LECTURAS
DE LA EUCARISTÍA
MIERCOLES
19 DE MARZO DE 2014
II
SEMANA DE CUARESMA
SAN
JOSÉ, ESPOSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Solemnidad
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Lc 12, 42)
Celebremos
con alegría la fiesta de san José, el siervo prudente y fiel, a quien el Señor
puso al frente de su familia.
Se
dice Gloria.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y
la infancia de nuestro Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a
término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
El
Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
DEL
SEGUNDO LIBRO DE SAMUEL: 7, 4-5. 12-14. 16
En
aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: "Ve y dile a
mi siervo David que el Señor le manda decir esto: 'Cuando tus días se hayan
cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo,
sangre de tu sangre, y consolidaré su reino.
Él
me construirá una casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él
un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para
siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente' ".
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL: Del salmo 88
R/.
Su descendencia perdurará eternamente.
Proclamaré
sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es
eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más
firme que los cielos. R/.
Un
juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido:
'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente'. R/.
Él
me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva'. Yo
jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que le hice". R/.
Esperando
contra toda esperanza, Abraham creyó.
DE
LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS: 4, 13. 16-18. 22
Hermanos:
La promesa que Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos
heredarían el mundo, no dependía de la observancia de la ley, sino de la
justificación obtenida mediante la fe.
En
esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa
para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley, sino
también para todos los que tienen la fe de Abraham. Entonces, él es padre de
todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre de todos los
pueblos.
Así
pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en quien creyó y que da la
vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que todavía no existen.
Él, esperando contra toda esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos
pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa será tu
descendencia. Por eso, Dios le acreditó esta fe como justicia.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Sal 83, 5)
R/.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos
los que viven en tu casa; siempre, Señor, te alabarán. R/.
Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de
angustia.
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: 2, 41-51
Los
padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la
Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la
costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el niño Jesús se quedó en
Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana,
hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo,
regresaron a Jerusalén en su busca.
Al
tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos
y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia
y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le
dijo: "Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo
te hemos estado buscando llenos de angustia". Él les respondió: "¿Por
qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi
Padre?" Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con
ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad.
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
Credo.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos,
Señor, celebrar esta Eucaristía con el mismo amor y pureza de corazón con que
se entregó san José a servir a tu Hijo unigénito, nacido de la Virgen María.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno.
Y
alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad, de san José, el hombre
justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente
servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces
de padre, cuidara a tu Hijo unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo,
Jesucristo, Señor nuestro.
Por
Él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu
gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando
humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 21)
Alégrate
siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor,
protege sin cesar a esta familia tuya que se alegra hoy al celebrar la festividad
de san José, y conserva en ella la vida de la gracia que le has comunicado por
medio de la Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
CATEQUESIS
DEL PAPA FANCISCO EN LA FIESTA DE SAN JOSÉ,
ESPOSO DE MARÍA Y PATRONO DE LA
IGLESIA UNIVERSAL.
Miércoles
19 de Marzo de 2014.
Queridos
hermanos y hermanas, buenos días:
Hoy,
19 de marzo, se celebra la fiesta de San José, Esposo de María y Patrono de la
Iglesia Universal. Así que dedicamos esta catequesis a él, que merece toda
nuestra gratitud y devoción por cómo fue capaz de custodiar a la Virgen Santa y
al Hijo Jesús. Ser custodio es el sello distintivo de José, es su gran misión,
ser custodio.
Hoy
me gustaría retomar el tema de la custodia de acuerdo con una perspectiva
particular: la perspectiva de la educación. Echemos un vistazo a José como el
modelo del educador, que custodia y acompaña a Jesús en su camino de
crecimiento "en sabiduría, edad y gracia", como dice el Evangelio. Él
no era el padre de Jesús: el padre de Jesús era Dios, pero él le hacía de papá
a Jesús, le hacía de padre para hacerlo crecer. Y ¿cómo lo ha hecho crecer? En
sabiduría, edad y gracia.
Empecemos
por la edad, que es la dimensión más natural, el crecimiento físico y
psicológico. José, junto con María, se encargaron de Jesús, sobre todo, desde
este punto de vista, es decir, lo "criaron", preocupándose de que no
le faltara nada de necesario para un desarrollo saludable. No hay que olvidar
que el cuidado atento y fiel de la vida del niño también dio lugar a la huida a
Egipto, la dura experiencia de vivir como refugiados -José ha sido un refugiado
con María y Jesús- para escapar de la amenaza de Herodes. Luego, una vez de
vuelta a casa y establecidos en Nazaret, hay todo el largo período de la vida
de Jesús en su familia. En aquellos años, José enseñó también a Jesús su
trabajo, y Jesús ha aprendido a hacer el trabajo carpintero con su padre José.
Así José ha criado a Jesús.
Pasemos
a la segunda dimensión de la educación que es la de la "sabiduría. José
fue para Jesús ejemplo y maestro de esta sabiduría, que se nutre de la Palabra
de Dios. Podemos pensar en cómo José educó al pequeño Jesús a escuchar las
Sagradas Escrituras, en especial acompañándole el sábado a la sinagoga de
Nazaret. Y José lo acompañaba para que Jesús escuchara la palabra de Dios en la
sinagoga.
Y,
por último, la dimensión de la "gracia". Dice siempre San Lucas
refiriéndose a Jesús: "La gracia de Dios estaba sobre él" (2,40).
Aquí, sin duda, la parte reservada a San José es más limitada respecto a los
temas de la edad y de la sabiduría. Pero sería un grave error pensar que un
padre y una madre no pueden hacer nada para educar a sus hijos a crecer en la
gracia de Dios. Crecer en edad, crecer en sabiduría, crecer en gracia. Este es
el trabajo que ha hecho José con Jesús: hacerlo crecer, en estas tres
dimensiones, ayudarlo a crecer.
Queridos
hermanos y hermanas, la misión de San José es sin duda única e irrepetible,
porque Jesús es absolutamente único. Y sin embargo, en su custodia a Jesús,
educándolo a crecer en edad, sabiduría y gracia, él fue un modelo para todos
los educadores, especialmente para cada padre. San José es el modelo del
educador y del papá, del padre. Así que encomiendo a su protección a todos los
padres, los sacerdotes -que son padres, ¡eh!- y los que tienen un papel
educativo en la Iglesia y en la sociedad.
En
modo particular quisiera saludar hoy, en el día del papá, a todos los padres, a
todos los papás: ¡los saludo de corazón!
Veamos:
¿hay algunos papás en la plaza? Levanten la mano los papás, pero ¡cuántos
papás! ¡Felicidades, felicidades en su día!
Pido
para ustedes la gracia de estar siempre muy cerca de sus hijos, dejándolos
crecer, pero de estar muy cercanos, ¿eh? Ellos tienen necesidad de ustedes, de
su presencia, de su cercanía, de su amor. Sean para ellos como San José:
custodios de su crecimiento en edad, sabiduría y gracia. Custodios de su
camino, educadores. Y caminen con ellos. Y con esta cercanía serán verdaderos
educadores. Gracias por todo lo que hacen por su hijos, ¡gracias! Y a ustedes
tantas felicidades y buena fiesta del papá, a todos los papás que están aquí, a
todos los papás.
Que
San José los bendiga y los acompañe.
También
algunos de nosotros hemos perdido al papá, se ha ido, el Señor lo ha llamado;
tantos que están en la plaza no tienen a su papá. Podemos rezar por todos los
papás del mundo, para los papás vivos y también por aquellos difuntos y por los
nuestros, y podemos hacerlo juntos, cada uno recordando a su papá, si está vivo
o está muerto. Y recemos al grande Papá de todos nosotros, el Padre, un Padre
nuestro por nuestros papás: Padre nuestro…
¡Y
tantas felicidades a los papás!
(Traducción
Cecilia Mutual y Eduardo Rubió - RV).
Fuente:
Radio Vaticano.
REFLEXIÓN:
LOS DESCENDIENTES DE DAVID
2
S 7,4-5. 12-14.16; Rm 4,13.16-18. 22; Lc 2, 41-51
La
profecía de Natán, como todas las profecías mesiánicas, tenía un doble nivel de
cumplimiento: en el corto plazo se refería a los descendientes inmediatos del
rey David que ocuparían el trono de Judá; la profecía también apunta a un nivel
supremo de cumplimiento, que para nosotros los cristianos, solamente se llena
de sentido en el verdadero y perfecto hijo obediente de David; Jesús, hijo de
José, carpintero de Nazaret. Los relatos bíblicos presentan una reiteración
constante: la mayoría de los reyes de Judá se apartaron del camino del Señor,
fueron hijos rebeldes, con los cuales el Señor usó "la vara y los
golpes", de que habla la profecía de Natán. El Evangelio de san Lucas
presenta a Jesús, apropiándose de una madurez moral para tomar decisiones de
forma responsable, sin desatender las cosas del Padre celestial.
Santos
San José Esposo de la Virgen María, solemnidad.
San Juan de Espoleto, abad. Beata Sibilina Biscossi,
laica.
Solemnidad (Blanco).
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