LECTURAS
DE LA EUCARISTIA
DOMINO 13 DE JULIO DE 2014
TIEMPO
ORDINARIO A. SEMANA 15
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Sal 16, 15)
Por
serte fiel, yo contemplaré tu rostro, Señor, y al despertar, espero saciarme de
gloria.
ORACIÓN
COLECTA
Señor
Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que
puedan volver al buen camino, concede a cuantos se profesan como cristianos
rechazar lo que sea contrario al nombre que llevan y cumplir lo que ese nombre
significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
La
lluvia hará germinar la tierra.
DEL LIBRO DEL PROFETA
ISAÍAS: 55, 10-11
Esto
dice el Señor: "Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven
allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a
fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que
sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y
cumplirá su misión".
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL: Del
salmo 64
R/.
Señor, danos siempre de tu agua.
Señor,
tú cuidas de la tierra, la riegas y la colmas de riqueza. Las nubes del Señor
van por los campos, rebosantes de agua, como acequias. R/.
Tú
preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los terrenos,
reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos. R/.
Tú
coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia, están verdes
los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas. R/.
Los
prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan. Todo aclama
al Señor. Todo le canta. R/.
Toda la creación espera la
revelación de la gloria de los hijos de Dios.
DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN
PABLO A LOS ROMANOS: 8, 18-23
Hermanos:
Considero que los sufrimientos de esta vida no se pueden comparar con la gloria
que un día se manifestará en nosotros; porque toda la creación espera, con
seguridad e impaciencia, la revelación de esa gloria de los hijos de Dios.
La
creación está ahora sometida al desorden, no por su querer, sino por voluntad
de aquel que la sometió. Pero dándole al mismo tiempo esta esperanza: que
también ella misma va a ser liberada de la esclavitud de la corrupción, para
compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Sabemos,
en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de
parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias
del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente
nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
La
semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo
encuentra vivirá para siempre. R/.
Evangelio |
Una vez salió un sembrador a sembrar.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 13, 1-23
Un
día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar.
Se reunió en torno suyo tanta gente, que Él se vio obligado a subir a una
barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces
Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:
"Una
vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos
cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros
granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron
pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se
marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y
cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas.
Otros
granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros,
sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".
Después
se le acercaron sus discípulos y le preguntaron: "¿Por qué les hablas en
parábolas?" Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer
los misterios del Reino de los cielos, pero a ellos no. Al que tiene, se le
dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará.
Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni
entienden.
En
ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Oirán una y otra vez y no
entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha
endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no
ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no
quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero,
dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que
muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron
y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Escuchen,
pues, ustedes lo que significa la parábola del sembrador.
A
todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y
le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que
cayeron a lo largo del camino.
Lo
sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta
inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces,
y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra,
sucumbe.
Lo
sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las
preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y queda sin
fruto.
En
cambio, lo sembrado en tierra buena representa a quienes oyen la palabra, la
entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el
treinta".
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
Se
dice Credo.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos
unidos, con una mirada muy abierta hacia el mundo entero.
Después
de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
Por
la Iglesia, llamada a anunciar a todo el mundo la Buena Noticia del Reino de
Dios. Oremos.
Por
los cristianos que viven en países en los que son perseguidos. Oremos.
Por
nuestros gobernantes, en sus tres niveles: municipal, estatal y federal.
Oremos.
Por
los niños y jóvenes que empezarán las vacaciones y participarán en las
actividades de verano que organizan las parroquias y los grupos de Iglesia.
Oremos.
Por
los abogados de México que ejercen su profesión buscando el bien y la justicia,
y por los que no, también. Oremos.
Por
nosotros, por nuestras familias, y por todas las personas que hoy queremos recordar
ante Dios. Oremos.
Escucha,
Padre, nuestra oración y haz que cada día conozcamos y vivamos más intensamente
la Palabra que ha sembrado en nosotros tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Mira,
Señor, los dones de tu Iglesia suplicante, y concede que, al recibirlos, sirvan
a tus fieles para crecer en santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Cfr. Sal 83, 4-5)
El
gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner sus
polluelos: junto a tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados
con los dones que hemos recibido, te suplicamos, Señor, que, participando
frecuentemente de este sacramento, crezcan los efectos de nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
¿QUÉ TIPO DE SEMILLA SALE DE
NUESTRO CORAZÓN Y DE NUESTRA BOCA?
PALABRAS
DEL PAPA FRANCISCO ANTES DEL REZO DEL ANGELUS
Domingo
13 de Julio de 2014.
En
sus palabras previas al rezo del Ángelus, en la Plaza de San Pedro, recordando
la Parábola del Sembrador del Evangelio de hoy, el Papa Francisco alentó a
cuestionarnos qué tipo de semilla sale de nuestro corazón y de nuestra boca,
pues “nuestras palabras pueden hacer tanto bien, así como tanto mal, pueden
sanar y pueden herir, pueden animar y pueden deprimir”.
Citado
por Radio Vaticano, el Santo Padre señaló que “el Evangelio de este domingo nos
muestra a Jesús que predica a orillas de lago de Galilea, y como mucha gente lo
rodea, Él sube en una barca, se aleja un poco de la orilla y predica desde
ahí”.
“Cuando
habla al pueblo, Jesús utiliza muchas parábolas: un lenguaje comprensible a
todos, con imágenes tomadas de la naturaleza y de situaciones de la vida
diaria”.
Ahí,
dijo el Papa, “lo primero que narra es una introducción a todas las parábolas:
es aquella del sembrador, que a manos llenas arroja las semillas sobre todo
tipo de terreno. Y el verdadero protagonista de esta parábola es la semilla,
que produce más o menos frutos según el terreno sobre el cual ha caído”.
“Los
primeros tres terrenos son improductivos: a lo largo del camino las aves se
comen la semilla; sobre el terreno pedregoso los brotes se secan rápidamente
porque no tiene raíces; en medio a las zarzas la semilla viene sofocada por las
espinas. El cuarto tipo de terreno es el terreno bueno, y solamente ahí la
semilla germina y da fruto”.
En
este caso, continuó Francisco, “Jesús no se ha limitado a presentar la
parábola, también lo ha explicado a sus discípulos. La semilla que cae sobre el
camino indica a cuantos escuchan el anuncio del Reino de Dios pero no lo
reciben; así llega el Maligno y se lo lleva. De hecho el Maligno no quiere que
la semilla del Evangelio germine en el corazón de los hombres. Esta es la
primera comparación”.
“La
segunda es aquella de la semilla que cae sobre las piedras: representa a las
personas que escuchan la Palabra de Dios y la reciben enseguida, pero superficialmente,
porque no tiene raíces y son inconstantes; y cuando llegan las dificultades y
los tribulaciones, estas personas se abaten enseguida”.
El
tercer caso, dijo, “es aquella de la semilla que cae entre las zarzas: Jesús
explica que se refiere a las personas que escuchan la Palabra pero, a causa de
las preocupaciones mundanas y de las seducciones de la riqueza, permanece
sofocada. Finalmente, la semilla que cae en terreno fértil representa a cuantos
escuchan la Palabra, la reciben, la cuidan y la comprenden, y esa da fruto. El
modelo perfecto de esta tierra buena es la Virgen María”.
Francisco
subrayó que “esta parábola habla hoy a cada uno de nosotros, como hablaba a los
oyentes de Jesús dos mil años atrás. Nos recuerda que nosotros somos el terreno
donde el Señor echa incansablemente la semilla de su Palabra y de su Amor. ¿Con
qué disposición la acogemos? Y podemos preguntarnos: ¿Cómo esta nuestro
corazón? ¿A qué terreno se parece: a un camino, a un pedregal, a unas zarzas?”.
“Depende
de nosotros convertirnos en terreno bueno sin espinas ni piedras, pero formado
y cultivado con cuidado, para que pueda dar buenos frutos para nosotros y para
nuestros hermanos”.
El
Papa remarcó además que “nos hará bien no olvidarnos que también nosotros somos
sembradores, Dios siembra semillas buenas, y también aquí podemos preguntarnos:
¿qué tipo de semilla salen de nuestro corazón y de nuestra boca?”.
“Nuestras
palabras pueden hacer tanto bien, así como tanto mal, pueden sanar y pueden
herir, pueden animar y pueden deprimir, recuerden: aquello que cuenta nos es
los que entra, sino lo que sale de la boca y del corazón”.
“La
Virgen nos enseñe con su ejemplo a cuidar y hacerla fecunda en nosotros y en
los demás”, concluyó.
FUENTE:
ACI Prensa.
REFLEXION
a.- Is. 55, 10-11: La
lluvia hace germinar la tierra. EL profeta Isaías, invita al banquete
escatológico de los tiempos mesiánicos; basta
tener sed, hambre de Dios. En los momentos más importantes de la
relación de Yahvé con su pueblo los
acuerdos y alianzas se confirmaron con un banquete y un sacrificio hasta que al final se promete una
nueva alianza y un banquete en el reino
de Dios. Comer y saciar la sed, son las imágenes para significar los
grandes anhelos del hombre que busca su
felicidad. El diálogo con la Samaritana es el mejor modelo de esa búsqueda y saciedad. Pero en todo este
proceso hay una exigencia básica:
escuchar la palabra de Dios, manifestada en la ley, en la alianza. El
que escucha, vivirá, no cualquier tipo
de vida sino en Dios; el NT, la identificará con la vida eterna. La Nueva y eterna alianza, (cfr. Is.
55,3ss), se realizará no por la fuerza
militar o política, sino atraídos los pueblos subirán a Sión por el
Santo de Israel, por la justicia y
santidad de su pueblo fiel a la Nueva alianza. El regreso de los exiliados, redimidos y perdonados es imagen
de la liberación de todas las demás
esclavitudes, incluido el pecado. Ahora se comprende que cuando Yahvé,
habla su palabra es eficaz, como la
lluvia, su palabra no vuelve vacía, sin antes penetrar la tierra para fecundarla, sin alcanzar su fin.
Su palabra es salvación para el hombre,
que Cristo Jesús, manifestará en el NT, ÉL es su palabra encarnada. Un
anticipo del banquete celestial, es la
Eucaristía, palabra hecha carne y bajada del cielo para ser ofrecida en sacrificio y alimento para los
hambrientos y sedientos de justicia, de
verdad, de paz y amor.
b.- Rm. 8, 18-23: La
creación espera la manifestación de los hijos de Dios. El apóstol Pablo, nos introduce de lleno en
el drama de la creación cuyo origen lo
tenemos en el pecado del hombre que participa de su mismo destino. Pablo
insiste en proponer una visión global en
el sentido de la salvación que llega, no
sólo al hombre sino también a su
contexto a la creación entera. Sigue la tradición bíblica que no separó al hombre de su Creador y
redentor. Pablo afirma, que la creación
fue sometida por el hombre pecador al sin sentido, como su existencia;
teniendo siempre presente que fue Dios
quien le dio sentido a la vida del hombre y a la creación (cfr. Gn. 1-3). Si bien el hombre
abusó de su libertad, permanece siempre
la esperanza de la liberación de la corrupción que será junto a la
creación, es decir, desde dentro de la
creación, salvará su alma y su cuerpo. El gemido de la creación y del cristiano, es oración no para huir de
la realidad, sino desde ella, se convierte
en fuerza que renueva toda la creación. Por lo tanto, así como el hombre
integral está llamado a la salvación y
glorificación final. Es todo un avance en el
pensamiento, ya que la filosofía griega consideraba como mala la
materia, el cuerpo, el cristianismo
libera incluso la materia, no sólo el espíritu, lo que incluye toda la realidad creada. El cristiano posee
las primicias del Espíritu, por ello, desea
alcanzar la liberación cuanto antes, así se explica todo el camino de la
vida teologal.
c.- Mt. 13, 1-23:
Salió el sembrador a sembrar. En este
evangelio encontramos tres momentos: la parábola del sembrador (vv.3- 9),
porqué Jesús habla en parábolas (vv.10-17) y explicación de la parábola
del sembrador (vv.18-23). El evangelio
nos presenta a Jesús que sale de casa y se
sienta a orillas del lago de
Genesaret, la multitud lo rodea para escucharle. La casa se entiende como el espacio íntimo, familiar,
de la formación especial para los
discípulos, distinta de la que dirige a todos. Jesús, debido a la gran
multitud que se acerca, sube la barca y
se sienta, actitud del Maestro que va a enseñar a las gentes, desde la otra orilla (vv.1-2). Los
hombres acuden donde pueden escuchar la
palabra de Dios, donde el Espíritu, da testimonio eficaz en Jesús de Nazaret.
Una experiencia común en Palestina como
es la siembra; el sembrador esparce la
semilla, consciente que sólo la que cayó en tierra buena, dio una buena
cosecha el 30, 60 y el 100 por uno (vv. 4-9; cfr. Mc. 4, 11). En un segundo
estadio los discípulos preguntan a Jesús
la razón de su hablar en parábolas (vv. 10-17), y lo hacen en público porque interesa a todos los
que oyen a Jesús. Las parábolas son una
forma de enseñar al hombre, especie de lenguaje secreto, no como una
abierta instrucción sobre el reino de
Dios. Quizás la inquietud nace al comprobar que la predicación de Jesús no daba los frutos que
se esperaba. El rechazo y la
incredulidad es posible sea el origen de hablar en parábolas. Jesús
responde con unas palabras consoladoras:
“a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos pero a ellos no” (v.11). Es un misterio sólo
quien escucha solícito puede reconocer
lo que es el reino de Dios; realidad que no se impone al hombre, tampoco lo supera, es un misterio. Si
bien Jesús no excluye a nadie, pero será
dónde se cultive su palabra, unos la acogerán y darán fruto, en otros
apenas echará raíces, se perderá
enseguida o con el paso del tiempo. ¿Por qué unos sí y otros no? Es un misterio de vocación y
elección que sólo el oyente bien dispuesto
puede dar fruto. Pura gracia, donde al hombre no le conviene preguntar a
Dios nada (cfr. Ex. 33,19; Rom.9,19s). A
los bien dispuestos se le dará la perfección de
la nueva alianza, Dios prodiga sus bienes libérrimamente hasta conseguir
la vida eterna. A los no dispuestos, ni
con el oído y la vista se les quitará hasta lo que creen poseer hasta que en día del juicio lo
pierdan todo. Es el infierno del
sinsentido; la decisión respecto a Jesús es radical. Habla en parábolas
porque “viendo no ven y oyendo no oyen
ni entienden” (v. 13; cfr. Is. 6,9-10). Jesús
contesta ahora directamente la pregunta de los discípulos. Isaías había
recibido el mandato de Yahvé de
endurecer el corazón de Israel, porque no obedeció la alianza con el Señor. Dicha aniquilación comienza con
no querer ni ver ni oír, es decir, con
el endurecimiento del corazón. Dios encargó al profeta anunciar el
juicio sobre Israel, que comenzaba con
sus palabras. Como con el profeta, también con Jesús aparece el misterio de obstinación. De ahí
que el lenguaje sea en parábolas; no se
quieren salvar, por lo mismo, son culpables (v. 15, cfr. Mc.4,11s).
Jesús declara dichosos a los discípulos
porque ven y oyen. Muchos quisieron ver y oír lo que ellos ven y escuchan (cfr. Mt. 23,29; Rom.16,25;
Ef.3,4-5; Col.1,26). ¿A quién ven y
escuchan? A Jesús de Nazaret, sus palabras y obras; la llegada del Reino
de Dios (cfr. Mt.13,11). Se pasa del adviento que fue para los
profetas y la venida, es decir, esta
manifestación que ellos no conocieron pero sí los discípulos, por eso ahora son
dichosos. De ahí que ven y conocen, oyen y entienden porque en y con Jesús experimentan el misterio de Dios (cfr. Col.1,
24s). Finalmente, encontramos la
explicación de la parábola (vv.18-23). La buena tierra es obra de Dios y
del hombre, de su salvación aceptada y
comprendida, puesta por obra con la fuerza del
Espíritu de Jesús; lo que le corresponde al hombre, es responsabilizarse
de su fe y comprometerse, dejarse guiar
por el amor de Dios, su poder salvador, y la realidad que la necesita para que tenga sentido
vivirla. Santa Teresa de Jesús, nos
exhorta a obrar como consecuencia de nuestra fe: “Todas hemos de procurar ser
predicadoras de obras” (CV 15,6). O bien: “Los del mundo harto harán si tienen determinación de
cumplirlo. Vosotras hijas diciendo y
haciendo, palabras y obras” (Camino 32,8).
(Fuente:
Homiletica org / Homiletica org /Padre Julio González Carretti O.C.D.)
REFLEXION:
CUMPLIRÁ MI ENCARGO
Is
55,10-11; Rm 8,18-23; Mt 13,1-23
Dos
narraciones encaminadas al mismo propósito. La parábola del sembrador y la interpretación
alegórica correspondiente versan sobre la difícil relación entre los
predicadores cristianos y los oyentes del mensa-je. Además de que resulta
complicado decodificar el mensaje que los profetas cristianos transmiten,
existen numerosas "perturbaciones" anímicas: el atractivo de las
riquezas y su consecuente bienestar material; los riesgos que implica asumir
con radicalidad el Evangelio; la apatía y el temor a romper la inercia son
algunos de los factores en los cuales nos podemos escudar los oyentes
distraídos para no generar el fruto que Dios espera produzcamos para que el ser
humano y la creación entera vivan de mejor manera. La palabra de Dios no persigue
otro fin que una derrama de humanización entre los oyentes atentos que la saben
escuchar y obedecer.
El Domingo es el día del Señor |
Santos
Enrique II de Alemania, emperador; Esdras, profeta.
Enrique II de Alemania, emperador; Esdras, profeta.
Beato Santiago de Verazze o de Vorágine, obispo.
Color litúrgico: Verde
Feliz bendecido Domingo Nos vemos en la Eucaristía |
No hay comentarios:
Publicar un comentario