LECTURAS
DE LA EUCARISTÍA
MARTES
12 DE AGOSTO DE 2014
TIEMPO
ORDINARIO A. SEMANA 19
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Sal 95, 1. 6)
Canten
al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay
brillo y esplendor en su presencia, y en su templo, belleza y majestad.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en
todo y así merezcamos, en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de
obras buenas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Me dio a comer el libro y me
supo dulce como la miel.
DEL LIBRO DEL PROFETA
EZEQUIEL: 2, 8-3, 4
Esto
dice el Señor: "Hijo de hombre, escucha lo que voy a decirte y no seas
rebelde como la casa rebelde. Abre la boca y come lo que voy a darte".
Vi
entonces una mano tendida hacia mí, con un libro enrollado. Lo desenrolló ante
mí: estaba escrito por dentro y por fuera; tenía escritas lamentaciones y
amenazas. Y me dijo: "Hijo de hombre, come lo que tienes aquí; cómete este
libro y vete a hablar a los hijos de Israel".
Abrí
la boca y me dio a comer el libro, diciéndome: "Hijo de hombre, alimenta
tu vientre y sacia tus entrañas con este libro que te doy". Me lo comí y
me supo dulce como la miel. Y me dijo: "Hijo de hombre, anda; dirígete a
los hijos de Israel y diles mis palabras".
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL: Del
salmo 118
R/.
Tus mandamientos, Señor, son mi alegría.
Me
gozo más cumpliendo tus preceptos que teniendo riquezas. Tus mandamientos,
Señor, son mi alegría; ellos son también mis consejeros. R/.
Para
mí valen más tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata. ¡Qué dulces al
paladar
son
tus promesas! Más que la miel en la boca. R/.
Tus
preceptos son mi herencia perpetua, la alegría de mi corazón. Hondamente
suspiro, Señor, por guardar tus mandamientos. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 11, 29)
R/.
Aleluya, aleluya.
Tomen
mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde
de corazón. R/.
Cuidado con despreciar a uno
de estos pequeños.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN MATEO: 18, 1-5. 10. 12-14
En
cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
"¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?".
Jesús
llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: "Yo les aseguro a
ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino
de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más
grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi
nombre, me recibe a mí.
Cuidado
con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el
cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.
¿Qué
les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja
las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si
llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella, que por las
noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no
quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños".
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe,
Señor, benignamente, nuestros dones, y santifícalos, a fin de que nos sirvan
para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Jn 8, 12)
Yo
soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue, no camina en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos,
Dios todopoderoso, que al experimentar el efecto vivificante de tu gracia, nos
sintamos siempre dichosos por este don tuyo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
REFLEXIÓN
Mt. 18, 1-5.10.12-14: La
verdadera grandeza.
Este evangelio nos presenta el cuarto discurso de Mateo sobre la
fraternidad que debe existir en la
comunidad. Se trata de una discusión de los apóstoles sobre el lugar que cada uno le correspondía en el
reino de Dios, del cual Jesús los hacía
partícipes con su predicación y que los convertirá en dirigentes del
futuro nuevo pueblo de Dios. Jesús, sin
embargo, les manda convertirse, pone en medio de esos hombres a un niño, y hacerse como niños, si
quieren entrar en el reino de los
Cielos. Esta palabra adquiere mayor sentido si la aplicamos a la familia
de Jesús, los que hacen la voluntad de
Dios, son hijos muy amados en el Hijo. La humildad del cristiano nace de la alegría de saberse
hijos de Dios (cfr. Mt. 5,3ss; 11,25). La
filiación exige conversión, porque se trata de hacer la voluntad del
Padre, vivir atentos a su querer, que el
Hijo nos ha comunicado. Pero siempre conscientes de su fragilidad, necesitado de ayuda, que busca
el amparo y protección de Dios.
Convertirse llevará al discípulo hacerse pequeño en el pensamiento y en
la voluntad, y por lo tanto humilde. Si
la palabra ha sido dirigida a los discípulos, es porque ellos serán los que presidan las
comunidades desde la humildad y el
servicio. El servicio de la
comunidad a los niños desprotegidos, es un servicio al propio Jesús. La mención de los ángeles recae
más que en la contemplación que poseen
del rostro de Dios, en la constancia del trato y familiaridad con el Padre.
Si los ángeles de los pequeños tienen
esa dignidad ¡cuánta mayor será la
dignidad de los que creyentes a quienes
sirven! La salvación de los extraviados se comenta con la parábola de la oveja perdida, quiere
exaltar la responsabilidad del pastor que
debe velar por cada de sus ovejas.
Entiéndase por pequeños, no sólo los niños, sino los pecadores, alejados de la Iglesia,
los pobres e ignorantes, a los cuales la
Iglesia sigue atendiendo en multiplicidad de servicios pastorales y
sociales o de promoción humana en todo
el mundo, incluidos los países considerados ricos. Desde niña Teresa de Jesús aprendió a que
el destino del cristiano es vida
eterna, vida con Dios para siempre. “Espantábanos
mucho el decir que pena y gloria era
para siempre en lo que leíamos. Acaecíanos estar muchos ratos tratando
de esto y gustábamos de decir muchas
veces: ¡Para siempre, siempre, siempre! En
pronunciar esto, mucho rato, era el Señor servido me quedase en esta
niñez, imprimido el camino de la
verdad.” (V 1,4).
(Homiletica
org / Padre Julio Gonzalez Carretti OCD)
REFLEXIÓN
EL
CUIDADO A LOS PEQUEÑOS
Ez
2, 8-3, 4; Mt 18, 1-5. 10. 12-14
El
Evangelio nos refiere un gesto profético de Jesús. El maestro invierte
radicalmente el orden de valores vigente en su sociedad. Los niños eran unos
"don nadie" que no merecían consideración alguna por parte de los
adultos. Para Jesús, los pequeños son los más importantes, porque son los
preferidos del Padre celestial. En años recientes hemos conocido numerosos
casos de abusos de todo tipo contra los niños. Los escándalos han sacudido a
las instituciones que olvidaron la centralidad que tienen los pequeños en el
mensaje y la práctica del Señor Jesús. Ezequiel es un profeta que tendrá que
asimilar y encarnar con toda su personalidad el mensaje de condena y esperanza
que predicará a los hijos de Israel. No será un repetidor de fórmulas gastadas,
sino un innovador que presentará de forma nueva el rostro de Dios a los
desterrados.
(www
misal com mx )
Santos
Juana Francisca de Chantal, fundadora;
Hilaria de Ausburgo, mártir.
Beato Isidoro Bakanja, mártir.
Feria (Verde)
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