MISTERIOS LUMINOSOS DEL SANTO ROSARIO MEDITADO
(Jueves)
I.
ORACIÓN INICIAL
El
que dirige el rezo:
En
el nombre del Padre, + y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
El
que dirige el rezo:
¡Oh
Dios!, tú único Hijo nos ha conseguido con su muerte y resurrección los bienes
de la salvación eterna: concédenos que, venerando estos misterios en el Santo
Rosario de la Virgen María, imitemos aquello que contienen y obtengamos aquello
que prometen.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
II.
MISTERIOS LUMINOSOS
El
que dirige el rezo:
Hoy
contemplaremos los nuevos misterios de la luz. Cada uno de estos misterios
revela el Reino ya presente en la persona misma del Señor Jesús. Si bien todo
el misterio de Cristo es Luz, ya que Él es la Luz del mundo, esta dimensión se
manifiesta sobre todo en los años de la vida pública, cuando el Señor anuncia
el Evangelio del Reino. (Ver "El Rosario de la Virgen María", N° 21).
El
que dirige el rezo:
En
el primer misterio luminoso se contempla el Bautismo de Jesús en el Jordán.
"Por
entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el
Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia
Él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo amado, mi
preferido"". (Mc 1, 9-11)
El
que dirige el rezo:
Señor,
Dios nuestro, cuyo Hijo se manifestó en la realidad de nuestra carne;
concédenos poder transformarnos interiormente a imagen de aquel que hemos
conocido semejante a nosotros en su humanidad.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
El
que dirige el rezo:
Ofrecemos
este misterio por los jóvenes:
Para
que siguiendo el ejemplo de entrega generosa de Santa María, tengan el valor de
seguir el llamado del Señor en sus vidas y den todas sus energías para
construir un Perú más justo y reconciliado donde se viva sin temor el espíritu
de las Bienaventuranzas del Reino.
Se
reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.
El
que dirige el rezo:
En
el segundo misterio luminoso se contempla la auto revelación de Jesús en las
Bodas de Caná.
"Faltó
el vino, y la madre de Jesús le dijo: "No les queda vino". Jesús le
contestó: "Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Aún no ha llegado mi
hora". Su Madre dijo a los sirvientes: "Haced lo que Él diga".
Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y
creció la fe de sus discípulos en Él". (Jn 2, 3-5.11)
El
que dirige el rezo:
Señor,
Padre Santo, que, por admirable designio, quisiste que la Virgen santa
interviniese en los misterios de nuestra salvación; concédenos te rogamos, que
dóciles a las palabras de la misma Madre de Cristo, hagamos todo lo que tu Hijo
enseñó y ordenó en su Evangelio.
Él,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
El
que dirige el rezo:
Ofrecemos
este misterio por las familias cristianas:
Para
que como verdaderas iglesias domésticas, sean auténticos santuarios donde se
viva la fe, la esperanza y la caridad; donde florezca la fidelidad, la
obediencia filial, y el amor mutuo; donde se defienda y promueva la vida.
Se
reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.
El
que dirige el rezo:
En
el tercer misterio luminoso se contempla el anuncio del Reino de Dios invitando
a la conversión.
"Después
que Juan fue encarcelado, Jesús se dirigió a Galilea, a predicar la buena
noticia del Reino de Dios. Decía: "El tiempo ha llegado y el reino de Dios
ya está cerca. Convertíos y creed en el Evangelio"". (Mc 1,14-15)
El
que dirige el rezo:
Señor
Dios nuestro, que, en la Bienaventurada Virgen María, nos diste el modelo del
discípulo que fielmente guarda las palabras de vida; te rogamos que abras
nuestros corazones para escuchar las palabras de la salvación, y así, por el
poder del Espíritu Santo, resuenen a diario en nosotros y produzcan abundantes
frutos de conversión y santidad.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
El
que dirige el rezo:
Ofrecemos
este misterio por el Perú:
Para
que Nuestra Señora de la Evangelización, Madre y protectora de nuestro pueblo,
al que ha acompañado a través de su historia como su Maestra en la fe,
interceda por nosotros y nos ayude a construir en nuestra patria, la ansiada
civilización del amor.
Se
reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.
El
que dirige el rezo:
En
el cuarto misterio luminoso se contempla la Transfiguración
"Y
sucedió que, mientras Jesús estaba orando, cambió el aspecto de su rostro, y su
ropa se volvió de una blancura resplandeciente...De la nube salió una voz, que
dijo: "Éste es mi Hijo amado, mi elegido. Escuchadle a Él"". (Lc
9, 29.35)
El
que dirige el rezo:
Oh
Dios, que en la Transfiguración de tu Unigénito confirmaste los misterios de la
fe con el testimonio de los profetas, y prefiguraste maravillosamente nuestra
perfecta adopción como hijos tuyos; concédenos, te rogamos que, escuchando
siempre la palabra de tu Hijo, el predilecto, seamos un día coherederos de su
gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
El
que dirige el rezo:
Ofrecemos
este misterio por los consagrados y consagradas:
Para
que viviendo su consagración religiosa, por la fiel observancia de sus reglas y
constituciones, vivan con firmeza y constancia la caridad perfecta para con
Dios, para con la Iglesia y para con el prójimo.
Se
reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.
El
que dirige el rezo:
En
el quinto misterio luminoso se contempla la Institución de la Eucaristía.
"Durante
la cena, Jesús tomó pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a sus discípulos,
diciendo. "Tomad y comed, esto es mi cuerpo". Tomó luego en sus manos
una copa, dio gracias a Dios y lo pasó a sus discípulos, diciendo: "Bebed
todos de ella, porque esto es mi sangre"". (Mt 26, 26-27)
El
que dirige el rezo:
Oh,
Dios, que en la Santa Eucaristía nos dejaste el memorial de tu pasión; te
pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y
de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu
redención.
Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
El
que dirige el rezo:
Ofrecemos
este misterio por los sacerdotes y las vocaciones al sacerdocio:
Para
que la vida de los sacerdotes sea una vida santa y para que en nuestra
Arquidiócesis de Lima siempre hayan corazones jóvenes que estén dispuestos a
seguir el llamado del Señor en el servicio sacerdotal.
Se
reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.
III.
CONCLUSIÓN.
El
que dirige el rezo:
Concluimos
el rezo del Santo Rosario dirigiéndole a Nuestra Madre, con amor filial, el
rezo de la Salve: Dios te salve, Reina y Madre...
(También
se pueden rezar las Letanías).
El
que dirige el rezo:
Te
pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de cuerpo,
mente y espíritu, y por la intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de
las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
El
que dirige el rezo:
En
el nombre del Padre, + y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
Fuente: ACI Prensa.
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