¡QUIERO TUS GAFAS, SEÑOR!
Para
ver, en la pequeñez, aquello que dices
que
es grande al corazón aunque,
a
los ojos, parezca miseria.
Para
sentir que, tus caminos, son alegría y
vida,
esfuerzo
y superación, valentía y salvación.
¡Quiero tus gafas, Señor!
Para
saber que, en la humildad,
está
la escalera para llegarme hasta Ti
y,
brindándome con empeño,
señale
que tus senderos son futuro y fiesta,
abrazo
y perdón, eternidad y justicia.
Para
comprender que, si sólo miro,
por
las lentes del mundo,
me
quedaré sin asomarme
a
ese otro horizonte de paz y de esperanza,
de
ilusión y de amor,
de
hermandad y de fraternidad.
¡Quiero tus gafas, Señor!
Para
ver como Tú; perdón frente al odio.
Para
ver como Tú; cielo después de la tierra.
Para
ver como Tú; alegría antes que tristeza.
Para
ver como Tú; humildad ante la soberbia.
Por
eso, y por tantas cosas, Señor,
quiero
ver, sentir y caminar como Tú.
Con
tus gafas del Evangelio, Señor.
P.
Javier Leoz
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