El Papa Francisco alertó que cuando
una persona usa la lengua para hablar mal del hermano o de la hermana, lo que
está haciendo en realidad es "matar a Dios". Así lo indicó en la homilía
de la Misa de hoy en la capilla de la Casa Santa Marta en el Vaticano.
El
Santo Padre observó que en este tiempo en el que se habla de guerras y se pide
tanto la paz, "es necesario un gesto nuestro de conversión".
"Las murmuraciones –advirtió– siempre van sobre esta dimensión de la
criminalidad. No hay habladurías inocentes".
La
lengua, dijo citando al Apóstol Santiago, es para alabar a Dios, "pero
cuando usamos nuestra lengua para hablar mal del hermano o de la hermana, la
usamos para matar a Dios", "la imagen de Dios en el hermano".
Según
señala Radio Vaticano, el Pontífice subrayó que las habladurías tienen una
"dimensión de criminalidad", porque cada vez que hablamos mal de
nuestros hermanos, imitamos el gesto homicida de Caín.
Cada
vez que nosotros "juzgamos en nuestro corazón a nuestros hermanos
–prosiguió– es peor, cuando hablamos de esto con los otros somos cristianos
homicidas":
"Un
cristiano homicida… No lo digo yo, ¿eh?, lo dice el Señor. Y sobre este punto,
no hay lugar para los matices. Si tú hablas mal del hermano, matas al hermano.
Y nosotros, cada vez que lo hacemos, imitamos aquel gesto de Caín, el primer
homicida de la Historia".
El
Santo Padre indicó que "aquellos que viven juzgando el prójimo, hablando
mal del prójimo, son hipócritas, porque no tienen la fuerza, el coraje de mirar
los propios defectos. Sobre esto el Señor no dice tantas palabras. Luego dirá,
más adelante, que aquel que en su corazón guarda un poco de odio contra el
hermano es un homicida... También el Apóstol Juan, en su primera Carta, lo
dice, claramente: aquel que odia a su hermano, camina en las tinieblas; quien
juzga al hermano, camina en las tinieblas".
"¿Por
qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en
el tuyo?" El Papa desarrolló su homilía partiendo de la cuestión planteada
por Jesús que sacude la conciencia de cada hombre, en todo tiempo. Luego de
habernos hablado de la humildad, observó, Jesús nos habla de lo contrario,
"de aquella actitud odiosa ante el prójimo, aquel convertirse en juez del
hermano". Y aquí, afirmó, Jesús "dice una palabra fuerte:
hipócrita".
El
Pontífice alentó a todos a pedir por el hermano en vez de hablar mal:
"¡anda, reza por él! ¡Anda, haz penitencia por ella! Y luego, si es
necesario, habla a aquella persona para que pueda remediar el problema. Pero
¡no decirlo a todos!’. Pablo fue un pecador fuerte, y dice de sí mismo: ‘Antes
era un blasfemo, un perseguidor y un violento. Pero fui tratado con
misericordia’".
"Quizás
ninguno de nosotros blasfema, quizás. Pero si alguno de nosotros murmura,
ciertamente es un perseguidor y un violento. Pidamos para nosotros, para la
Iglesia toda, la gracia de la conversión de la criminalidad de las habladurías
al amor, a la humildad, a la mansedumbre, a la docilidad, a la magnanimidad del
amor hacia el prójimo".
VATICANO, 13 Sep. 13 / 03:01 pm (ACI/EWTN Noticias).
Fuente: ACI Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario