sábado, 23 de agosto de 2014

SABADO 23 DE AGOSTO DE 2014.LECTURAS DE LA EUCARISTÍA


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
SABADO 23 DE AGOSTO DE 2014
TIEMPO ORDINARIO  A. SEMANA 20
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO



ANTÍFONA DE ENTRADA
Floreció la vara de Jesé: la Virgen concibió al que es Dios y hombre; Dios nos devolvió la paz, reconciliando en sí lo más grande con lo pequeño.

ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que nos asista la venerable intercesión de santa María siempre Virgen, y que, libres de todos los peligros, nos haga gozar de tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

La gloria del Señor penetró en el templo.

DEL LIBRO DEL PROFETA EZEQUIEL: 43, 1-7

En aquellos días, un ángel me llevó a la puerta del templo, que da hacia el oriente, y vi que la gloria del Señor venía del oriente. Se oía un ruido como el estruendo de un río caudaloso y la tierra resplandecía con el fulgor de la gloria de Dios. Esta visión me recordó la que tuve cuando el Señor vino a destruir la ciudad y la que había tenido junto al río Kebar. Y caí rostro en tierra.
La gloria del Señor penetró en el templo por la puerta que da al oriente. El espíritu me levantó y me llevó al atrio interior y vi que la gloria del Señor llenaba el templo. Entonces oí que alguien me hablaba desde el templo, y el hombre que estaba junto a mí me dijo:
"Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo las plantas de mis pies. Aquí habitaré para siempre con los hijos de Israel".

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 84
R/. El Señor habitará en la tierra.

Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.

La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.

Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.

ACLAMACIÓN (Cfr. Mt 23, 9. 10)
R/. Aleluya, aleluya.
Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor. R/.


Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos Señor, estos dones de reconciliación y de alabanza, y te pedimos humildemente que, siguiendo el ejemplo de la Virgen María, lleguemos a ser una ofrenda santa, agradable a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 44, 3)
En tus labios se derrama la gracia, porque Dios te ha bendecido para siempre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el celestial manjar, haz, Señor, que te sirvamos con una vida intachable, a ejemplo de la santísima Virgen María, y que con ella podamos engrandecerte con dignas alabanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.


HOMILÍA
Temas de las lecturas: La gloria del Señor entró en el templo * La gloria del  Señor habitará en nuestra tierra. * No hacen lo que dicen.
 
1. El lugar de la gloria 
1.1 La primera lectura pone en primer plano un concepto que es central en la  profecía de Ezequiel: la gloria de Dios. 
1.2 Se trata de una realidad que es casi física: brilla, zumba, pesa. Su llegada es  avasalladora, como la de la majestad llevada a su más alto grado. Es sobre todo  como un recordatorio de la distancia infinita que separa nuestra contingencia de la  solidez de Dios en su ser. Ante él se devela toda nuestra fragilidad, finitud,  sordidez. 
1.3 Ezequiel pertenece a familia sacerdotal y por eso tiene una sensibilidad delicada  y honda cuando se trata del culto a Dios. Varios pasajes muestran su  desaprobación, que raya en asco, cuando se trata de la vida hipócrita y comodona  de los sacerdotes y los jefes, es decir, los "pastores" del pueblo de Dios. 
1.4 Es natural entonces que conciba la restauración de la alianza como el acto  supremo del culto, es decir, como el camino de dar la gloria a Dios de modo pleno,  cumplido y sincero. Natural también que sienta que el templo es el sitio donde la  gloria de Dios "habita" y desde el cual "reina." Esto es interesante notarlo porque a  veces se cree que los profetas oponían de manera absoluta el culto y la justicia,  como si una condición para practicar la justicia fuera olvidarse o menospreciar el  culto. Ezequiel muestra que desde una sensibilidad litúrgica y cúltica muy profunda brota un mensaje de fuerza impetuosa para renovar la vida entera del pueblo de  Dios. 

2. Los falsos maestros 
2.1 El evangelio nos presenta en labios de Jesús lo que no es un maestro, es decir,  cómo es que NO se sirve a Dios. Esta enseñanza es especialmente útil para quienes  tienen o tenemos un servicio de predicación o pastoreo en medio del pueblo de  Dios: ya el Señor nos muestra bien qué es lo que él detesta y por qué lo rechaza. 
2.2 En realidad se trata de tres cosas: la primera y más evidente es la hipocresía,  que se sintetiza en la frase: "todo lo hacen para que los vea la gente." 
2.3 Lo segundo es la opresión al pobre, expresado en aquello: "lían cargas  insoportables." De fondo esta opresión es una desfiguración de la ley, que en  principio debería servir para traer vida.  2.4 Lo tercero es la incoherencia, según la recomendación "hagan lo que dicen pero  no lo que hacen." Tal consejo contiene implícito el dolor por una vida que tiene  suficiente verdad para pronunciar pero muy poca verdad para vivir.
(Homiletica org / Fr. Nelson Medina, O.P)


REFLEXIÓN

Mt. 23, 1-12: Hipocresía de los escribas y fariseos.    Este texto de Mateo recoge un ataque muy duro contra los escribas y fariseos. Los  escribas o letrados, eran los profesionales de la Ley, los doctores de la Ley de  Moisés. Influyentes en la sociedad puesto que formaban a los hombres en la  voluntad de Dios dictaban sentencias de justicia, dar sentido a la ley y a las normas  de conductas que había que observar. En general, reemplazaron a la aristocracia  judía y vivían de alguna profesión laica. Los fariseos, eran laicos piadosos, que  encontraban en la Ley todas las disposiciones para regular el orden civil y religioso  de la sociedad, pero a nivel de sociedad e individual. La Ley era intangible y válida  para ellos; eran los puros, separados de los demás. Interpretaban la Ley en forma  literal hasta los más mínimos detalles. Muchos de estos hombres piadosos  provenían de los doctores de la Ley que se unían a los fariseos. Ambos grupos  aparecen en los evangelios como opresores del pueblo: los escribas que aplicaban  el peso de la Ley, hombres de pocos escrupulosos y no presumían de ser santos;  los fariseos por su puritanismo exclusivista, habían olvidado el humanismo de la  Ley sin contar con las necesidades del prójimo. Ambos grupos interpretaban la Ley,  como Moisés, pero también castigaban las trasgresiones. Pero estos maestros e  intérpretes, no eran modelos de virtud a seguir, pues les faltaba unidad entre la  enseñanza y sus obras (v.3). Habían hecho de la ley un yugo insoportable para el  pueblo, pero que ellos mismos no cumplían (v.4; cfr. Hch. 15, 10). Todo lo hacían  para ser vistos por la gente, sin un principio de interioridad que los moviera a  buscar a Dios en su vida. Ostentaban de llevar las filacterias y los flecos del manto  para mostrar que obedecían los preceptos de la Ley (cfr. Deut. 6,11; Ex.13;  Num.15, 38ss). En el fondo, deseo de ser respetados, movidos por la soberbia y  vanagloria de este mundo. No hay que guiarse por sus acciones, porque no  obedecen su propia doctrina. Todas sus obras no las hacen por Dios, sino por los  hombres, a quienes obsesiona una aparente y seria piedad. Jesús prohíbe a sus  discípulos llamar “padre” a nadie entendiéndose desde Jeremías: en los tiempos  mesiánicos Dios enseñará a todos, por lo tanto, el único Maestro es Dios (cfr. Jr.  31,34). Esto porque todos los discípulos son hermanos y tienen solo a Dios por  Padre. Los judíos se gloriaban de tener por Padre a los patriarcas, especialmente a  Abraham (cfr. Mt. 3, 9; Jn. 8, 33). La paternidad de Dios y la filiación que nos dio a  conocer Jesús, cambian el orden de las cosas. No llamar maestro a nadie, es otro  título que Jesús entre sus discípulos. El único Maestro de los cristianos es Cristo Jesús, es más, el único camino hacia el Padre es el Hijo. ¿Qué les queda a los  discípulos? El servicio a la comunidad, a los hermanos, cuanto mayor es el servicio,  mayor es la dignidad que se adquiere, lo que aumenta la exigencia de servicio. En  cambio, quien es orgulloso será humillado, mas quien se humille ante Dios será por  ÉL enaltecido.
Teresa de Jesús nos confiesa que jamás conoció la hipocresía ni vanagloria en su  vida, cuando ya había optado por Cristo, luego de su famosa conversión. “Y así no  es de culpar a la casa  donde estaba, porque con mi maña procuraba me tuviesen  en buena opinión, aunque no de advertencia, fingiendo cristiandad; porque en esto  de hipocresía y vanagloria  gloria a Dios  jamás me acuerdo haberle ofendido  que  yo entienda; que, en viniéndome primer movimiento, me daba tanta pena, que el  demonio iba con pérdida y yo quedaba con ganancia; y así en esto muy poco me ha  tentado jamás. Por ventura si Dios permitiera me tentara en esto tan recio como en  otras cosas, también cayera; mas Su Majestad hasta ahora me ha guardado en  esto  sea por siempre bendito, antes me pesaba mucho de que me tuviesen en  buena opinión como yo sabía lo secreto de mí.” (V 7,1).   
(Homiletica org / Padre Julio Gonzalez Carretti OCD)



REFLEXIÓN
LA GLORIA DEL SEÑOR
Ez 43, 1-7, Mt 23, 1-12
Congruente con el inicio del libro, el profeta que había narrado la partida de la gloria de Dios, nos refiere el regreso de la misma: el Señor retorna de oriente para acompañar para siempre a su pueblo. Esa es la certeza primera que Israel asimiló: Dios está siempre al lado de su pueblo. Es un comienzo definitivo que no podrá degradarse porque Dios infundirá un espíritu nuevo en el interior de sus fieles. La restauración no quedará reducida al levantamiento de murallas y puertas. El verdadero cambio se verificará en el corazón de los justos, que se dejarán renovar internamente por el Señor. Justamente esa puede ser la explicación de los pecados que denuncia el Señor a escribas y fariseos. No quisieron ubicarse como mediadores entre Dios y su pueblo, quisieron usurpar el lugar y la dignidad que no les correspondía y terminaron viviendo para su propia gloria, en lugar de servir a Dios con un corazón humilde y renovado. (www misal com mx)



Santos
Eugenio de Ardstraw, obispo; Felipe Benizi, presbítero. Beato Miroslav Bulesic, mártir.

Feria (Verde)


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