sábado, 12 de julio de 2014

DOMINO 13 DE JULIO DE 2014. LECTURAS DE LA EUCARISTIA


LECTURAS DE LA EUCARISTIA
DOMINO 13 DE JULIO DE 2014
TIEMPO ORDINARIO A. SEMANA 15

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sal 16, 15)
Por serte fiel, yo contemplaré tu rostro, Señor, y al despertar, espero saciarme de gloria.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a cuantos se profesan como cristianos rechazar lo que sea contrario al nombre que llevan y cumplir lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

La lluvia hará germinar la tierra.

DEL LIBRO DEL PROFETA ISAÍAS: 55, 10-11

Esto dice el Señor: "Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión".

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 64
R/. Señor, danos siempre de tu agua.

Señor, tú cuidas de la tierra, la riegas y la colmas de riqueza. Las nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias. R/.

Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los terrenos, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos. R/.

Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia, están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas. R/.

Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan. Todo aclama al Señor. Todo le canta. R/.

Toda la creación espera la revelación de la gloria de los hijos de Dios.

DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS: 8, 18-23

Hermanos: Considero que los sufrimientos de esta vida no se pueden comparar con la gloria que un día se manifestará en nosotros; porque toda la creación espera, con seguridad e impaciencia, la revelación de esa gloria de los hijos de Dios.
La creación está ahora sometida al desorden, no por su querer, sino por voluntad de aquel que la sometió. Pero dándole al mismo tiempo esta esperanza: que también ella misma va a ser liberada de la esclavitud de la corrupción, para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Sabemos, en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN R/. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. R/.

Evangelio

Una vez salió un sembrador a sembrar.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 13, 1-23

Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que Él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:
"Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas.
Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".
Después se le acercaron sus discípulos y le preguntaron: "¿Por qué les hablas en parábolas?" Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos, pero a ellos no. Al que tiene, se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Escuchen, pues, ustedes lo que significa la parábola del sembrador.
A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino.
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos unidos, con una mirada muy abierta hacia el mundo entero.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
Por la Iglesia, llamada a anunciar a todo el mundo la Buena Noticia del Reino de Dios. Oremos.
Por los cristianos que viven en países en los que son perseguidos. Oremos.
Por nuestros gobernantes, en sus tres niveles: municipal, estatal y federal. Oremos.
Por los niños y jóvenes que empezarán las vacaciones y participarán en las actividades de verano que organizan las parroquias y los grupos de Iglesia. Oremos.
Por los abogados de México que ejercen su profesión buscando el bien y la justicia, y por los que no, también. Oremos.
Por nosotros, por nuestras familias, y por todas las personas que hoy queremos recordar ante Dios. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración y haz que cada día conozcamos y vivamos más intensamente la Palabra que ha sembrado en nosotros tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, los dones de tu Iglesia suplicante, y concede que, al recibirlos, sirvan a tus fieles para crecer en santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Sal 83, 4-5)
El gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner sus polluelos: junto a tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con los dones que hemos recibido, te suplicamos, Señor, que, participando frecuentemente de este sacramento, crezcan los efectos de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.



¿QUÉ TIPO DE SEMILLA SALE DE NUESTRO CORAZÓN Y DE NUESTRA BOCA?
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO ANTES DEL REZO DEL ANGELUS
Domingo 13 de Julio de 2014.

En sus palabras previas al rezo del Ángelus, en la Plaza de San Pedro, recordando la Parábola del Sembrador del Evangelio de hoy, el Papa Francisco alentó a cuestionarnos qué tipo de semilla sale de nuestro corazón y de nuestra boca, pues “nuestras palabras pueden hacer tanto bien, así como tanto mal, pueden sanar y pueden herir, pueden animar y pueden deprimir”.

Citado por Radio Vaticano, el Santo Padre señaló que “el Evangelio de este domingo nos muestra a Jesús que predica a orillas de lago de Galilea, y como mucha gente lo rodea, Él sube en una barca, se aleja un poco de la orilla y predica desde ahí”.

“Cuando habla al pueblo, Jesús utiliza muchas parábolas: un lenguaje comprensible a todos, con imágenes tomadas de la naturaleza y de situaciones de la vida diaria”.

Ahí, dijo el Papa, “lo primero que narra es una introducción a todas las parábolas: es aquella del sembrador, que a manos llenas arroja las semillas sobre todo tipo de terreno. Y el verdadero protagonista de esta parábola es la semilla, que produce más o menos frutos según el terreno sobre el cual ha caído”.

“Los primeros tres terrenos son improductivos: a lo largo del camino las aves se comen la semilla; sobre el terreno pedregoso los brotes se secan rápidamente porque no tiene raíces; en medio a las zarzas la semilla viene sofocada por las espinas. El cuarto tipo de terreno es el terreno bueno, y solamente ahí la semilla germina y da fruto”.

En este caso, continuó Francisco, “Jesús no se ha limitado a presentar la parábola, también lo ha explicado a sus discípulos. La semilla que cae sobre el camino indica a cuantos escuchan el anuncio del Reino de Dios pero no lo reciben; así llega el Maligno y se lo lleva. De hecho el Maligno no quiere que la semilla del Evangelio germine en el corazón de los hombres. Esta es la primera comparación”.

“La segunda es aquella de la semilla que cae sobre las piedras: representa a las personas que escuchan la Palabra de Dios y la reciben enseguida, pero superficialmente, porque no tiene raíces y son inconstantes; y cuando llegan las dificultades y los tribulaciones, estas personas se abaten enseguida”.

El tercer caso, dijo, “es aquella de la semilla que cae entre las zarzas: Jesús explica que se refiere a las personas que escuchan la Palabra pero, a causa de las preocupaciones mundanas y de las seducciones de la riqueza, permanece sofocada. Finalmente, la semilla que cae en terreno fértil representa a cuantos escuchan la Palabra, la reciben, la cuidan y la comprenden, y esa da fruto. El modelo perfecto de esta tierra buena es la Virgen María”.

Francisco subrayó que “esta parábola habla hoy a cada uno de nosotros, como hablaba a los oyentes de Jesús dos mil años atrás. Nos recuerda que nosotros somos el terreno donde el Señor echa incansablemente la semilla de su Palabra y de su Amor. ¿Con qué disposición la acogemos? Y podemos preguntarnos: ¿Cómo esta nuestro corazón? ¿A qué terreno se parece: a un camino, a un pedregal, a unas zarzas?”.

“Depende de nosotros convertirnos en terreno bueno sin espinas ni piedras, pero formado y cultivado con cuidado, para que pueda dar buenos frutos para nosotros y para nuestros hermanos”.

El Papa remarcó además que “nos hará bien no olvidarnos que también nosotros somos sembradores, Dios siembra semillas buenas, y también aquí podemos preguntarnos: ¿qué tipo de semilla salen de nuestro corazón y de nuestra boca?”.

“Nuestras palabras pueden hacer tanto bien, así como tanto mal, pueden sanar y pueden herir, pueden animar y pueden deprimir, recuerden: aquello que cuenta nos es los que entra, sino lo que sale de la boca y del corazón”.

“La Virgen nos enseñe con su ejemplo a cuidar y hacerla fecunda en nosotros y en los demás”, concluyó.

FUENTE: ACI Prensa.




REFLEXION
a.- Is. 55, 10-11: La lluvia hace germinar la tierra. EL profeta Isaías, invita al banquete escatológico de los tiempos mesiánicos; basta  tener sed, hambre de Dios. En los momentos más importantes de la relación de  Yahvé con su pueblo los acuerdos y alianzas se confirmaron con un banquete y un  sacrificio hasta que al final se promete una nueva alianza y un banquete en el reino  de Dios. Comer y saciar la sed, son las imágenes para significar los grandes anhelos  del hombre que busca su felicidad. El diálogo con la Samaritana es el mejor modelo  de esa búsqueda y saciedad. Pero en todo este proceso hay una exigencia básica:  escuchar la palabra de Dios, manifestada en la ley, en la alianza. El que escucha,  vivirá, no cualquier tipo de vida sino en Dios; el NT, la identificará con la vida  eterna. La Nueva y eterna alianza, (cfr. Is. 55,3ss), se realizará no por la fuerza  militar o política, sino atraídos los pueblos subirán a Sión por el Santo de Israel, por  la justicia y santidad de su pueblo fiel a la Nueva alianza. El regreso de los  exiliados, redimidos y perdonados es imagen de la liberación de todas las demás  esclavitudes, incluido el pecado. Ahora se comprende que cuando Yahvé, habla su  palabra es eficaz, como la lluvia, su palabra no vuelve vacía, sin antes penetrar la  tierra para fecundarla, sin alcanzar su fin. Su palabra es salvación para el hombre,  que Cristo Jesús, manifestará en el NT, ÉL es su palabra encarnada. Un anticipo del  banquete celestial, es la Eucaristía, palabra hecha carne y bajada del cielo para ser  ofrecida en sacrificio y alimento para los hambrientos y sedientos de justicia, de  verdad, de paz y amor.   

b.- Rm. 8, 18-23: La creación espera la manifestación de los hijos de Dios.    El apóstol Pablo, nos introduce de lleno en el drama de la creación cuyo origen lo  tenemos en el pecado del hombre que participa de su mismo destino. Pablo insiste  en proponer una visión global en el sentido de la salvación que llega,  no sólo al  hombre sino también a su contexto a la creación entera. Sigue la tradición bíblica  que no separó al hombre de su Creador y redentor. Pablo afirma, que la creación  fue sometida por el hombre pecador al sin sentido, como su existencia; teniendo  siempre presente que fue Dios quien le dio sentido a la vida del hombre y a la  creación (cfr. Gn. 1-3). Si bien el hombre abusó de su libertad, permanece siempre  la esperanza de la liberación de la corrupción que será junto a la creación, es decir,  desde dentro de la creación, salvará su alma y su cuerpo. El gemido de la creación  y del cristiano, es oración no para huir de la realidad, sino desde ella, se convierte  en fuerza que renueva toda la creación. Por lo tanto, así como el hombre integral  está llamado a la salvación y glorificación final. Es todo un avance en el  pensamiento, ya que la filosofía griega consideraba como mala la materia, el  cuerpo, el cristianismo libera incluso la materia, no sólo el espíritu, lo que incluye  toda la realidad creada. El cristiano posee las primicias del Espíritu, por ello, desea  alcanzar la liberación cuanto antes, así se explica todo el camino de la vida teologal.    

c.- Mt. 13, 1-23: Salió el sembrador a sembrar.    En este evangelio encontramos tres momentos: la parábola del sembrador (vv.3- 9), porqué Jesús habla en parábolas (vv.10-17) y explicación de la parábola del  sembrador (vv.18-23). El evangelio nos presenta a Jesús que sale de casa y se  sienta  a orillas del lago de Genesaret, la multitud lo rodea para escucharle. La casa  se entiende como el espacio íntimo, familiar, de la formación especial para los  discípulos, distinta de la que dirige a todos. Jesús, debido a la gran multitud que se  acerca, sube la barca y se sienta, actitud del Maestro que va a enseñar a las  gentes, desde la otra orilla (vv.1-2). Los hombres acuden donde pueden escuchar  la palabra de Dios, donde el Espíritu, da testimonio eficaz en Jesús de Nazaret. Una   experiencia común en Palestina como es la siembra; el sembrador esparce la  semilla, consciente que sólo la que cayó en tierra buena, dio una buena cosecha el  30, 60 y el 100 por uno  (vv. 4-9; cfr. Mc. 4, 11). En un segundo estadio los  discípulos preguntan a Jesús la razón de su hablar en parábolas (vv. 10-17), y lo  hacen en público porque interesa a todos los que oyen a Jesús. Las parábolas son  una forma de enseñar al hombre, especie de lenguaje secreto, no como una abierta  instrucción sobre el reino de Dios. Quizás la inquietud nace al comprobar que la  predicación de Jesús no daba los frutos que se esperaba. El rechazo y la  incredulidad es posible sea el origen de hablar en parábolas. Jesús responde con  unas palabras consoladoras: “a vosotros se os ha concedido conocer los misterios  del reino de los cielos  pero a ellos no” (v.11). Es un misterio sólo quien escucha  solícito puede reconocer lo que es el reino de Dios; realidad que no se impone al  hombre, tampoco lo supera, es un misterio. Si bien Jesús no excluye a nadie, pero  será dónde se cultive su palabra, unos la acogerán y darán fruto, en otros apenas  echará raíces, se perderá enseguida o con el paso del tiempo. ¿Por qué unos sí y  otros no? Es un misterio de vocación y elección que sólo el oyente bien dispuesto  puede dar fruto. Pura gracia, donde al hombre no le conviene preguntar a Dios  nada (cfr. Ex. 33,19; Rom.9,19s). A los bien dispuestos se le dará la perfección de  la nueva alianza, Dios prodiga sus bienes libérrimamente hasta conseguir la vida  eterna. A los no dispuestos, ni con el oído y la vista se les quitará hasta lo que  creen poseer hasta que en día del juicio lo pierdan todo. Es el infierno del  sinsentido; la decisión respecto a Jesús es radical. Habla en parábolas porque  “viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden” (v. 13; cfr. Is. 6,9-10). Jesús  contesta ahora directamente la pregunta de los discípulos. Isaías había recibido el  mandato de Yahvé de endurecer el corazón de Israel, porque no obedeció la alianza  con el Señor. Dicha aniquilación comienza con no querer ni ver ni oír, es decir, con  el endurecimiento del corazón. Dios encargó al profeta anunciar el juicio sobre  Israel, que comenzaba con sus palabras. Como con el profeta, también con Jesús  aparece el misterio de obstinación. De ahí que el lenguaje sea en parábolas; no se  quieren salvar, por lo mismo, son culpables (v. 15, cfr. Mc.4,11s). Jesús declara  dichosos a los discípulos porque ven y oyen. Muchos quisieron ver y oír lo que ellos  ven y escuchan (cfr. Mt. 23,29; Rom.16,25; Ef.3,4-5; Col.1,26). ¿A quién ven y  escuchan? A Jesús de Nazaret, sus palabras y obras; la llegada del Reino de Dios  (cfr. Mt.13,11).  Se pasa del adviento que fue para los profetas y la venida, es decir,  esta manifestación que ellos no conocieron pero sí los discípulos, por eso ahora son dichosos. De ahí que ven y conocen, oyen y entienden porque en y con Jesús  experimentan el misterio de Dios (cfr. Col.1, 24s). Finalmente, encontramos la  explicación de la parábola (vv.18-23). La buena tierra es obra de Dios y del  hombre, de su salvación aceptada y comprendida, puesta por obra con la fuerza del  Espíritu de Jesús; lo que le corresponde al hombre, es responsabilizarse de su fe y  comprometerse, dejarse guiar por el amor de Dios, su poder salvador, y la realidad  que la necesita para que tenga sentido vivirla.   Santa Teresa de Jesús, nos exhorta a obrar como consecuencia de nuestra fe: “Todas hemos de procurar ser predicadoras de obras” (CV 15,6). O bien: “Los del  mundo harto harán si tienen determinación de cumplirlo. Vosotras hijas diciendo y  haciendo, palabras y obras” (Camino 32,8).
(Fuente: Homiletica org / Homiletica org /Padre Julio González Carretti O.C.D.) 

REFLEXION: CUMPLIRÁ MI ENCARGO
Is 55,10-11; Rm 8,18-23; Mt 13,1-23
Dos narraciones encaminadas al mismo propósito. La parábola del sembrador y la interpretación alegórica correspondiente versan sobre la difícil relación entre los predicadores cristianos y los oyentes del mensa-je. Además de que resulta complicado decodificar el mensaje que los profetas cristianos transmiten, existen numerosas "perturbaciones" anímicas: el atractivo de las riquezas y su consecuente bienestar material; los riesgos que implica asumir con radicalidad el Evangelio; la apatía y el temor a romper la inercia son algunos de los factores en los cuales nos podemos escudar los oyentes distraídos para no generar el fruto que Dios espera produzcamos para que el ser humano y la creación entera vivan de mejor manera. La palabra de Dios no persigue otro fin que una derrama de humanización entre los oyentes atentos que la saben escuchar y obedecer.

El Domingo es el día del Señor


Santos
Enrique II de Alemania, emperador; Esdras, profeta.

Beato Santiago de Verazze o de Vorágine, obispo.
Color litúrgico: Verde

Feliz bendecido Domingo
Nos vemos en la Eucaristía

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