LECTURAS
DE LA EUCARISTÍA
MIERCOLES 9 DE
ABRIL DE 2014
V
SEMANA DE CUARESMA
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Sal 17, 48-49)
Tú
me libras, Señor, de la ira de mis enemigos, me haces triunfar sobre mis
adversarios y me salvas del hombre malvado.
ORACIÓN
COLECTA
Ilumina,
Señor, el corazón de tus hijos, purificado por las penitencias cuaresmales y
concédenos manifestar en nuestra vida el deseo de servirte que nos has
inspirado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
Dios
mandó a su ángel para liberar a sus siervos.
DEL LIBRO DEL PROFETA
DANIEL: 3, 14-20. 49-50. 91-92. 95
En
aquellos días dijo el rey Nabucodonosor: "¿Es cierto, Sedrak, Mesak y
Abednegó, que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que
he mandado levantar? Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al
oír sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el salterio, la chirimía y toda
clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua que he mandado hacer.
Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno encendido. ¿Y
qué dios podrá librarlos entonces de mis manos?"
Pero
Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: "No es
necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a quien servimos puede
librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos; y aunque no lo
hiciera, sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni adoraremos la
estatua de oro, que has mandado levantar".
Entonces
Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su rostro cambió para Sedrak, Mesak
y Abednegó. Mandó encender el horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces
más de lo acostumbrado. Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes
de su ejército ataran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran al horno
encendido.
Pero
el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a ellos, apartó las llamas y
produjo en el horno un frescor como de brisa y de rocío, y el fuego no los
atormentó, ni los hirió, ni siquiera los tocó. El rey Nabucodonosor,
estupefacto, se levantó precipitadamente y dijo a sus consejeros: "¿Acaso
no estaban atados los tres hombres que arrojamos al horno?" Ellos
contestaron: "Sí, señor". El rey replicó: "¿Por qué, entonces,
estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean
entre
las llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece un ángel".
Nabucodonosor
los hizo salir del horno y exclamó: "Bendito sea el Dios de Sedrak, Mesak
y Abednegó, que ha enviado a su ángel para librar a sus siervos, que confiando
en Él, desobedecieron la orden del rey y expusieron su vida, antes que servir y
adorar a un dios extraño".
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL: Daniel 3
R/.
Bendito seas para siempre, Señor.
Bendito
seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso.
R/.
Bendito
seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino. R/.
Bendito
eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono
rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Lc 8, 15) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos
los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y
perseveran hasta dar fruto. R/.
Si
el Hijo les da la libertad, serán realmente libres
DEL SANTO EVANGELIO
SEGÚN SAN JUAN: 8, 31-42
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en Él: "Si se mantienen
fieles a mi palabra, serán verdaderamente discípulos míos, conocerán la verdad
y la verdad los hará libres". Ellos replicaron: "Somos hijos de
Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: 'Serán
libres'?"
Jesús
les contestó: "Yo les aseguro que todo el que peca es un esclavo del
pecado y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda
para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que
son hijos de Abraham; sin embargo, tratan de matarme, porque no aceptan mis
palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que
han oído en casa de su padre". Ellos le respondieron: "Nuestro padre
es Abraham". Jesús les dijo: "Si fueran hijos de Abraham, harían las
obras de Abraham. Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad
que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su
padre". Le respondieron: "Nosotros no somos hijos de prostitución. No
tenemos más padre que a Dios".
Jesús
les dijo entonces: "Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo salí
de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por Él".
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta,
Señor, estos dones que tú has querido que te ofrezcamos para alabanza tuya y
salvación nuestra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
I de la Pasión del Señor
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Col 1, 13-14)
Dios
nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la
redención y el perdón de los pecados.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos,
Señor, que este sacramento que hemos recibido, nos purifique de todos nuestros
vicios y nos confirme para siempre en tu amistad. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
REFLEXION
Dan. 3, 14-20. 49-50.
91-92. 95.
Este relato del libro de Daniel, más que leerse en el trasfondo histórico, lo
hemos de leer en el trasfondo de interpretación teológica: Dios y su Pueblo, en
Alianza de exclusividad. Dios velará por su pueblo aún en los momentos y en las
pruebas más difíciles. En esos momentos el pueblo no ha de perder la confianza
en Dios, que no defraudará a quienes le sean fieles.
Escrito,
según parece, en el mismo tiempo en que el Templo de Dios en Jerusalén fue
incendiado, este texto nos da a entender que, a pesar de que el Pueblo de Dios
sea puesto en un horno encendido siete veces más de lo acostumbrado, el resto
fiel del Pueblo de Dios, aun cuando muera, resucitará para la vida. Tenemos,
así, un signo Pascual en este relato, donde, a partir del sufrimiento, se llega
a la perfección, y se puede dar testimonio del Señor ante pueblos extraños al
judaísmo para que todos reconozcan al Señor como su único Dios, y abandonen el
culto a los ídolos.
La
Cuaresma, ya casi tocando a su fin, nos ha de ayudar a abandonar aquellos
caminos que nos hacen vivir centrados en nosotros mismos, como si fuéramos
dios, pues estas actitudes nos llevan a dañar a quienes nos rodean por no escucharnos,
por no obedecer nuestras órdenes aun cuando sean injustas, por no estar
dispuestos a servirnos y a darle culto a nuestra personalidad. Si alguien
deteriora nuestra imagen debería ser destruido con una fuerza brutal siete
veces más de lo acostumbrado.
¿Estaremos
dispuestos a arrodillarnos, a servir y a obedecer a personas injustas,
ególatras, desequilibradas y delincuentes? ¿Seremos capaces de hacer una
profesión de fe, cueste lo que cueste, en la fidelidad de obedecer sólo a Dios
que nos pide amar? ¿Quién es nuestro Dios: El único Dios y Señor de todos, o
somos nosotros, o son los bienes pasajeros, o son personas que han dominado
nuestros pensamientos y acciones? ¿A quién le hemos permitido sentarse en el
centro de nuestro corazón, o quién, con gesto amenazador o con engaños ha
entrado a él?
Dan. 3, Al Dios de nuestros
padres es al único a quien hemos de dar gloria, y prorrumpir en alabanzas en su
honor. Aun cuando su templo haya sido destruido aquí en la tierra, Él tiene un
templo santo y glorioso en el cielo; ahí tiene su trono, en el que se sienta
rodeado de querubines. Nadie más merece ser adorado y alabado, sino sólo Él.
Bendigamos
al Señor, no sólo con los labios, sino con toda nuestra vida, que se ha de
convertir en una continua ofrenda de alabanza de su santo Nombre.
Jn. 8, 31-42. Jesús pondrá a
prueba a los que hayan creído en Él, hasta que sólo quede un resto en verdad
fiel.
Muchas
veces queremos nosotros conservar nuestros grupos, llámense asociaciones de
fieles laicos, llámense comunidades de vida consagrada, llámense con el nombre
que queramos darles; y queremos conservarlos a pesar de que vemos que muchos
miembros que componen esas comunidades llevan una vida incongruente con la fe y
costumbres que pide Dios y exige el mundo como testimonio de quienes, se
supone, están más cerca de Dios.
Jesús
no se detiene para echar en cara a quien, con sus obras, manifiesta una
contradicción entre fe y obras; le dice que no tiene por padre a Dios, ni a
Abraham, ni a un padre digno; sino que tiene por padre al demonio, el cual lo
ha puesto a obrar el mal, haciéndolo esclavo del pecado; esto le hará sufrir
las consecuencias del mismo como son los signos de la muerte, y la muerte
misma.
No
podemos defendernos para decir que esto es una mentira o un juicio falso de
Jesús sobre nuestras obras, pues lo que hacemos nos está denunciando. No hay
más que reconocer con humildad nuestras propias miserias, y saber que sólo Dios
es el único que puede liberarnos del mal, perdonar nuestros pecados, y darnos
su propia vida para que seamos, no sólo con las palabras, sino con las obras y
la vida misma, hijos de Dios en Cristo Jesús: Sólo así manifestaremos, en
verdad que lo amamos, y Él, junto con su Padre, harán su morada en nosotros.
Jesús,
el Hijo de Dios por naturaleza, se hizo de nuestra propia raza para tenernos
como hermanos. Ser del linaje de Jesús no es obra de generación de nuestra
naturaleza, sino de la fe depositada en Él para aceptarlo en nuestra propia
vida. Él mismo nos dirá: La voluntad de mi Padre es que crean en Aquel que Él
ha enviado.
La
celebración del Memorial de la Pascua de Cristo no nos tiene como espectadores
en su presencia, sino como personas que deciden tenerlo a Él como a su único
Dios, en el centro de su corazón, de sus pensamientos y obras.
Esta
aceptación de Jesucristo en nuestra vida nos hará vivir en la libertad de hijos
de Dios; ya no esclavos del pecado, ya no siervos, sino amigos de Dios. A
partir de esta fe, hecha realidad en nosotros, haremos la voluntad de Dios y
amaremos a Cristo en una Alianza nueva y eterna, que nos comprometa a dar
testimonio de su presencia en nosotros ante quienes nos rodean.
Mantenernos
fieles a la Palabra de Cristo, que es la Verdad, para ser libres; ser
auténticos discípulos suyos, no puede hacernos ambiguos ni hipócritas en esa fe
que decimos profesar.
Aquel
que, después de haberse encontrado con Cristo y decir que ha entrado en
Comunión de vida con Él continúe viviendo en el orgullo, el egoísmo, el amor
propio, la comodidad, la ambición, la injusticia, la mentira, la persecución de
sus hermanos, el desprecio, la opresión y la explotación de los pobres, no
podrá llamarse ni hijo de Dios, ni hermano del prójimo, sino que más bien será
un hipócrita en su fe y en la religión que dice profesar, y no podrá decir que
tiene a Dios por Padre.
Roguémosle
a nuestro Dios y Padre que nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen
Madre, nuestra Madre, la gracia de poder pronunciar nuestro sí sincero a Dios,
de tal forma que no sea hoy un sí y mañana un no. Sólo cuando la Verdad esté en
nosotros seremos portadores del amor del Señor, que, habitando en nosotros, nos
conducirá en la libertad de su Espíritu, el cual nos hará caminar como hijos
amados del Padre. Amén. (Homilía católica).
REFLEXION:
LA VERDAD QUE INCOMODA
Dn
3,14-20. 49-50. 91-92. 95; Jn 8,31-42
Los
israelitas tanto dentro como fuera de su tierra viven de forma peculiar, no se
avienen a las costumbres y prácticas sociales de sus vecinos. Tienen una serie
de dinámicas culturales propias nacidas de su conciencia de ser pueblo elegido.
Esa existencia alternativa incomodaba a los gobernantes que pretendían
controlar a las naciones que colonizaban, aplicando el mismo
"rasero". Para imponer el principio de autoridad de forma absoluta,
castigaban a los judíos disidentes por medio de torturas. El Evangelio presenta
una situación similar, cuando nos muestra al Señor Jesús manifestándose como el
testigo de la Verdad que libera de toda opresión y toda manipulación. Los
dirigentes judíos se incomodan y traman quitarlo de en miedo para consolidar
los mecanismos opresores, que tanto les beneficiaban.(www misal com mx).
Santos
Hugo de Rouen, obispo; Casilda de Burgos, virgen.
Beato Tomás de Tolentino, mártir.
Feria (Morado)
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