LECTURAS
DE LA EUCARISTÍA
JUEVES
21 DE AGOSTO DE 2014
TIEMPO
ORDINARIO A. SEMANA 20
PIO
X, PAPA
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Si 50, 1; 44, 16. 22)
Éste
es el sacerdote eterno que agradó a Dios en sus días: y por eso el Señor le
prometió engrandecerlo en medio de su pueblo con un juramento solemne.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
nuestro, que, para defender la fe católica e instaurar todas las cosas en
Cristo, colmaste al Papa san Pío décimo de sabiduría celestial y fortaleza
apostólica, concede, benigno, que, siguiendo sus enseñanzas y ejemplos,
alcancemos la recompensa eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Les daré un corazón nuevo y
les infundiré un espíritu nuevo.
DEL LIBRO DEL PROFETA
EZEQUIEL: 36, 23-28
Esto
dice el Señor: "Yo mismo mostraré la santidad de mi nombre excelso, que
ustedes profanaron entre las naciones. Entonces ellas reconocerán que yo soy el
Señor, cuando por medio de ustedes les haga ver mi santidad.
Los
sacaré de entre las naciones, los reuniré de todos los países y los llevaré a
su tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los purificaré de
todas sus inmundicias e idolatrías.
Les
daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes
el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Les infundiré mi espíritu
y los haré vivir según mis preceptos, y guardar y cumplir mis mandamientos.
Habitarán en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi pueblo y yo seré
su Dios".
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL: Del
salmo 50
R/.
Crea en mí, Señor, un corazón puro.
Crea
en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R/.
Devuélveme
tu salvación, que regocija, mantén en mí un alma generosa. Enseñaré a los
descarriados tus caminos y volverán a ti los pecadores. R/.
Tú,
Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no
te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, tú
nunca lo desprecias. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Sal 94, 8)
R/.
Aleluya, aleluya.
Hagámosle
caso al Señor que nos dice: No endurezcan su corazón. R/.
Conviden
al banquete de bodas a todos los que encuentren.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 22, 1-14
En
aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los
ancianos del pueblo, diciendo:
"El
Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para
su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no
quisieron ir.
Envió
de nuevo a otros criados que les dijeran: 'Tengo preparado el banquete; he
hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a
la boda'. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su
negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los
mataron.
Entonces
el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos
asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego
les dijo a sus criados: 'La boda está preparada; pero los que habían sido
invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden
al banquete de bodas a todos los que encuentren'. Los criados salieron a los
caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del
banquete se llenó de convidados.
Cuando
el rey entró a saludar a los convidados, vio entre ellos a un hombre que no iba
vestido con traje de fiesta y le preguntó: 'Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin
traje de fiesta?' Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los
criados: 'Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será
el llanto y la desesperación'.
Porque
muchos son los llamados y pocos los escogidos".
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta,
Señor, por tu bondad, los dones que te presentamos, para que, dóciles a las enseñanzas
de san Pío, Papa, celebremos con dignidad estos santos misterios y los
recibamos con espíritu de fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 10, 11)
El
buen Pastor da la vida por sus ovejas.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al
celebrar la memoria del Papa san Pío, te rogamos, Señor Dios nuestro, que, por
la eficacia de este banquete celestial, lleguemos a ser constantes en la fe y
vivamos concordes en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
HOMILÍA
Fr. Nelson Medina F., O.P
Temas
de las lecturas: Os daré un corazón nuevo y os infundiré mi espíritu * Derramaré sobre vosotros un agua pura que os
purificará de todas vuestras
inmundicias. * A todos los que encontréis convidadlos a la boda
1. El Problema no estaba Afuera
1.1
Toma mucho tiempo llegar al punto desde el que nos habla el profeta
Ezequiel el día de hoy. Toma tiempo
descubrir que la raíz de los problemas no está "afuera" sino "adentro." 1.2 "Afuera" están las leyes, que
pueden ser muy sabias en sí mismas, pero que
resultan impotentes frente a una mente suficientemente sagaz o un
bolsillo ávido de sobornos.
1.3
"Afuera" están las fuerzas de policía y de ejército con todas sus
armas, que pueden prestar grandes
servicios o ejercer espantosa tiranía.
1.4
"Afuera" están incluso nuestros bellos razonamientos, que pueden
tener una lógica impecable, pero que no
logran mover a la voluntad que piensa sólo en su propio provecho.
1.5
El problema está "adentro," allí donde alcanzamos eso maravilloso que
es la sinceridad, la imposibilidad de
mentirnos a nosotros mismos. Ese "adentro" la Biblia lo llama "corazón," y la promesa
grande es que Dios puede dar un nuevo corazón.
Bienaventurado quien crea tal promesa.
2. ¿Digno del Banquete?
2.1
Lo más común es que haya más hambre que alimentos; eso es lo más frecuente: que haya deseo de comer pero no
alcance la comida. Sin embargo, el
evangelio de hoy presenta la situación inversa: esta vez el banquete
está listo y los invitados no quieren
ir. Y Jesús dice que el Reino de los Cielos se parece a esa situación. ¿Por qué?
2.2
Una pista para la respuesta es hacernos esta otra pregunta: ¿realmente le aceptamos las invitaciones a Dios? Pensemos
nada más en la Biblia. ¿Cuántas biblias
envejecen repletas de polvo en casas de familias que se dicen católicas?
¿Y qué tal lo que sucede con los
sagrarios de nuestras iglesias? ¿No es verdad que nuestro Jesús Sacramentado recibe muy, muy
pocas visitas? Ahí está él; ahí nos
aguarda, y sin embargo su invitación cae en el vacío.
2.3
La invitación de Dios nos desconcierta a menudo. Nos dice que está
escondido en las ropas de los pobres y
que quiere ser visitado en la persona de los
encarcelados. Tal vez el problema está en que nuestros ojos no alcanzan a distinguir su presencia y la cobardía de
nuestra carne retrocede ante un olor
desagradable o ante una historia deprimente. Así rechazamos
muchísimas invitaciones que venían de
parte de Dios. 2.4 Esto podría explicar
la parte de la parábola de hoy que se refiere a la invitación extrema: "Salgan ahora a los cruces de
los caminos y conviden al banquete de
bodas a todos los que encuentren." La sala se llenó de toda clase
de gente. Ese hecho podría referirse a
ese punto en que se rompen los criterios de delicadeza y de pronto entendemos que todos los que van
por el camino, incluyendo al que huele
mal y al que tiene una historia bien triste, todos pertenecemos básicamente
a un mismo mundo, a una misma raza, y
estamos marcados por una misma necesidad
de salvación.
(Homiletica org/Fr. Nelson Medina
F., O.P)
BREVE
EXPLICACIÓN DEL EVANGELIO
Comentario:
Rev. D. David AMADO.
Mi
banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y
todo está a punto; venid a la boda
Hoy,
la parábola evangélica nos habla del banquete del Reino. Es una figura
recurrente en la predicación de Jesús. Se trata de esa fiesta de bodas que
sucederá al final de los tiempos y que será la unión de Jesús con su Iglesia.
Ella es la esposa de Cristo que camina en el mundo, pero que se unirá
finalmente a su Amado para siempre. Dios Padre ha preparado esa fiesta y quiere
que todos los hombres asistan a ella. Por eso dice a todos los hombres: «Venid
a la boda» (Mt 22,4).
La
parábola, sin embargo, tiene un desarrollo trágico, pues muchos, «sin hacer
caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio...» (Mt 22,5). Por eso,
la misericordia de Dios va dirigiéndose a personas cada vez más lejanas. Es
como un novio que va a casarse e invita a sus familiares y amigos, pero éstos
no quieren ir; llama después a conocidos y compañeros de trabajo y a vecinos,
pero ponen excusas; finalmente se dirige a cualquier persona que encuentra,
porque tiene preparado un banquete y quiere que haya invitados a la mesa. Algo
semejante ocurre con Dios.
Pero,
también, los distintos personajes que aparecen en la parábola pueden ser imagen
de los estados de nuestra alma. Por la gracia bautismal somos amigos de Dios y
coherederos con Cristo: tenemos un lugar reservado en el banquete. Si olvidamos
nuestra condición de hijos, Dios pasa a tratarnos como conocidos y sigue
invitándonos. Si dejamos morir en nosotros la gracia, nos convertimos en gente
del camino, transeúntes sin oficio ni beneficio en las cosas del Reino. Pero
Dios sigue llamando.
La
llamada llega en cualquier momento. Es por invitación. Nadie tiene derecho. Es
Dios quien se fija en nosotros y nos dice: «¡Venid a la boda!». Y la invitación
hay que acogerla con palabras y hechos. Por eso aquel invitado mal vestido es
expulsado: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?» (Mt 22,12).
(www
misal com mx)
REFLEXIÓN
POR
AMOR DE MI NOMBRE
Ez
36,23-28; Mt 22,1-14
Cuando
Israel padeció el destierro en Babilonia sirvió de burla para las naciones
vecinas. Era conocida por todos los pueblos cercanos su conciencia de formar
parte del pueblo elegido. Esa elección no les libró de la desgracia del exilio.
Al humillar a Israel, indirectamente denigraban al Dios de Israel, exhibiéndolo
como un protector y un aliado ineficaz. Dios estaba a punto de revertir ese
escándalo, haciendo volver a los israelitas a su propia tierra. No sería un
simple "borrón y cuenta nueva", sino un nuevo comienzo. Dios
regalaría un corazón y un espíritu nuevo a sus hijos para que se condujeran de
forma sensata y preservaran su libertad. La parábola de los invitados al
banquete de bodas puede vincularse con el episodio anterior. Dios regala su
amistad sin exigir condición alguna. Es un llamado abierto y general. Quien
acoja el llamado, tendrá que llevar un traje adecuado, es decir, tendrá que
mantener un corazón libre de toda esclavitud e idolatría. (www misal com mx)
Santos
Pio X, Papa;
Domingo de Armenteira, abad y José Dang de Vietnam, presbítero.
Memoria (Blanco)
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