LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
VIERNES 04 DE ABRIL DE 2013
IV SEMANA DE CUARESMA / A
ANTÍFONA
DE ENTRADA
Señor,
sálvame por tu nombre y líbrame con tu poder. Señor, escucha mi plegaria,
atiende a las palabras de mi boca. (Sal 53, 3-4).
ORACIÓN
COLECTA
Dios
nuestro, que has preparado en tus sacramentos el auxilio adecuado a nuestra
debilidad, concédenos recibirlos llenos de gozo y renovar con ellos nuestra
vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
Condenemos
al justo a una muerte ignominiosa.
DEL LIBRO DE LA
SABIDURÍA: 2, 1. 12-22
Los
malvados dijeron entre sí, discurriendo equivocadamente: "Tendamos una
trampa al justo, porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en
cara nuestras violaciones a la ley, nos reprende las faltas contra los
principios en que fuimos educados. Presume de que conoce a Dios y se proclama a
sí mismo hijo del Señor.
Ha
llegado a convertirse en un vivo reproche de nuestro modo de pensar y su sola
presencia es insufrible, porque lleva una vida distinta de los demás y su
conducta es extraña. Nos considera como monedas falsas y se aparta de nuestro
modo de vivir como de las inmundicias. Tiene por dichosa la suerte final de los
justos y se gloría de tener por padre a Dios.
Veamos
si es cierto lo que dice, vamos a ver qué le pasa en su muerte. Si el justo es
hijo de Dios, Él lo ayudará y lo librará de las manos de sus enemigos.
Sometámoslo a la humillación y a la tortura para conocer su temple y su valor.
Condenémoslo a muerte ignominiosa, porque dice que hay quien mire por él".
Así
discurren los malvados, pero se engañan; su malicia los ciega. No conocen los
ocultos designios de Dios, no esperan el premio de la virtud, ni creen en la
recompensa de una vida intachable.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor
SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 33
R/.
El Señor no está lejos de sus fieles.
En
contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su memoria. Escucha,
en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.
El
Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Muchas
tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.
Por
los huesos del justo vela Dios, sin dejar que ninguno se le quiebre. Salva el
Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en Él esperan. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 4, 4)
R/.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No
sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de
Dios. R/.
Trataban de capturar
a Jesús, pero aún no había llegado su hora.
DEL SANTO EVANGELIO
SEGÚN SAN JUAN: 7, 1-2. 10. 25-30
En
aquel tiempo, Jesús recorría Galilea, pues no quería andar por Judea, porque
los judíos trataban de matarlo. Se acercaba ya la fiesta de los judíos, llamada
de los Campamentos.
Cuando
los parientes de Jesús habían llegado ya a Jerusalén para la fiesta, llegó
también Él, pero sin que la gente se diera cuenta, como de incógnito. Algunos,
que eran de Jerusalén, se decían: "¿No es éste al que quieren matar? Miren
cómo habla libremente y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido
de que es el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde viene éste; en cambio,
cuando llegue el Mesías, nadie sabrá de dónde viene".
Jesús,
por su parte, mientras enseñaba en el templo, exclamó: "Conque me conocen
a mí y saben de dónde vengo... Pues bien, yo no vengo por mi cuenta, sino
enviado por el que es veraz; y a Él ustedes no lo conocen. Pero yo sí lo
conozco, porque procedo de Él y Él me ha enviado". Trataron entonces de
capturarlo, pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su
hora.
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Que
el poder salvador de este sacrificio que vamos a ofrecerte, nos libre, Señor,
de nuestros pecados, para celebrar dignamente las fiestas pascuales, principio
de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Ef 1, 7)
Por
medio de su Sangre, Cristo nos ha obtenido la redención y el perdón de nuestros
pecados. En esto se manifiesta la inmensidad de su gracia.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por
medio de este sacramento, que nos señala el paso de la antigua a la nueva
alianza, concédenos, Señor, despojarnos de todo lo que es pecado y revestirnos
de la santidad de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos
HOMILIA
DEL PAPA FRANCISCO
04/04/2014
“CUANDO
SE ANUNCIA EL EVANGELIO PODEMOS SER PERSEGUIDOS”.
Lo
dijo el Papa Francisco en la misa de esta mañana en la Casa de Santa Marta. El
Papa reiteró que hoy en día hay más mártires que en los primeros tiempos de la
Iglesia, e instó a los fieles a no tener miedo a la incomprensión y a las
persecuciones.
El
corazón de los malvados que se alejan de Dios que quiere apoderarse de la
religión.
El
Papa desarrolló su homilía, empezando por el pasaje del Libro de la Sabiduría,
en la primera lectura. Y observó que los enemigos de Jesús tienden trampas,
traman "calumnias, le quitan la fama". Es "como si prepararan un
caldo para destruir al Justo". Y esto porque se opone a sus acciones,
“reprocha los pecados contra la ley", les echa en cara "la
transgresión contra la educación recibida". A lo largo de la historia de
la salvación, observó el Santo Padre, "los profetas fueron perseguidos
", y el mismo Jesús lo dice a los fariseos. Siempre "en la historia
de la salvación, en el tiempo de Israel, incluso en la Iglesia -dijo- los
profetas fueron perseguidos". Perseguidos porque los profetas dicen:
"¡Ustedes equivocaron el camino! Vuelvan al camino de Dios". Y esto,
observó, "para las personas que tienen el poder de aquel mal camino, no le
gusta”.
“El
evangelio de hoy es claro, ¿no? Jesús se escondía, en estos últimos días,
porque todavía no había llegado su hora; pero Él sabía cual habría sido su fin,
cómo sería su fin. Y Jesús es perseguido desde el principio: recordemos cuando
al inicio de su predicación regresa a su pueblo, va a la sinagoga y predica;
inmediatamente después de una gran admiración inicial, empiezan: ‘¿Pero éste,
sabemos de dónde es? ¿Este es uno de los nuestros? ¿Pero con qué autoridad
viene a enseñarnos? ¿Dónde estudió?'. ¡Lo descalifican! Es el mismo discurso,
¿no? "¡Pero éste sabemos de dónde es! Cristo, en cambio, cuando vendrá
nadie sabrá de dónde es!'. Descalificar al Señor, descalificar al profeta para
quitarle la autoridad!”
Lo
descalifican, dijo Francisco, "porque Jesús salía y hacía salir de aquel
ambiente religioso cerrado, de aquella jaula". El profeta, reiteró el
Papa, "lucha contra las personas que enjaulan el Espíritu Santo. ¡Y por
eso es perseguido: siempre!". Los profetas "siempre son perseguido o
incomprendidos -afirmó el Pontífice-, abandonados a un lado. ¡No les hacen
lugar!". ¡Esta situación, no acabó con la muerte y resurrección de Jesús,
continúa en la Iglesia! “Hostigamiento desde fuera y persecución desde
dentro". Cuando leemos las vidas de los santos, dijo el Santo Padre
Francisco: "cuántas incomprensiones, cuántas persecuciones han sufrido los
Santos", "porque eran profetas”.
“También
tantos pensadores de la Iglesia fueron perseguidos. Pienso en uno, ahora, en
este momento, no lejos de nosotros, un hombre de buena voluntad, un profeta de
verdad, que con sus libros reprochaba a la Iglesia de alejarse del camino del
Señor. Pronto fue llamado al orden, sus libros puestos en el índice, le
quitaron la cátedra y así para este hombre terminó su vida: no hace mucho de
esto. ¡Pasó el tiempo y hoy es beato! ¿Pero cómo es que ayer era un hereje y
hoy es beato? Porque 'ayer los que tenían el poder querían silenciarlo, ya que
no les gustaba lo que decía. Hoy la Iglesia, que gracias a Dios sabe
arrepentirse, dice: 'No, este hombre es bueno!'. Es más, está en el camino de
la santidad: es un beato".
“Todas
las personas que el Espíritu Santo escoge para decir la verdad al pueblo de
Dios -añadió el Santo Padre - sufren persecución." Y Jesús "es el
modelo, la imagen". El Señor tomó sobre Él "todas las persecuciones
de su pueblo". Y aún hoy, observó con amargura Francisco, "los
cristianos son perseguidos". "Me atrevo a decir -añadió- que tal vez
haya tantos o más mártires ahora que en los orígenes", "porque a esta
sociedad mundana, a esta sociedad demasiado tranquila, que no quiere problemas,
le dicen la verdad, le anuncian a Jesucristo”:
“Pero
existe la pena de muerte o el encarcelamiento por tener el Evangelio en casa,
por enseñar el catecismo, hoy en alguna parte! Me decía un católico de estos
países en los que no se puede orar juntos. ¡Está prohibido! Sólo se puede rezar
solos o escondidos. Pero ellos quieren celebrar la Eucaristía y ¿cómo pueden
hacerlo? Hacen una fiesta de cumpleaños, fingen celebrar el cumpleaños y allí
celebran la Eucaristía, antes de la fiesta. ¡Y esto ha sucedido! Cuando ven que
llega la policía, rápidamente ocultan todo y 'Felicidad, felicidad. ¡Feliz
cumpleaños! 'Y prosigue con la fiesta. Luego, cuando se van, terminan la
Eucaristía. Así tienen que hacer, ya que está prohibido rezar juntos. ¡Hoy en
día!
Y
esta historia de persecución, remarca “el camino del Señor, es el camino de los
que siguen al Señor. "Pero, al final, termina siempre de nuevo, como el
Señor: con una Resurrección, pero ¡pasando por la Cruz!". Francisco dirigió
su pensamiento al padre Matteo Ricci, evangelizador de China, que "no fue
comprendido, que no fue entendido. ¡Pero él obedeció como Jesús!” Siempre
"¡habrán persecuciones, incomprensiones! Pero Jesús es el Señor, y ese es
el desafío y la Cruz de nuestra fe". Que el Señor, concluyó el Papa,
"nos dé la gracia para seguir su camino y, si ocurre, incluso con la cruz
de la persecución."
ER
– RV
FUENTE:
RADIO VATIACANO.
REFLEXION
Sab.
2, 1. 12-22. Los malvados, en el libro de Sabiduría, son aquellos que viven
pensando que la vida temporal es lo único de lo que disfrutamos. Al morir la
persona, dicen, todo habrá terminado. Por eso hay que disfrutar todo con ardor
y pasión. Si no hay premio ni castigo en la otra vida no hay por qué respetar a
los demás. Más aún: hay que aprovecharse de ellos, de sus pocas pertenencias.
Lo que importa es tenerlo todo a cualquier costo, para poderlo disfrutar antes
que se nos vaya la vida. Si alguien habla de la otra vida y echa en cara a los
malvados sus violaciones a la ley y les reprende sus faltas contra los
principios en que se les educó, ese tal es un vivo reproche que considera
monedas falsas e inmundicias a quienes tienen como único pecado disfrutar de lo
que han adquirido en cualquier forma y a cualquier costo, no importando el
haber afectado los intereses de los demás. Por ello, hay que perseguirlo y
acabar con él; sólo así desaparecerá su molesto proceder.
En
Cristo esto se ha cumplido. Él ha venido para llamarnos a la conversión. No
quiere que lo pasajero nos domine. Tampoco nos quiere cautivos de nuestras
pasiones desenfrenadas, pensando que es lo único que nos da felicidad. Quien tenga
sólo la visión de lo temporal y de la satisfacción de sus gustos personales no
podrá vivir el amor fraterno. Antes al contrario se convertirá en el peor azote
para los demás. Sólo querrá apoderarse de sus bienes a cualquier precio.
Sólo
en Cristo encontramos el verdadero camino que nos conduce a la verdadera paz, a
la auténtica felicidad: el amor en su doble dimensión, a Dios y al prójimo.
Quien no lo tenga vivirá en la soledad. Y no importaría tener todos los bienes
del mundo y el disfrutar pasajeramente de los placeres de este mundo. Mientras
no haya alguien a quien amemos y nos ame en profundidad, nuestra vida no tendrá
sentido alguno.
A
pesar de que seamos malinterpretados o incomprendidos esforcémonos
constantemente en amar y en llamar a todos a dejar sus egoísmos y a vivir en el
amor. Sólo así podremos encontrar la auténtica paz y la felicidad verdadera.
Sal.
34 (33). Se nos invita a poner nuestra confianza en Dios. Él jamás nos
abandonará como no abandonó a su Hijo a la muerte. En cambio, el malvado vive
sin la protección de Dios, y su memoria será borrada de la tierra para siempre.
Muchas
veces la vida se nos complica; sin embargo no por eso el Señor se ha olvidado
de nosotros. ¿Puede una madre olvidarse del fruto de sus entrañas? Pues aunque
una madre lo hiciera, yo no me olvidaré de ti, dice el Señor; mira: tu nombre
lo tengo tatuado en la palma de mis manos.
En
los momentos de prueba recordemos que así como el oro se acrisola en el fuego,
así, mediante la prueba, hemos de ser purificados nosotros para convertirnos en
una ofrenda grata al Señor (Cf. Mal 3,3). Esto no nos debe llevar a buscar el
sufrimiento de un modo enfermizo, ni causarlo a los demás. Más bien hemos de
aprender a tomar nuestra cruz de cada día con amor y, también con amor, seguir
a Cristo, sabiendo que así como Él no fue abandonado a la muerte, así tampoco
lo seremos nosotros, sino que, junto con Él, viviremos eternamente a la diestra
de nuestro Dios y Padre.
Jn.
7, 1-2. 10. 25-30. Durante la fiesta de los campamentos los judíos recordaban
su camino por el desierto hacia la tierra prometida. En ese ambiente festivo
Jesús se manifiesta como el enviado del Padre, es decir, como el Mesías
esperado por muchos. Esto lo manifiesta Jesús no sólo con sus palabras sino con
sus obras, que culminarán con la gran obra de salvación lograda para nosotros a
través de su muerte, resurrección y glorificación a la diestra del Padre.
Así
Jesús no sólo nos habla del amor de Dios hacia nosotros; Él mismo es la
manifestación del amor que Dios nos tiene. Su cercanía a los pecadores, a los
extranjeros, a los pobres nos quiere hacer entender que Dios quiere que todos
se salven y participen de su misma vida.
Quienes
vivían encerrados en una fe nacionalista; quienes despreciaban a los pobres y
enfermos, pensando que esos males eran consecuencia de las maldades que habían
cometido; quienes vivían instalados en sus lujos pensando que Dios los había
premiado por su fidelidad en el cumplimiento exacto de la Ley; ellos, todos
ellos, encuentran en las palabras y en las obras de Jesús un vivo reproche por
su modo de actuar ante Dios y ante el prójimo.
El
no conocer a Dios y el tener una imagen inventada al modo humano acerca del
Señor lleva a la persona a crearse una imagen de Dios acorde a los propios
intereses. Así Dios no es un compromiso sino alguien a quien podemos manipular
para que no nos moleste.
Jesús,
no comprendido, vivo reproche contra la maldad, fue perseguido, calumniado y
finalmente eliminado para que no destruyera la religión construida en torno a
un Dios imaginado como cómplice y protector de las injusticias y opresiones de
quienes estaban al frente del pueblo.
En
la Eucaristía celebramos al Cordero de Dios, inmolado por nosotros, para quitar
el pecado del mundo. Al mismo tiempo celebramos su victoria, pues Dios no lo
abandonó a la muerte. El que fue perseguido, ahora reina eternamente.
Quienes
nos unimos a Él, y entramos en comunión de vida con Él, estamos aceptando el
compromiso de continuar esforzándonos para que su Reino se haga presente en
todos los corazones. Esto nos puede acarrear serios problemas. Sin embargo no
podemos vivir nuestra fe de un modo fácil. El riesgo, incluso de dar nuestra
vida, de recibir burlas y de ser perseguido, es aceptado por quienes tenemos a
Cristo como Señor de nuestra vida.
Así
entendemos que la Eucaristía no es un momento de romanticismo, sino de
compromiso con Dios y con su Reino aceptando todas las consecuencias que
derivan de creer en Cristo y de ser auténticos testigos de su vida en nosotros.
¿Quién
es este Jesús por quien muchos lo han dejado todo y por quien, incluso, han
derramado su propia sangre? Abandonado familia y patria no sólo han hablado de
Él; han convertido su vida en un estilo de vida semejante al suyo y a la altura
de la fe que en Él han depositado. Son personas de las que el mundo no era
digno.
Ejemplo
para quienes, diciendo creer en Él lo han traicionado amoldando su práctica
religiosa con sus injusticias y crímenes.
Dios
nos pide ser más congruentes con nuestra fe. No podemos aparentar ser hijos de
Dios. Esto no es un juego, un pasatiempo, un cumplimiento de fórmulas
legalistas.
Si
queremos que la fe en Cristo en verdad le dé un nuevo rostro a la humanidad
hemos de ser nosotros, que decimos creer en Él y amarlo, los primeros en no
quedarnos en vana palabrería, y saber arrostrar todas las consecuencias que
conlleva el haber aceptado a Cristo como centro y guía de nuestra vida.
Roguémosle
al Señor que nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra
Madre, la gracia de la fidelidad a Él, como sus humildes siervos que
manifiesten su fe con obras. Amén.
Homiliacatolica
REFLEXION:
PLANES HOMICIDAS
Sb
2,1. 12-22, Jn 7, 1-2. 10. 25-30
El
libro de la Sabiduría expone los planes homicidas que los malvados traman
contra el justo. Pretenden quitarlo de en medio y de paso asegurarse de sus
pretensiones de ser justo. Extrañamente los malvados afirman la justicia divina
y aventuran que el Dios justo no dejara "colgado de la brocha" al que
sea justo. El autor del libro de la Sabiduría está convencido que Dios no
desampara de forma definitiva a los suyos; la victoria de los malvados es
pasajera. Si éstos aplastan para siempre a los justos, también están venciendo
a Dios. Los habitantes de Jerusalén hacen un razonamiento semejante con
relación a Jesús. Si sus pretensiones de ser el Mesías son genuinas, tendrá que
ser autentificado por Dios.(www misal com mx).
Santos
Isidoro de Sevilla, Doctor de la Iglesia; Benito "el
Moro" de Palermo, religioso;
Cayetano Catanosso, fundador.
Feria (Morado)
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