sábado, 16 de agosto de 2014

SABADO 16 DE AGOSTO DE 2014. MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO


LECTURAS DE LA EUCARISTIA
SABADO 16 DE AGOSTO DE 2014
TIEMPO ORDINARIO  A. SEMANA 19
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Hch 1, 14)
Los discípulos perseveraban unánimes en la oración junto con María, la Madre de Jesús.

ORACIÓN COLECTA
Dios, Padre de misericordia, cuyo Unigénito, clavado en la cruz, proclamó como Madre nuestra a su propia Madre, María santísima, concédenos, por su cooperación amorosa, que tu Iglesia, siendo cada día más fecunda, se alegre por la santidad de sus hijos y atraiga a su seno a todas las familias de los pueblos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA


Yo juzgaré a cada uno según su proceder.

DEL LIBRO DEL PROFETA EZEQUIEL: 18, 1-10. 13. 30-32

El Señor me habló y me dijo: "¿Por qué andan repitiendo este refrán en Israel: 'Los padres fueron los que comieron uvas verdes y son los hijos a quienes se les destemplan los dientes'? Les juro por mi vida, dice el Señor Dios, que nadie volverá a repetir ese refrán en Israel. Sépanlo: todas las vidas son mías, lo mismo la vida del padre que la del hijo. Así pues, el hombre que peque, ése morirá.
El hombre que es justo y vive de acuerdo con el derecho y la justicia; que no ofrece sacrificios a los ídolos ni los adora; que no deshonra a la mujer de su prójimo; que no explota a sus semejantes y les devuelve la prenda empeñada; que no roba, sino que da de comer al hambriento y viste al desnudo; que no presta con usura ni acumula intereses; que no comete maldades y juzga imparcialmente los delitos; que observa mis preceptos y cumple con fidelidad mis mandamientos, ese hombre es justo y ciertamente vivirá, dice el Señor Dios.
Si el hijo del justo es ladrón u homicida y quebranta alguno de mis mandamientos, ciertamente morirá y será responsable de sus propios crímenes.
Pues bien, pueblo de Israel, yo juzgaré a cada uno de ustedes según su proceder, dice el Señor Dios. Arrepiéntanse de todos sus pecados, apártense de ellos y no morirán. Arrepiéntanse de todas las infidelidades que han cometido, estrenen un corazón nuevo y un espíritu nuevo y así no morirán, pues yo no quiero que nadie muera, dice el Señor Dios. Arrepiéntanse y vivirán".

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo
50 R/. Crea en mí, Señor, un corazón puro.

Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti ni retires de mí tu santo espíritu. R/.

Devuélveme tu salvación, que regocija, mantén en mí un alma generosa. Enseñaré a los descarriados tus caminos y volverán a ti los pecadores. R/.

Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios, y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.

ACLAMACIÓN (Cfr. Mt 1 1, 25)
R/. Aleluya, aleluya.

Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.




No les impidan a los niños que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 19, 13-15

En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase por ellos. Los discípulos regañaron a la gente; pero Jesús les dijo: "Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos". Después les impuso las manos y continuó su camino.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, nuestras ofrendas y conviértelas en sacramento de salvación, por cuya eficacia y por la intervención amorosa de la santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, nos llenemos de santo fervor y merezcamos quedar más íntimamente asociados, con ella, a la obra de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, y alabarte en esta conmemoración de la Virgen María.
Porque ella, al aceptar tu Palabra en su corazón inmaculado, mereció concebirla en su seno virginal y, al dar a luz a su Creador, preparó el nacimiento de la Iglesia.
Porque ella, al aceptar junto a la cruz el encargo de tu amor, recibió como hijos a todos los hombres, redimidos por la sangre de Cristo.
Porque ella, al unirse a las oraciones de los Apóstoles y de los discípulos, que esperaban la venida del Espíritu Santo prometido, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante. Y, desde su asunción gloriosa al cielo, sigue mostrando su amor a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria del cielo, hasta que venga el Señor, lleno de gloria. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos sin cesar, diciendo: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 19, 26-27)

Desde la cruz, Cristo dijo al discípulo amado: He ahí a tu Madre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido esta prenda de redención y vida, te suplicamos, Señor, que tu Iglesia, por la ayuda maternal de la santísima Virgen, instruya a todas las naciones, anunciándoles el Evangelio, y llene al mundo entero con la efusión de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios nuestro, por intercesión del beato Bartolomé Laurel, cuyo glorioso martirio celebramos hoy, que, imitando su ejemplo, te agrademos por nuestra humildad y nuestra constancia en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al recordar el martirio del beato Bartolomé Laurel, traemos, Señor, a tu altar nuestros dones, y te pedimos que quienes celebramos los misterios de la pasión del Señor, imitemos lo que realizamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que hemos celebrado el banquete celestial, te pedimos, Señor, que el recuerdo del martirio del beato Bartolomé Laurel y nuestra oración fervorosa, nos alienten a seguir el ejemplo generoso de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Homilía
Temas de las lecturas: Yo juzgaré a cada uno según su proceder * Oh Dios, crea  en mí un corazón puro. * No les impidan a los niños que se acerquen a mí, porque  de los que son como ellos es el Reino de los cielos 

1. Clases de Responsabilidad 
1.1 Es evidente que los actos de los papás tienen consecuencias, positivas o  negativas, en los hijos. Según eso, hay una responsabilidad de los papás que se  transfiere a los hijos. Pero el proceso no es automático ni cobija toda la complejidad  de los actos humanos. Sobre esto quiere enseñarnos Ezequiel en el día de hoy. 
1.2 ¿Qué tanto dependemos de lo que hayan hecho nuestros antepasados? Es una  pregunta difícil. En un extremo tenemos a quienes miran su vida con fatalismo y le  echan todas las culpas a sus padres. Es más o menos lo que sucedía en tiempos de  Ezequiel. Obrando así, aquellas personas condenaban sin remedio a sus ancestros  mientras de paso se declaraban inocentes a sí mismas. Esto es algo muy perverso  de ese fatalismo, entre otras cosas: exime de la propia culpa; lo hace parecer a uno  como una pobre "víctima inocente." 
1.3 En el otro extremo tenemos a la persona que se considera creadora de su  destino "desde cero." Actúa como si no le debiera nada a nadie, como si cada  persona obrara en un vacío que puede y debe ser llenado solamente por las propias  decisiones. Aunque este extremo parezca atractivo para las películas de Hollywood  y sus héroes que se baten en solitario contra el mundo entero, los peligros aquí son la ingratitud y la soberbia.
1.4 Es decir que frente al pasado nos amenazan esos dos extremos: fatalismo y  engañosa inocencia de un lado; soberbia e ingratitud por el otro. En el centro hay  una actitud sana y razonable, que admite que debemos mucho a los que nos han  precedido pero que también nosotros tenemos nuestra propia e intransferible  responsabilidad. 

2. No impidas que los niños se acerquen a Jesús 
2.1 Al niño abortado se le impidió pronunciar el nombre de Jesús. 
2.2 Al niño maltratado se le ocultó el rostro bondadoso de su Redentor. 
2.3 Al que padece la ignorancia de la Palabra se le frenó el acceso a su Buen Pastor. 
2.4 Al que fue abusado se le pretendió alejar la dulce bondad del Corazón de Cristo. 
2.5 Al que se le saturó de regalos se le quiso esconder el regalo de la gracia. 
2.6 Al que se le llenó de pornografía la mente o de violencia el corazón se le quiso  impermeabilizar en contra del rocío bienhechor del Hijo de Dios. 
2.7 Al que se le gritó con amargura o se le reprochó con injusticia se le alejó la paz  del Santo de Dios. 
2.8 Al que nunca se escuchó, se le predicó un Dios ajeno y opuesto a lo que es  Jesucristo. 
2.9 El que no recibió abrazos tardará más en comprender el mensaje del Evangelio. 
2.10 Y el que nunca fue corregido aprendió con ello a reírse del mensaje de su Salvador.
(Homiletica org  / Fr Nelson Medina OP)


REFLEXIÓN

Mt. 19,13-15: Dejad que los niños vengan a mí.    Este evangelio nos narra la imposición de manos y la bendición de los niños, era  común en la época de Jesús; la podían hacer los padres, pero también los rabinos.  Este evangelio nos muestra a  Jesús, cómo con su afabilidad y oración, atraía a las  personas (cfr. Mt.14, 23; Mc. 1,35), en este caso a los niños (cfr. Mt. 18,2). A Jesús  le llevan no sólo enfermos para que los sane sino niños para que los bendiga, gesto  lleno de confianza de parte de los padres. Necesitan del cuidado de los padres, sino  del mayor de ellos: Dios Padre. Jesús impone sus manos sobre ellos, orar e invocar  en su favor la protección y la gracia de Dios. Sin embargo, a los discípulos les  parece inoportuno el gesto y quitarle tiempo al Maestro. Desconocen  la atracción y  confianza que ejerce Jesús sobre las gentes y la idea que tiene el Maestro acerca de  los niños (cfr.Mt.18,3). Admite no sólo que los niños puedan acercarse, sino que  enseña que el reino de los Cielos es como ellos (v.14). Los niños simbolizan, la  actitud de los llamados al reino de Dios: deben ser como niños. Los niños también  están llamados al reino y  a la promesa del Padre, aunque por ahora sean pequeños  y entiendan los que puedan a su edad. En la mente de los fariseos, los niños y  mujeres no eran considerados para comprender la ley, según ellos la religión era  cosa de hombres. Jesús exalta a los excluidos como los niños y las mujeres. El niño  también puede entender, que Dios reina y su voluntad se debe cumplir. Desde esta  perspectiva también los niños se pueden poner junto a Aquel que trae el reino de  Dios. “Dejad que los niños vengan a mí” (v.14). Se destaca de ellos la humildad, en  el sentido de la dependencia que tienen de sus padres, la misma que deben tener  los hombres frente a Dios, puesto que la iniciativa y su gracia de la salvación se  vuelca sobre el hombre que se hace pequeño como un niño. La bendición de Jesús,  hace presente el reino, es decir, también a los pequeños, se da el reino de Dios.  Quizás sean ellos los que mejor conocen a Dios (cfr. Mt.11,25).  La Iglesia  comprendió la importancia del deseo de Jesús de no impedir que los niños se  acerquen a ÉL, dando el bautismo, a los más pequeños para que fueran cristianos  desde el inicio de su existencia, aunque sean los padres los que profesen la fe que  quieren para su hijo. Hoy también se les ofrece la participación en la Eucaristía,  desde cuando saben distinguir entre el Cuerpo del Señor, y el pan común (cfr.  Mt.11, 26). Cuántos niños y niñas han alcanzado a temprana edad, la santidad más  heroica. Aprendamos de ellos, puesto que Dios Padre espera mucho de ellos.
 Santa Teresa de Jesús, desde su niñez conoció a Dios, primero porque en su hogar  se respiraba una sana piedad cristiana y por tener padres virtuosos. “Lo que  importa en la niñez tratar con personas virtuosas” (V 1,2).  
(Homiletica org / Padre Julio González Carretti OCD)


REFLEXIÓN
HACERSE COMO NIÑO
Ez 18,1-10. 13. 30-32; Mt 19,13-15
El capítulo décimo octavo del profeta Ezequiel es un parteaguas en la revelación bíblica. Desde tiempos remotos había quedado establecido el principio de la responsabilidad colectiva, según el cual, las acciones reprobables o meritorias de una persona, afectarían para bien o para mal a sus descendientes por muchas generaciones. Esa forma de implantar la justicia divina tenía sus deficiencias. Por esa razón el Señor establece el principio de la responsabilidad personal, cada ser humano se responsabilizará de su propio proceder. La invitación final es esperanzadora: es posible recomenzar renovándose interiormente con un espíritu y un corazón nuevo. En esa perspectiva podemos interpretar el pasaje del Evangelio de san Mateo: es necesario hacerse tan dócil como los niños, para acoger sin simulación ni doblez alguno, el designio amoroso del Dios. Los niños pequeños confían cabalmente en sus padres. Así tendrá que abandonarse el creyente en las manos del Padre celestial. (www misal com mx).



Santos
Esteban de Hungría, rey; Arsacio de Persia, anacoreta.
Beato Bartolomé Laurel y compañeros, mártires.

Feria (Verde)



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