LECTURAS
DE LA EUCARISTÍA
JUEVES
28 DE AGOSTO DE 2014
TIEMPO
ORDINARIO A. SEMANA 21
San
Agustín, Obispo
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Si 15, 5)
En
medio de la Iglesia abrió su boca, y el Señor lo llenó del espíritu de
sabiduría e inteligencia, y lo revistió de gloria.
ORACIÓN
COLECTA
Renueva,
Señor, en tu Iglesia el espíritu que infundiste en el obispo san Agustín, para
que, llenos de ese mismo espíritu, tengamos sed solamente de ti, fuente de la
verdadera sabiduría, y te busquemos como autor del amor verdadero. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Por Cristo, Dios los
ha enriquecido en todo.
DE LA PRIMERA CARTA
DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS: 1, 1-9
Yo,
Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Sóstenes, mi colaborador,
saludamos a la comunidad cristiana que está en Corinto. A todos ustedes, a
quienes Dios santificó en Cristo Jesús y que son su pueblo santo, así como a
todos aquellos que en cualquier lugar invocan el nombre de Cristo Jesús, Señor
nuestro y Señor de ellos, les deseo la gracia y la paz de parte de Dios,
nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor.
Continuamente
agradezco a mi Dios los dones divinos que les ha concedido a ustedes por medio
de Cristo Jesús, ya que por Él los ha enriquecido con abundancia en todo lo que
se refiere a la palabra y al conocimiento; porque el testimonio que damos de
Cristo ha sido confirmado en ustedes a tal grado, que no carecen de ningún don
ustedes, los que esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. El los
hará permanecer irreprochables hasta el fin, hasta el día de su advenimiento.
Dios es quien los ha llamado a la unión con su Hijo Jesucristo, y Dios es fiel.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 144
R/.
Siempre, Señor, bendeciré tu nombre.
Un
día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte. Muy digno de
alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable. R/.
Cada
generación, a la que sigue anunciará tus obras y proezas. Se hablará de tus
hechos portentosos, del glorioso esplendor de tu grandeza. R/.
Alabarán
tus maravillosos prodigios y contarán tus grandes acciones; difundirán la
memoria de tu inmensa bondad y aclamarán tus victorias. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 24, 42. 44) R/. Aleluya, aleluya.
Estén
preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre. R/.
Estén preparados
DEL SANTO EVANGELIO
SEGÚN SAN MATEO: 24, 42-51
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Velen y estén preparados, porque
no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de
familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría
que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados,
porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre.
Fíjense
en un servidor fiel y prudente, a quien su amo nombró encargado de toda la
servidumbre para que le proporcionara oportunamente el alimento. Dichoso ese
servidor, si al regresar su amo, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les
aseguro que le encargará la administración de todos sus bienes. Pero si el
servidor es un malvado, y pensando que su amo tardará, se pone a golpear a sus
compañeros, a comer y emborracharse, vendrá su amo el día menos pensado, a una
hora imprevista, lo castigará severamente y lo hará correr la misma suerte de
los hipócritas. Entonces todo será llanto y desesperación".
Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Señor,
al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente tu
clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de
unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Mt 23, 10. 8)
Su
Maestro es uno solo, Cristo, dice el Señor, y todos ustedes son hermanos.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que
nuestra participación en la mesa de tu Hijo nos santifique, Señor, para que,
como miembros de su Cuerpo, nos transformemos en el mismo Cristo, a quien hemos
recibido. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Homilía
Fr. Nelson Medina,
O.P.
Temas
de las lecturas: Por él habéis sido enriquecidos en todo * Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey. * Estad
preparados
1. Saludo a los
Fieles de Corinto
1.1
Así como al entrar a un banquete elegante o un restaurante de clase nos presentan el menú de lo que vendrá más
adelante, así conviene que nos
preparemos para alimentarnos sustanciosamente con la Primera Carta a
los Corintios cuya lectura iniciamos
hoy. Aquí nos apoyamos en una notas de estudio
del P. Pedro Ortiz, SJ.
1.2
Corinto es una antigua ciudad griega, situada en el estrecho que une la
parte continental de Grecia con la
península del Peloponeso. En el siglo I d.C. estaba habitada principalmente por excombatientes
romanos y por antiguos esclavos
libertados, procedentes de Italia, o por sus descendientes. Era capital
de la provincia de Acaya, y por su
posición tanto geográfica como política, tenía una activa vida comercial, cultural y religiosa.
Las referencias de algunos autores
antiguos sobre el extremado desenfreno de sus costumbres no parecen corresponder a la realidad de entonces. En
este aspecto, la situación de Corinto
debía de ser semejante a la de tantos otros puertos del Mediterráneo.
1.3
La comunidad cristiana de Corinto fue fundada por Pablo en su segundo
viaje misionero (cf. Hch 18,1–18), a
principios de la década de los 50. Algunos de estos cristianos procedían del judaísmo, pero la
mayoría eran de origen pagano (cf. 1 Cor
12,2). Aunque Pablo permaneció allí año y medio (Hch 18.11), solo pudo
poner los fundamentos de la fe cristiana
(cf. 1 Cor 3,6, 10). Más tarde llegaron otros
maestros, entre los cuales Pablo menciona en particular a Apolo (véase 1
Cor 1,12).
1.4
La actividad de algunos de los maestros venidos posteriormente fue ocasión
de que se crearan divisiones y grupos en
la comunidad. Por otra parte, la intensa vida
carismática que se desarrolló en la iglesia de Corinto llevó a algunos a
creerse demasiado sabios. Además de todo
esto, el pasado pagano de la mayoría de los
cristianos y el contacto inevitable con una sociedad pagana de
costumbres libertinas, así como las
diferencias sociales entre los propios miembros de la comunidad cristiana, dieron lugar a una serie
de situaciones y abusos, que Pablo se
vio obligado a corregir.
2. El Mandato de
Velar
2.1
Con un lenguaje sumamente gráfico Jesús apremia a todos con el mandamiento de velar. Es muy interesante ver que él
mismo, siendo quien es, se compara a un ladrón, en el texto del evangelio que hoy
hemos leído. Y en este género de
comparación no estamos ante un hecho insólito en los evangelios, pues
muchas veces Jesús opta por presentar a
Dios no como es en sí mismo sino como cada cual
lo percibe. ¿Recordamos, por ejemplo, esa vez en que habla de Dios
comparándolo en cierta manera con un
juez injusto al que una pobre viuda tiene que insistirle una y otra vez (Lc 18,3-7)? Dios no ES un juez
injusto, pero a quien sufre y no se siente
escuchado LE PUEDE PARECER que Dios es así, y Jesús opta continuamente
por situarse "del lado del
cliente", no del lado de la teoría o de "la verdad en sí
misma".
2.2
En el caso presente, hay que decir que Dios parece un ladrón para quien se siente tan dueño de su vida, su tiempo y sus
cosas, que no quiere perderlos jamás.
Para el que quiere vivir mil años, Dios es un ladrón de años. Para el
que quiere disfrutar todos los placeres,
Dios sólo puede ser un ladrón de placeres. Para el que quiere gozarse de la creación para siempre,
estorba el llamado del Creador.
2.3
Notemos que en todos los casos en que Dios parece un ladrón es porque el hombre ha querido sentirse "dueño".
La clave en el discurso de Jesús está en esto:
no te sientas dueño y no verás en Dios un ladrón. Siéntete siervo,
siervo amado, siervo fiel, siervo en el
que se puede confiar, y descubrirás un Dios que te otorga el don de su amor y de su confianza.
(Homiletica
org / Fr. Nelson Medina, O.P.)
REFLEXIÓN
Padre Julio Gonzalez
Carretti OCD
Mt. 24, 42-51: Estad
preparados. Parábola del mayordomo.
En
este evangelio encontramos dos parábolas: estar alertas para no ser sorprendidos (vv.36-41), y la parábola del
mayordomo (vv. 45-51). El dueño de casa
no puede estar en vela cada noche, si supiera la hora, velaría en esa hora precisa, lo que sucede es que no sabe el día
en que vendrá el ladrón. En el
plano real, Jesús advierte que cuando
menos se piense, vendrá el Hijo del Hombre. No
basta con descuidar la hora, sino estar siempre preparados; referencia
no a la segunda venida de Cristo, sino
al día de la propia muerte. Se trata de contar con la propia muerte, ejercitarse para la parusía,
actitud cristiana del que espera al Señor.
En esta otra parábola se quiere resaltar más que la vigilancia, la
fidelidad, la responsabilidad del siervo
o administrador de todo aquello que le ha sido confiado. Mateo, está pensando a sus destinatarios más
cercanos judíos o judeocristianos. No
olvidemos que el siervo en la Biblia, supone una elección de Dios, para
una misión específica, que siempre
implica responsabilidad. La fidelidad, que exige el reino de Dios, es necesaria particularmente en los
responsables del nuevo pueblo de Israel,
los jefes de la Iglesia. La parábola menciona las responsabilidades del
siervo, una vez que ha marchado el
señor, cuidar de los que moran en la casa. Darles a su tiempo lo que necesitan, si actúa así, el
criado será fiel y el señor se podrá fiar de
él. Es sensato, porque sabe muy bien, que cuando regrese su señor, lo
alabará y le dará una recompensa. De ahí
que será dichoso el criado el señor encuentre en el ejercicio de su tarea. Mateo está pensando en
los que tienen un puesto administrativo
dentro de la comunidad cristiana, que es comunicar los bienes del Señor a los hermanos. Pero también señala el
peligro de convertir ese servicio en una
actitud despótica de mando con los demás y de perjuicio personal al
entregarse a todo tipo de vicios: comer
y beber en exceso y castigar a sus
compañeros. El siervo se convierte en un
servido, es decir, traiciona su misión específica: esperar trabajando el regreso de su señor. Ahora
bien, si el señor le sorprende en esa
actitud, lo separará de sí, y lo pondrá en el sitio de los hipócritas,
donde será el llanto y el rechinar de
dientes (v. 51), es decir, la exclusión de la vida eterna. Aparece nuevamente el tema de la hipocresía,
comprendida entre el divorcio de la fe y
la acción. Sólo unidas amabas realidades posibilitan estar en la presencia
de Dios. Esta parábola es una seria
advertencia a los dirigentes de la Iglesia, llamados a cultivar la actitud de la vigilancia y la
fidelidad. La insistencia en la tardanza del
Señor, refleja la situación comunitaria en que ya no se espera la
parusía del Señor
Jesús, como algo inmediato, lo que podía dar
espacio a la relajación de las
costumbres y la tibieza en la vivencia de la fe. Mateo ve el peligro y
por ello pone en guardia a la comunidad,
contra lo que significa una vida guiada por la disipación e inercia. Al siervo responsable se le exige
vigilancia activa, puesto que explica la
voluntad de su Señor, con la misma pureza, con que fue propuesta por
Jesucristo el Señor. Teresa vivió en continua tensión de
eternidad, esperando el momento del encuentro
definitivo con el Señor Jesús. “Gran cosa es lo que agrada a Nuestro
Señor cualquier servicio que se haga a
su Madre, y grande es su misericordia. Sea por
todo alabado y bendito, que así paga con eterna vida y gloria la bajeza
de nuestras obras y las hace grandes
siendo de pequeño valor” (F 10,5).
(Homiletica
org /Padre Julio Gonzalez Carretti OCD)
BREVE EXPLICACIÓN DEL
EVANGELIO
Comentario: + Rev. D.
Albert TAULÉ.
Estad preparados
Hoy,
el texto evangélico nos habla de la incertidumbre del momento en que vendrá el
Señor: «No sabéis qué día vendrá» (Mt 24,42). Si queremos que nos encuentre
velando en el momento de su llegada, no nos podemos distraer ni dormirnos: hay
que estar siempre preparados. Jesús pone muchos ejemplos de esta atención: el
que vigila por si viene un ladrón, el siervo que quiere complacer a su amo...
Quizá hoy nos hablaría de un portero de fútbol que no sabe cuándo ni de qué
manera le vendrá la pelota...
Pero,
quizá, antes debiéramos aclarar de qué venida se nos habla. ¿Se trata de la
hora de la muerte?; ¿se trata del fin del mundo? Ciertamente, son venidas del
Señor que Él ha dejado expresamente en la incertidumbre para provocar en nosotros
una atención constante. Pero, haciendo un cálculo de probabilidades, quizá
nadie de nuestra generación será testimonio de un cataclismo universal que
ponga fin a la existencia de la vida humana en este planeta. Y, por lo que se
refiere a la muerte, esto sólo será una vez y basta. Mientras esto no llegue,
¿no hay ninguna otra venida más cercana ante la cual nos convenga estar siempre
preparados?
«¡Cómo
pasan los años! Los meses se reducen a semanas, las semanas a días, los días a
horas, y las horas a segundos...» (San Francisco de Sales). Cada día, cada
hora, en cada instante, el Señor está cerca de nuestra vida. A través de
inspiraciones internas, a través de las personas que nos rodean, de los hechos
que se van sucediendo, el Señor llama a nuestra puerta y, como dice el
Apocalipsis: «Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me
abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3,20).
Hoy, si comulgamos, esto volverá a pasar. Hoy, si escuchamos pacientemente los
problemas que otro nos confía o damos generosamente nuestro dinero para
socorrer una necesidad, esto volverá a pasar. Hoy, si en nuestra oración
personal recibimos —repentinamente— una inspiración inesperada, esto volverá a
pasar.
(www
misal . com .mx)
QUE
NADIE PUEDA ACUSARLOS
1
Co 1,1-9; Mt 24,42-51
Tanto
la Primera carta a los Corintios como el primer Evangelio ponen el énfasis en
la responsabilidad social que tenemos los cristianos. La iglesia de Corinto
había sido bendecida por Dios con numerosos dones y carismas. Nadie carecía de
un don o talento por pequeño que fuera. Todos podían abonarlo a la edificación
espiritual de la comunidad creyente. Viviendo en comunión y solidaridad unos
con otros, estarían cumpliendo con la vocación de vivir santamente. Desde esa
serena conciencia de ser fiel al querer divino, la muerte deja de ser
angustiarte. El contraste que propone el Señor Jesús en el Evangelio de san
Mateo ilustra el proceder dispar de ambos empleados. La lección es clara,
conviene vivir cumpliendo la voluntad de Dios; quien así lo hace, supera
preocupaciones y temores. La autocomplacencia y los excesos de poder son
riesgos que nos pueden separar de Dios y de los hermanos. (www misal com mx).
Santos
Agustín de Nipona, Doctor de la Iglesia;
Moisés "el Etíope", anacoreta;
Edmundo Arrowsmith, mártir.
Memoria (Blanco)
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