-27). Mateo no trae ninguna respuesta de
Jesús a la interpretación de los fariseos, pues cuando la malicia es evidente,
la verdad brilla por si misma.
•
Mateo 9,35: Incansable, Jesús recurre los poblados. Es bonita la descripción de
la actividad incansable de Jesús, en la que se manifiesta la doble preocupación
a la que aludimos: la acogida
llena
de ternura y la curación de los enfermos: “Jesús recorría todas las ciudades y
poblados enseñando en las sinagogas, propagando la Buena Nueva del Reino, y
curando todo tipo de
dolencia
y enfermedad”. En los capítulos anteriores, Mateo había aludido ya a esta
actividad ambulante de Jesús por los poblados de Galilea (Mt 4,23-24; 8,16).
•
Mateo 9,36: La compasión de Jesús. “Y al ver la muchedumbre, sintió compasión
por ella porque estaban vejados y abatidos, como ovejas sin pastor”. Los que
debían ser los pastores no eran pastores, no cuidaban del rebaño. Jesús trata
de ser el pastor (Jn 10,11-14). Mateo ve aquí la realización de la profecía del
Siervo de Yahvé “Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras
dolencias” (Mt 8,17 e Is 53,4). Al igual que Jesús, la gran preocupación del
Siervo era “encontrar una palabra de consuelo para quien estaba desanimado” (Is
50,4). La misma compasión para con el pueblo abandonado, Jesús la mostró en
ocasión de la multiplicación de los panes: son como ovejas sin pastor (Mt
15,32). El evangelio de Mateo tiene una preocupación constante en revelar a los
judíos convertidos de las comunidades de Galilea
y
de Siria que Jesús es el Mesías anunciado por los profetas. Por esto,
frecuentemente, muestra cómo en las actividades de Jesús se realizan las
profecías (cf. Mt 1,23; 2,5.15.17.23; 3,3; 4,14-16;
etc.).
•
Mateo 9,37-38: La mies es mucha y los obreros son pocos. Jesús transmite a los
discípulos la preocupación y la compasión que lo animan por dentro: "La
mies es mucha y los obreros son pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que
envíe obreros a su mies.”
REFLEXIÓN:
LAS RELACIONES IDOLÁTRICAS
Os
8,4-7. 11-13; Mt 9,32-38
El
profeta Oseas fue un crítico constante de la idolatría en Israel. Lo mismo
denunció a quienes ponían toda su confianza en príncipes y reyes como si fueran
dioses todopoderosos, que a quienes confiaban ciegamente en la eficacia del
culto a los astros como medio para conseguir abundantes cosechas, que en las
víctimas sacrificadas en los altares a fin de allegarse la complicidad del
Señor. En el Evangelio, los fariseos pretenden desacreditar las curaciones que
Jesús realiza, recurren a una lógica extraña, acusándolo de ser aliado de
Satanás. Razonamiento obtuso, porque Jesús no actúa como promotor de la
alienación sino como agente de libertad, que llama a las personas a decidirse
voluntariamente por los valores del Reino de Dios. ( www misal com mx).
Santos
Adriano III, Papa; Edgardo de Inglaterra, rey.; Gregorio
Grassi y compañeros, mártires. Feria (Verde)
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