LECTURAS
DE LA EUCARISTÍA
MARTES
04 DE MARZO DE 2014
VIII
SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Sal 104, 3-4)
Alégrese
el corazón de los que buscan al Señor. Busquen la ayuda del Señor; busquen
continuamente su presencia.
ORACIÓN
COLECTA
Aumenta,
Señor, en nosotros la fe, la esperanza y la caridad para que cumplamos con amor
tus mandamientos y podamos conseguir, así, el cielo que nos tienes prometido.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
Los
profetas predijeron la gracia destinada a ustedes. Pongan, pues, en ella una
esperanza sin límites.
DE
LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PEDRO: 1, 10-16
Hermanos:
Los profetas, cuando predijeron la gracia destinada a ustedes, investigaron
también profundamente acerca de la salvación de ustedes.
Ellos
trataron de descubrir en qué tiempo y en qué circunstancias se habrían de
verificar las indicaciones que el Espíritu de Cristo, que moraba en ellos, les
había revelado sobre los sufrimientos de Cristo y el triunfo glorioso que los
seguiría. Pero se les dio a conocer que ellos no verían lo que profetizaban,
sino que estaba reservado para nosotros. Todo esto les ha sido anunciado ahora
a ustedes, por medio de aquellos que les han predicado el Evangelio con la
fuerza del Espíritu Santo, enviado del cielo, y ciertamente es algo que los
ángeles anhelan contemplar.
Por
eso, viviendo siempre atentos y vigilantes, pongan toda su esperanza en la
gracia que les va a traer la manifestación gloriosa de Jesucristo. Como hijos
obedientes, no vivan conforme a las pasiones que tenían antes, en el tiempo de
su ignorancia. Al contrario, así como es santo el que los llamó, sean también
ustedes santos en toda su conducta, pues la Escritura dice: Sean santos, porque
yo, el Señor, soy santo.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO
ESPONSORIAL: Del salmo 97
R/.
Cantemos al Señor un canto nuevo.
Cantemos
al Señor un canto nuevo, pues ha hecho, maravillas. Su diestra y su santo brazo
le han dado la victoria. R/.
El
Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia.
Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La
tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo
te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los
misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Recibirán
cien veces más en esta vida, junto con persecuciones;
y en el otro mundo, la
vida eterna.
DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS: 10, 28-31
En
aquel tiempo, Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ya ves que nosotros lo hemos
dejado todo para seguirte".
Jesús
le respondió: "Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o
hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará
de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos, hermanas,
madres, hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida
eterna. Y muchos que ahora son los primeros serán los últimos, y muchos que
ahora son los últimos, serán los primeros". Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Mira,
Señor, con bondad, las ofrendas que te presentamos, a fin de que esta
celebración eucarística sea para tu gloria y alabanza. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Ef 5, 2)
Cristo
nos amó y se entregó a la muerte por nosotros, como ofrenda y víctima agradable
a Dios.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos,
Señor, que este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo nos haga morir
de veras al pecado y renacer a una nueva vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
HOMILIA
DEL PAPA FRANCISCO
04/03/2014
“LA
CRUZ ESTÁ SIEMPRE EN EL CAMINO CRISTIANO”
Lo
afirmó el Papa Francisco en la Misa de la mañana del martes en la Casa de Santa
Marta. El Papa centró su homilía en las persecuciones de los cristianos y
constató que hoy en día hay más mártires que en los primeros tiempos de la
Iglesia. Por lo tanto, precisó que la vida cristiana no es “una ventaja
comercial”, sino “simplemente seguir a Jesús”.
Jesús
apenas había terminado de hablar sobre el peligro de las riquezas y Pedro le
pregunta qué recibirán los discípulos que han dejado todo para seguirlo. El Santo
Padre desarrolló su homilía partiendo de este diálogo, narrado en el Evangelio
de hoy, subrayando que Jesús “es generoso”. En verdad, responde el Señor, “les
aseguro que el que haya dejado la familia, la casa, los campos, desde ahora, en
este mundo, recibirá el ciento por uno ”. Quizás, comentó el Pontífice, Pedro
piensa que “ir detrás de Jesús” sea un “buen negocio”, porque nos hace ganar el
cien por uno. Pero Jesús agrega que junto a esta ganancia habrá persecuciones:
“Es
como si dijese: ‘Sí, ustedes han dejado todo y recibirán aquí, en la tierra,
muchas cosas: ¡pero con persecución!’. Como una ensalada con el aceite de la
persecución: ¡siempre! Esta es la ganancia del cristiano y este es el camino de
quien quiere ir detrás de Jesús, porque es el camino que Él recorrió: ¡Él fue
perseguido! Es el camino del abajamiento. Aquello que Pablo dice a los
Filipenses: ‘Se abajó. Se hizo hombre y se abajó hasta la muerte, la muerte de
cruz’. Esta es precisamente la tonalidad de la vida cristiana”.
“Así
también en las Bienaventuranzas, continuó el Obispo de Roma, cuando Jesús dice:
‘Bienaventurados cuando los injurien, los persigan por mi causa’, la
persecución es una de las Bienaventuranzas”. Los discípulos, recordó
“inmediatamente después de la venida del Espíritu Santo, comenzaron a predicar
y se iniciaron las persecuciones: “Pedro fue a la cárcel”, Esteban fue
asesinado y después “tantos discípulos hasta el día de hoy”. “¡La Cruz –
advirtió – está siempre en el camino cristiano!” “Nosotros – recalcó – tendremos
muchos hermanos, muchas hermanas, muchas madres, muchos padres en la Iglesia,
en la comunidad cristiana”, pero “también tendremos la persecución”:
“Porque
el mundo no tolera la divinidad de Cristo. No tolera el anuncio del Evangelio.
No tolera las Bienaventuranzas. Y así se produce la persecución: con la
palabra, las calumnias, las cosas que decían de los cristianos en los primeros
siglos, las difamaciones, la cárcel… Nosotros olvidamos fácilmente. Pensemos en
tantos cristianos, hace 60 años, en los campos, en las prisiones de los nazis,
de los comunistas: ¡tantos! ¡Por ser cristianos! También hoy… ‘Pero hoy tenemos
más cultura y no pasan estas cosas’. ¡Pasan! Y yo les digo que hoy en día hay
más mártires que en los primeros tiempos de la Iglesia.”
Tantos
hermanos y hermanas, prosiguió, “que dan testimonio de Jesús, que ofrecen
testimonio de Jesús y son perseguidos”. Cristianos, constató con amargura, que
ni siquiera pueden tener la Biblia:
“Son
condenados porque tienen una Biblia. No pueden hacer la señal de la cruz. Este
es el camino de Jesús. Pero es un camino alegre, porque el Señor jamás nos pone
a la prueba con más de lo que podemos soportar. La vida cristiana no es una
ventaja comercial, no es un hacer carrera: es simplemente ¡seguir a Jesús! Cuando
seguimos a Jesús sucede esto. Pensemos si tenemos dentro de nosotros el deseo
de ser valientes en el testimonio de Jesús. Pensemos también - nos hará bien -
en tantos hermanos y hermanas que hoy – ¡hoy! - no pueden rezar juntos, porque
son perseguidos; no pueden tener el libro del Evangelio o una Biblia, porque
son perseguidos”.
(RC-RV)
Fuente:
Radio Vaticano.
REFLEXIÓN
1Pe.
1, 10-16. Aún los mismos ángeles están a la expectativa de la manifestación
gloriosa de los hijos de Dios.
Nuestros
antiguos padres vislumbraron, por medio del Espíritu de Cristo, que moraba en
ellos, la gracia que nos estaba reservada a nosotros.
Ahora
nosotros, que disfrutamos ya de la salvación que Dios nos ha ofrecido en su
Hijo hecho uno de nosotros, debemos dejar a un lado nuestras pasiones
desordenadas, y vivir con santidad y justicia; pues de lo contrario la obra
salvadora de Dios en nosotros sería algo inútil.
Efectivamente:
¿de qué nos serviría incluso pasarnos largas horas en oración ante Dios, si
después volvemos a nuestra vida ordinaria para continuar siendo unos malvados,
unos injustos, unos viciosos o delincuentes?
Por
eso vivamos vigilantes; y no nos limitemos a escuchar la Palabra de Dios, sino
que procuremos ponerla en práctica, para que quienes nos gloriamos en ser la
Iglesia de Cristo podamos convertirnos en un signo de su amor salvador para el
mundo entero.
Sal.
98 (97). El Señor se ha manifestado como nuestro poderoso Salvador. Él ha
venido a buscar y a salvar todo lo que se había perdido. Él ha venido a reunir
a los hijos que había dispersado el pecado.
A
través de su entrega por nosotros, los que creemos en Él haciendo nuestra la
salvación que ofrece a todos, tenemos a Dios por Padre.
Por
eso nosotros, llenos de buenas obras; guiados por el Espíritu de Dios y unidos
fielmente a Cristo, nos hemos de convertir en un cántico nuevo al Señor, pues
el cántico de maldad y de pecado habrá quedado atrás.
Dios,
misericordioso y fiel, jamás se ha olvidado de nosotros. Él nos ama a pesar de
que muchas veces nosotros nos alejamos de su presencia. Pero ahora, redimidos
por Él y haciendo nuestra su salvación, nos hemos de convertir en el mejor
testimonio, ante el mundo, del amor y de la lealtad del Señor para con todos.
Sólo así nuestra misma vida se convertirá en un Evangelio viviente de salvación
para todos.
Mc.
10, 28-31. Dejarlo todo por Cristo y por el Evangelio tendrá como recompensa el
que Dios nos dé a manos llenas, no tanto bienes pasajeros sino la vida eterna.
Lástima
que muchos podrían ser demasiado desprendidos, socorriendo a los demás pero con
la intención del ciento por uno en esta vida, y olvidarse de la consecución de
la vida eterna.
Recordemos
que sólo somos administradores de los bienes de Dios. No podemos permitir que
las cosas pasajeras se nos peguen.
No
busquemos poseer bienes pasajeros. Busquemos a Dios; amarlo, servirlo,
sentirnos amados por Él ha de ser lo único que nos interesa. ¿Será cierto?
¿Nuestra
Eucaristía será grata a Dios?
Ojalá
y vengamos a ella desprendidos de todo aquello que, atándonos a lo pasajero, se
ha convertido en dios para nosotros.
Ojalá
y seamos fieles a la Alianza de amor que el Señor ha sellado con nosotros.
Ojalá
y nuestra Eucaristía se prolongue en una diversidad de formas de hacer el bien,
de ayudar, de preocuparnos por el bien de nuestro prójimo.
Dios
nos quiere a nosotros como ofrenda de suave aroma; y esto sólo se logrará cuando
seamos capaces de amar.
Sólo
el amor al Señor sobre todas las cosas, amor que nos asemeja a Él y nos hace
mirar el sufrimiento de nuestro prójimo para aliviarlo, el pecado de quienes
nos rodean para ayudarlos a levantarse, las ofensas incluso de quienes nos
rechazan para perdonarlos, harán que Dios vuelva su mirada hacia nosotros y nos
llame sus hijos amados, en quienes Él se complace.
Roguémosle
a nuestro Dios y Padre que nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen
María, nuestra Madre, la gracia de que en verdad el Espíritu de su Hijo esté
con nosotros, y nos ayude a asemejarnos a Él para que, amando como Él nos ha
amado, lleguemos a gozar, junto con Él, de su Gloria eternamente. Amén.
Reflexión
de : Homilía católica
Reflexión:
LAS ANTIGUAS ASPIRACIONES
1
P 1, 10-16; Mc 10, 28-31
El
cristiano que reafirma su fe de manera libre y responsable ha vivido un
encuentro personal con Jesús. Dispone del don de la fe con responsabilidad y
reajusta sus opciones y actitudes. La mentalidad previa al encuentro con Jesús
se modifica, se perfila de alguna manera el hombre nuevo: ya no defiende por
encima de todo sus propios intereses egoístas, sino que incorpora a su vida los
intereses de Dios. Desde esa actitud, se abre a la misión evangelizadora. Como
Jesús ha plenificado su vida, anhela compartir esa buena noticia con los demás,
aunque esta misión incluya contratiempos y dificultades. No está encerrado en
las expectativas mundanas, sino que vive abierto a una esperanza plena. Por eso
mismo no achaparra sus ideales, ni se deja seducir por las ofertas de la
sociedad de consumo. ( de www misal . com . mx)
Santos:
Casimiro de Polonia, príncipe; Pedro de la Cava, abad. Beato Zoltán Lajos
Meszlényl, obispo. Feria (Verde)
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