martes, 19 de agosto de 2014


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
MARTES 19 DE AGOSTO DE 2014.
TIEMPO ORDINARIO  A. SEMANA 20
SAN JUÁN EUDES

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 105, 47)
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y nuestra gloria sea alabarte.

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor Dios nuestro, adorarte con toda el alma y amar a todos los hombres con afecto espiritual. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Eres hombre y no Dios, y te crees tan sabio como Dios.

DEL LIBRO DEL PROFETA EZEQUIEL: 28, 1-10

En aquellos días, el Señor me habló y me dijo: "Hijo de hombre, dile al príncipe de Tiro: 'El Señor Dios dice esto: Tu corazón se ha ensoberbecido y has dicho: Soy Dios, estoy sentado en el trono de Dios, en medio de los mares; pero eres hombre y no Dios, y te crees tan sabio como Dios; pretendes ser más inteligente que Daniel y conocer todos los secretos; con tu sabiduría y habilidad te has hecho rico, has amontonado oro y plata en tus tesoros; con astucia de comerciante has aumentado tus riquezas y te has ensoberbecido por tu fortuna' ".
Por eso dice el Señor: "Porque te has creído tan sabio como Dios, por eso mandaré contra ti a los más feroces de los pueblos extranjeros, que desenvainarán su espada contra tu esplendor y tu sabiduría y acabarán con tu grandeza. Ellos te matarán y el mar será tu sepultura.
¿Ante la mano misma de tus verdugos te atreverás a afirmar todavía que eres Dios, cuando no eres más que un hombre? Morirás como un pagano a manos de extranjeros, porque así lo digo yo, el Señor Dios".

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

RESPONSORIAL: Deuteronomio 32
R/. El Señor da la muerte y la vida.

El Señor pensó: "Voy a dispersarlos y a borrar su memoria entre los hombres. Pero no, porque temo la presunción del enemigo y la mala interpretación del adversario. R/.

Pues diría el enemigo que su mano había vencido y que no era el Señor el que lo había hecho, porque son una nación que ha perdido el juicio". R/.

¿Cómo puede uno perseguir a mil y dos poner en fuga a diez mil? ¿No es porque su Dios los ha vendido, porque el Señor los ha entregado? R/.

El día de su destrucción se acerca y su suerte se apresura, porque el Señor defenderá a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos. R/.

ACLAMACIÓN (2 Co 8, 9)
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R/.



Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja,
que un rico entre en el Reino de los cielos.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 19, 23-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos".
Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: "Entonces ¿quién podrá salvarse?" Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió: "Para los hombres eso es imposible, más para Dios todo es posible".
Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: "Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?" Jesús les dijo: "Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, complacido, estos dones que ponemos sobre tu altar en señal de nuestra sumisión a ti y conviértelos en el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 5, 3-4)
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que, alimentados con el don de nuestra redención, este auxilio de salvación eterna afiance siempre nuestra fe en la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.




HOMILÍA
Fr. Nelson Medina, O.P

Temas de las lecturas: Eres hombre y no dios; te creías listo como los dioses *  Yo doy la muerte y la vida. * Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una  aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios. 

1. Final Estrepitoso de un Falso Dios 

1.1 Hay dentro de nosotros una serie de anhelos ilimitados que hacen que  deseemos ser como dioses. Por algo la serpiente tentó a Eva ofreciendo que la  desobediencia haría que fuéramos como el único Dios (véase Gén 3,5). 

1.2 Ese anhelo se ve frenado cuando nuestra voluntad se ve frenada. Precisamente  en cuanto descubrimos que no todos nuestros deseos se cumplen descubrimos  también que no somos dioses sino creaturas de Dios. Según eso, las limitaciones,  sean de poder, dinero, salud, afecto o de otro orden traen una bendición inmensa e  irremplazable: nos dejan descubrir la verdad fundamental de nuestro propio ser. 

1.3 Por lo mismo, es claro que, cuando las condiciones de vida de una persona le  invitan a sentirse tan fuerte, segura, bella y sabia como para no necesitar nada que  no pueda conseguir, es fácil que se endiose implícita o incluso explícitamente, como
 pasa en la primera lectura de hoy en el ejemplo del rey de Tiro. Uno ve que es una  terrible desgracia la que se avecina a quien vive engañado a la manera como él  vivía: nada puede esperar sino el pánico de ver caer la máscara y sentirse arrojada  a un abismo de absurdo y desprecio, algo así como el infierno. 

1.4 La cura para no llegar a tan lamentable estado es lo que Jesús propone en las  bienaventuranza, cuyo lenguaje es tan extraño como hermoso y sabio: los  "pobres", los que "lloran", los "perseguidos" son en realidad los bendecidos y  bienaventurados porque están infinitamente cerca de percibir la verdad de la  majestad de Dios, único Creador y Salvador.

 2. El camello y la aguja 

2.1 La parte que personalmente más disfruto del santo evangelio del día de hoy es  aquello del asombro de los discípulos ante el provocador comentario de Cristo. Dice  Nuestro Señor que "difícilmente entrará un rico en el Reino de los cielos", y ellos  exclaman impresionados: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". Creo que es bien  interesante lo que queda implícito en esa pregunta de estos hombres, que  ciertamente no eran ningunos ricos. 

2.2 Pienso que a partir de las lecturas debemos entender que los discípulos sentían  que los ricos estaban más cerca de la salvación. Y pienso que el comentario de  Cristo vino ante todo a sacarlos de esa idea. Ellos hablan con este razonamiento de  base: "se supone que los ricos están próximos a salvarse; pero si ahora resulta que  ellos difícilmente entran en el Reino, ¿qué habrá que decir de todos nosotros, los  demás?". 

2.3 Es claro que Jesús no tiene nada contra los ricos por ser ricos. Es claro sobre  todo, porque, cuando los discípulos dicen lo que dicen, Cristo no replica: "No os  preocupéis; los ricos se van a condenar, pero los pobres se van a salvar". No es ese  el objetivo del discurso del Señor. En cambio de esa frase de corte "lucha de clases"  lo que él dice iguala a todos los seres humanos en la indigencia de la salvación.  Esto es lo que dice: "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es  posible". En esto entendemos que Cristo sobre todo quiere anunciar la gratuidad de  la salvación; lo cual, ciertamente implica que, en la medida en que alguien se  considere salvado, por sus riquezas, por ejemplo, más difícil hace su propia entrada  en la lógica de la gracia.  
(Homiletica org / Fr. Nelson Medina, O.P)



REFLEXIÓN

Mt. 19, 23-30: Peligro de las riquezas.  Este evangelio nos presenta la reacción de los discípulos ante la actitud del joven  rico. La afirmación de Jesús, que difícilmente un rico entrará en el reino de los  cielos, desata la reflexión acerca de las riquezas. Esta reflexión de Cristo se une al  Sermón de la Montaña, respecto a que no podemos servir a Dios y al dinero (cfr.  Mt. 6, 24-34). Categóricamente Jesús afirma que es muy difícil entrar en el reino de  los Cielos. Se trata de una persona que posee muchos bienes, los cuales son muy  importantes para él, por lo mismo, está en gran peligro su salvación eterna. Jesús  sabe que los bienes ejercen poder sobre el hombre, que Mammón, el dinero, entra  en competencia con Dios. La atracción está ahí, debe decidir: Dios o las riquezas. El  proverbio que usa el Maestro, no da ninguna posibilidad refiriéndose al camello y la  aguja; el hombre de cara  a la salvación está imposibilitado como el camello. Lo  mismo se afirma del rico, que pone su confianza en las riquezas que posee, sólo la  acción salvadora del reino de Dios puede rescatarlo de su egoísmo o ceguera. Se  puede afirmar, que el rico debe nacer de nuevo desde la fe y la oración (cfr. Jn. 3,  3). En ningún caso, se afirma que no se logre, sino que las probabilidades son  mínimas. Esta imagen no pretende otra cosa que advertirnos de la gravedad de la  situación. El joven había incurrido en este dilema, su apego a las riquezas ha  trastocado el valor de la realidad e impidió que caminase hacia la vida eterna.

Las  palabras de Jesús  recuerdan la puerta estrecha y el camino angosto ¿serán pocos  los que se salven? (cfr. Mt. 7,23; Lc.13,23). Las objeciones de  Pedro, haberlo  dejado todo por ÉL, no son tan duras como la petición de los hijos de Zebedeo al  respecto: ¿qué obtendrán a  cambio? No se habla de la recompensa, pero se alude  a ella (cfr. Mc. 10, 37). Ellos sí lo han dejado todo, no como el joven rico, quien lo  haya seguido en la humillación compartirá su gloria de resucitado. Jesús les  promete sentarse sobre doce tronos, recibir el ciento por uno de lo que ha dejado y  la vida eterna (cfr. Dn. 7, 9-14). El destino de los discípulos está unido al de Jesús,  de ahí que les habla como Hijo del hombre, donde la dimensión judicial y ser  revelador del misterio reino, se unen en la persona del Maestro de Nazaret. Las  Doce tribus de Israel son el nuevo pueblo que nacerá después de la Pascua (cfr. Ap.  7,4-8). Todos aquellos que han seguido a Jesucristo en la regeneración, es decir, en  su bautismo, heredarán la vida eterna (cfr. Tit. 3, 5). Este es el momento de la  regeneración, tiempo de gracia, pero se fija la mirada en la última intervención de  Dios en la historia; pero ésta ha tenido lugar en la venida de Jesucristo. La  regeneración además de esas dos dimensiones mencionadas es más bien el hoy de  la salvación que cambia la vida del creyente (v.28). Es el tiempo de la Iglesia, como  comunidad viva de salvación donde el Espíritu de Jesús comunica la salvación a  todos sus miembros. Iglesia edificada sobre el cimiento de los apóstoles y profetas.  El cristiano lo ha dejado todo para ser discípulo de Jesús, por lo tanto, es  plenamente partícipe de las promesas de Jesús. Lo mejor es saber que Dios Padre,  nos prepara un premio maravilloso, que no es otro, que la comunión de  conocimiento y amor sempiterna con la Santa Trinidad.     
(Homiletica org / Padre Julio Gonzalez Carretti OCD)



REFLEXIÓN: EL PRÍNCIPE DE TIRO
Ez 28,1-10; Mt 19,23-30
El oráculo contra el rey de Tiro no se agota en la biografía de dicho monarca. Es en realidad el retrato de una actitud, la de la soberbia y el engreimiento de quienes se endiosan con el éxito en cualquiera de sus versiones. Cuando los seres humanos, en particular la gente poderosa, que puede hacer tambalear los destinos de una nación, se embriagan con su desmedido poder, terminan por deshumanizarse, creyéndose intocables. Los reveses y fracasos que posteriormente enfrentan, los devuelven a la cruda realidad. La elegía contra el rey de Tiro es una llamada de atención contra el engreimiento y la vanagloria. El joven rico del Evangelio es contrapuesto por el evangelista con los discípulos de Jesús que han aprendido a desprenderse de sus seguridades mundanas para seguirle. Lidiar con la riqueza es tan complicado como lograr liberarse de las limitaciones que acarrea la pobreza.
(www misal com mx)



Santos
San Juan de Eudes, fundador; Ezequiel Moreno, obispo.
Beato Jordán de Pisa, presbítero.
Feria (Verde)




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