miércoles, 30 de abril de 2014

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA JUEVES 01 DE MAYO DE 2014


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
JUEVES 01 DE MAYO DE 2014
JUEVES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA
San José Obrero (Memoria libre)

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sal 67, 8-9. 20)
Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo, y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos dejaron caer su lluvia. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llevaste a cabo el sacrificio pascual para que el mundo obtuviera la salvación, escucha las súplicas de tu pueblo, y haz que, intercediendo por nosotros Cristo, nuestro Pontífice, por su humanidad, que comparte con nosotros, nos reconcilie, y por su divinidad, que lo hace igual a ti, nos perdone. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Nosotros somos testigos de todo esto, y también lo es el Espíritu Santo.

DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 5, 27-33

En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles ante el sanedrín, y el sumo sacerdote los reprendió, diciéndoles: "Les hemos prohibido enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre".
Pedro y los otros apóstoles replicaron: "Primero hay que obedecer a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios lo exaltó y lo ha hecho Jefe y Salvador, para dar a Israel la gracia de la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que lo obedecen".
Esta respuesta los exasperó y decidieron matarlos.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 33
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.

Bendeciré al Señor a todas horas; no cesará mi boca de alabarlo. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.

En contra del malvado está el Señor para borrar de la tierra su recuerdo; escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.

El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.

ACLAMACIÓN (Jn 20, 29) R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.


El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 3, 31-36

"El que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu. El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la cólera divina perdura en contra de él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)

Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien: SAN JOSÉ OBRERO

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 127, 1-2)

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, creador de todas las cosas, que has establecido para el género humano el precepto del trabajo, concede, propicio, por el ejemplo y con la protección de san José, que podamos cumplir con las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

ACLAMACIÓN (Sal 67, 20) R/. Aleluya, aleluya.
Bendito sea el Señor día tras día, que nos lleve en sus alas y nos salve. R/.



¿No es éste el hijo del carpintero? 
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 54-58

En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: "¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas'? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?" Y se negaban a creer en Él.
Entonces, Jesús les dijo: "Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa". Y no hizo muchos milagros ahí por la incredulidad de ellos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, fuente de toda misericordia, mira las ofrendas que te presentamos en la conmemoración de san José, y concédenos, propicio, que los dones ofrecidos se conviertan en protección para los que te invocan. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia, para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Col 3, 17)
Todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados, Señor, con el manjar celestial, te suplicamos humildemente que, a ejemplo de san José, llevemos en nuestro corazón las pruebas de tu amor y gocemos siempre del fruto de la paz eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor



PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
 El 01/05/2014.

Queridos hermanos y hermanas: Hoy, primero de mayo, fiesta de san José obrero e inicio del mes dedicado a la Virgen María, deseo reflexionar sobre dos ideas. La primera sobre el trabajo. En el evangelio, Jesús es conocido como «el hijo del carpintero». En el taller de Nazaret, comparte con san José el esfuerzo, el cansancio, los problemas de cada día, así como también la satisfacción. El trabajo forma parte del plan del amor de Dios y otorga dignidad a la persona. No dejo de pensar en las dificultades que tienen no pocos países en el ámbito laboral. Pido a todos que, en la medida de sus responsabilidades, se esfuercen por crear puestos de trabajo y dar esperanza a los trabajadores. San José, que vivió momentos difíciles y puso su confianza en Dios, que no abandona, interceda por todos los trabajadores del mundo.

Deseo referirme también a la actitud de María y José ante Jesús. Ellos acompañan y protegen con ternura el crecimiento del Hijo de Dios, sabiendo conservar y meditar en su corazón todas las cosas. Para escuchar al Señor, es necesario contemplarlo, percibir su presencia, dialogar con Él, sacar tiempo para la oración. En este mes de mayo, recuerdo la importancia y la belleza de la oración del Rosario. Con su recitación, meditamos los momentos centrales de la vida de Jesucristo, tratando de que Él sea el centro de nuestros pensamientos, atenciones y acciones. Pidamos a san José y a la Virgen María que nos enseñen a ser fieles en nuestro trabajo cotidiano y a afrontar con fe las vicisitudes de cada día. Muchas gracias.

Publicado por Radio Vaticana.


Meditación de Benedicto XVI: En la reflexión sobre la vida eterna, es neta la diferencia entre quien cree y quien no cree, o, se podría igualmente decir, entre quien espera y quien no espera. San Pablo escribe a los tesalonicenses: No queremos dejaros en la ignorancia sobre aquellos que murieron, para que no estéis tristes como quienes no tienen esperanza. La fe en la muerte y la resurrección de Jesucristo marca, también en este campo, un antes y un después decisivo. También san Pablo recuerda a los cristianos de Éfeso que, antes de acoger la Buena Noticia, estaban en el mundo sin esperanza y sin Dios. De hecho, la religión de los griegos, los cultos y los mitos paganos, no podían iluminar el misterio de la muerte, tanto que una antigua inscripción decía: ¡Qué pronto recaemos de la nada a la nada!. Si quitamos a Dios, si quitamos a Cristo, el mundo recae en el vacío y en la oscuridad. Y esto encuentra eco también en las expresiones del nihilismo contemporáneo, un nihilismo a menudo inconsciente que contagia lamentablemente a muchos jóvenes. (Benedicto XVI, 6 de noviembre de 2011).

Pistas para la Lectio Divina:
Juan 3, 31-36: Dejarnos iluminar por la Pascua: El Espíritu dado sin medida. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna”
Autor: Padre Fidel Oñoro CJM
Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM  

El texto de hoy nos habla de la validez y de la autoridad que tiene la enseñanza que Jesús le ha dado a Nicodemo.  Se trata por lo tanto de una invitación a la obediencia a las Palabras de Jesús: ¡Cree en el Hijo para que tengas la vida eterna! (3,36).

La autoridad de Jesús para hablar de Dios se fundamenta en tres realidades:

(1) Viene del cielo: “El que viene de arriba está por encima de todos” (3,31).  Jesús procede de la comunión eterna en el seno del Padre y ha venido al mundo para “contarnos” lo que ha vivido en esa amorosa intimidad (ver 1,18).

Por esta razón es un testigo directo de lo que enseña. Él no es como los demás maestros de la tierra que transmiten lo que a su vez han recibido por medios escolares. Por venir del cielo, Jesús “da testimonio de lo que ha visto y oído” (3,32).

(2) Dios lo ha autenticado con la unción del Espíritu Santo: “El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz; porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida” (Juan 3,33-34; ver igualmente 1,33-34).

(3) Dios colocó en su Hijo esta responsabilidad: “El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano” (3,35).

Detrás del amor del Padre al Hijo, está también el amor a la humanidad.

Por lo tanto hay que aceptar el mensaje-testimonio de Jesús. No hay excusas para no hacerlo. La enseñanza de Jesús tiene validez, una validez que –por lo demás- se constata en su eficacia: “El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz” (3,33).

Jesús es la “verdad” encarnada de Dios (término que en Juan traduce el hebreo “emet”, que describe la fidelidad de Dios con su pueblo).

La responsabilidad del hombre es grande: aceptar a Jesús es entrar enseguida en las relaciones con Dios que le llevan a la participación plena de su vida. No hacer esto es auto-juzgarse y excluirse de la vida.
  
Para cultivar la semilla de la Palabra en el corazón:

1. Jesús es revelador. ¿De qué?
2. ¿En qué se basa la autoridad de Jesús?
3. ¿A qué hace referencia la inmensa generosidad de Jesús, quien “da el Espíritu sin medida”?

Reflexión:
Jesús no deja dudas sobre el hecho de que Él ha bajado del cielo y por ello conoce perfectamente todo lo que hay allí. Él conoce bien el deseo que tiene Dios de vivir en el corazón de los hombres y por esto no hace otra cosa que hablar de las cosas de Dios. Los hombres normalmente hablan sólo de las cosas terrenas, porque no saben apreciar las grandezas de las cosas celestes. Pero anuncia la belleza de la promesa: Dios da el espíritu sin medida.

Cuando un cristiano abre su corazón a Dios, no recibe solamente la felicidad que espera, sino mucho más: Él concede la felicidad en esta vida y el premio de la vida futura. ¡Cuánto es generoso el amor de Dios que devuelve a ciento por uno! No guarda para sí sus dones.

Jesús concluye con una cierta tristeza, pensando en aquellos que han cerrado su propio corazón: aquel que no cree en el Hijo no verá la vida. Por esto debemos apreciar la vida de gracia, la presencia de Dios en nuestras almas, dado que no imaginamos cuánto seremos felices cuando abramos completamente las puertas de nuestro corazón a Cristo. La vida eterna, dice Jesús, comienza creyendo en Él, en lo concreto de cada día, no sustituyendo la fe con los trabajos humanos, sino mostrando la fe a través el trabajo. (Catholic . net )

REFLEXION:
QUIEN VIENE DE ARRIBA
Hch 5, 27-33; Jn 3, 31-36
A Pedro y Juan no les impresionaban los signos de autoridad que los sacerdotes judíos se colocaban sobre sus cabezas para agrandar su estatus y su pretendida representación divina ante el pueblo. Sabían que su poder podía ser cuestionado cada vez que se apartaran de la voluntad de Dios. Los apóstoles disciernen como personas maduras e intuyen que la prohibición que les impedía pronunciar el nombre de Jesús era arbitraria y por tanto, cuestionable. Aplicando el criterio del cuarto Evangelio, descubrieron que los dictámenes del Consejo Judío provenían de abajo y no de arriba. Por eso concluyeron que debían obedecer antes a Dios que a los hombres. (www miral com mx).


Santos
 José, obrero; Agustín Shoefler, mártir; Jeremías, profeta

Feria (Blanco)

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