sábado, 19 de octubre de 2013

El Papa: Un cristiano sin oración cae en la “enfermedad grave” de la ideología

PAPA FRANCISCO, HOMILIA EN LA DOMUS SANCTAE MARTHAE JUEVES 16 DE OCTUBRE 2013:
Fuente: ACI Prensa

Discípulos de Cristo y no de la ideología. La oración es la llave que abre la puerta de la fe.

“Cuando un cristiano se convierte en discípulo de la ideología, ha perdido la fe y ya no es discípulo de Jesús”. Y el único antídoto contra tal peligro es la oración. Este es el mensaje que el Papa Francisco tomó de la liturgia de la Palabra de la misa celebrada este jueves 17 de octubre por la mañana en Santa Marta.

El Pontífice centró su homilía en el pasaje evangélico de Lucas (11, 47-54) que relata la advertencia de Jesús a los doctores de la ley —“Ay de vosotros, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia; vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido”—, asociando a ello la imagen de “una iglesia cerrada” en la que “la gente que pasa delante no puede entrar” y de donde “el Señor que está dentro no puede salir”. De aquí la referencia a esos “cristianos que tienen en su mano la llave y se la llevan, no abren la puerta”; o peor, “se detienen en la puerta y “no dejan entrar”.

¿Pero cuál es la causa de todo ello? El Santo Padre la identificó en la “falta de testimonio cristiano”, que se presenta aún más grave si el cristiano en cuestión “es un sacerdote, un obispo, un Papa”. Por lo demás, Jesús es muy claro cuando dice: “Id, salid hasta los confines del mundo. Enseñad lo que yo he enseñado. Bautizad, id a las encrucijadas de los caminos y traed a todos dentro, buenos y malos. Así dice Jesús. ¡Todos dentro!”.

En el cristiano que asume “esta actitud de 'llave en el bolsillo y puerta cerrada'” existe, según el Pontífice, “todo un proceso espiritual y mental” que lleva a que la fe pase “por un alambique” transformándola en “ideología”. Pero “la ideología —advirtió— no convoca. En las ideologías no está Jesús. Jesús es ternura, amor, mansedumbre, y las ideologías, de cualquier sentido, son siempre rígidas”. Se corre el riesgo de hacer al cristiano “discípulo de esta actitud de pensamiento” antes que “discípulo de Jesús”.

Por ello siguen siendo actual el reproche de Cristo: “Vosotros os habéis llevado la llave del conocimiento”, pues “el conocimiento de Jesús se ha transformado en un conocimiento ideológico y también moralista”, según el mismo comportamiento de los doctores de la ley que “cerraban la puerta con tantas prescripciones”. El Papa recordó al respecto otra advertencia de Cristo —contenida en el capítulo 23 del Evangelio de Mateo— contra escribas y fariseos que “atan pesadas cargas y las imponen sobre los hombros de la gente”. Es precisamente a causa de estas actitudes que se desencadena un proceso por el que “la fe se convierte en ideología ¡y la ideología espanta! La ideología expulsa a la gente y aleja a la Iglesia de la gente”.

El Papa Francisco definió “una enfermedad grave ésta de los cristianos ideólogos”; pero se dijo también consciente de que se trata de “una enfermedad no nueva”. Ya había hablado de ello el apóstol Juan en su primera carta, describiendo a “los cristianos que pierden la fe y prefieren las ideologías”: su “actitud es hacerse rígidos, moralistas, eticistas, pero sin bondad”.

Entonces es necesario preguntarse qué provoca “en el corazón de ese cristiano, de ese sacerdote, de ese obispo, o de ese Papa” una actitud así. Para el Papa Francisco la respuesta es sencilla: “Ese cristiano no reza. Y si no hay oración”, se cierra la puerta.

Así que “la llave que abre la puerta a la fe es la oración”. Porque “cuando un cristiano no ora, su testimonio es soberbio”. Y él mismo es “un soberbio, es un orgulloso, es uno seguro de sí, no es humilde. Busca la propia promoción. En cambio, cuando un cristiano ora, no se aleja de la fe: habla con Jesús”.

El Santo Padre puntualizó que el verbo “orar” no significa “decir oraciones”, porque también los doctores de la ley “decían muchas oraciones”, pero sólo “para hacerse ver”. En efecto, “una cosa es orar y otra es decir oraciones”. En este último caso se abandona la fe, transformándola precisamente “en ideología moralista” y “sin Jesús”.

Quienes oran como los doctores de la ley —apuntó el Pontífice— reaccionan de igual modo “cuando un profeta o un buen cristiano les reprocha”, utilizando el mismo método que se usó con Jesús: “Al salir de allí los escribas y los fariseos empezaron a acosarlo implacablemente —dijo, repitiendo las palabras del pasaje evangélico— y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarle con alguna palabra de su boca”. Porque —comentó— “estos ideólogos son hostiles e insidiosos. ¡No son transparentes! Y, pobrecitos, ¡son gente ensuciada por la soberbia!”.

De ahí la invitación conclusiva a pedir al Señor la gracia de no dejar nunca “de orar para no perder la fe” y de “permanecer humildes” a fin de no transformarse en personas cerradas “que cierran el camino al Señor”.

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VATICANO, 17 Oct. 13 / 11:38 am (ACI/EWTN Noticias).- En su habitual homilía de la Misa que presidió esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco aseguró que sin oración se abandona la fe, se cae en la ideología y el moralismo, y alertó que allí no está Jesús.

El Papa explicó que cuando no hay oración en la vida “la fe pasa, por así decirlo, por un alambique y se convierte en ideología. Y la ideología no convoca. En las ideologías no está Jesús: su ternura, su amor, su docilidad. Y las ideologías son rígidas, siempre. Ideologías de todo tipo: rígidas. Y cuando un cristiano se convierte en discípulo de la ideología, ha perdido la fe: no es más un discípulo de Jesús, es un discípulo de esta actitud de pensamiento, de esto”.

Por eso, explica el Papa recordando el Evangelio de hoy en el que el Señor habla a los maestros de la ley, “Jesús les dice: 'Ustedes se han llevado la llave de la ciencia’. El conocimiento de Jesús es transformado en un conocimiento ideológico e incluso moralista, porque estos cerraban la puerta con tantas prescripciones”.

Sin la oración, aseguró el Santo Padre, “la fe se convierte en ideología y la ideología asusta, la ideología ahuyenta a la gente, aleja, aleja a la gente y aleja a la Iglesia de la gente. Es una enfermedad grave, la de los cristianos ideológicos. Es una enfermedad, pero no es nueva, ¿eh? Ya el apóstol Juan en su primera carta, hablaba de esto. Los cristianos que pierden la fe y prefieren las ideologías”.

La actitud de estos cristianos, dijo el Pontífice, es “volverse rígidos, moralistas, especialistas en ética, pero sin bondad. La pregunta puede ser ésta, ¿no? ¿Por qué un cristiano puede volverse así? ¿Qué sucede en el corazón de aquel cristiano, de aquel sacerdote, de aquel obispo, de aquel Papa, que se vuelve así? Simplemente una cosa: aquel cristiano no ora. Y si no hay oración, tu siempre cierras la puerta”.

“La llave que abre la puerta a la fe es la oración”. Y advirtió: “cuando un cristiano no ora sucede esto. Y su testimonio es un testimonio soberbio”. “El que no ora es un soberbio, es un orgulloso, es uno seguro de sí mismo. No es humilde. Busca la propia promoción”. En cambio, afirmó, “cuando un cristiano ora, no se aleja de la fe, habla con Jesús”.

“Digo orar, no digo decir oraciones, porque estos doctores de la ley decían tantas oraciones” para hacerse ver. En cambio, Jesús dice: " Cuando ores, entra en tu habitación y ora al Padre en secreto, de corazón a corazón”. “Una cosa –dijo el Papa– es orar, y otra cosa es decir oraciones”.

“Estos no oran, abandonan la fe y la transforman en ideología moralista, la casuística, sin Jesús. Y cuando un profeta o un buen cristiano los reprende, hacen lo mismo que hicieron con Jesús: ‘Cuando salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas -son insidiosos- para sorprenderlo en alguna afirmación’”.

Ellos, prosiguió Francisco, “no son transparentes. Pobrecitos, son gente manchada por la soberbia. Pidamos al Señor la gracia, primero: de no dejar de orar, para no perder la fe: permanecer humildes, y así no nos cerraremos, gente que cierra el camino al Señor”.

El Papa se refirió luego al hecho común de andar por la calle y encontrar una iglesia cerrada. Cuando eso sucede, dijo, “sentimos algo extraño”, porque “una iglesia que esté cerrada, no se entiende”. “A veces,” subrayó, “se nos dan explicaciones” que no son tales: “son pretextos, son justificaciones, pero la realidad es que la iglesia está cerrada y la gente que pasa no puede entrar”. Y, peor aún, “el Señor que está dentro no puede salir”.

Hoy, agregó el Pontífice, Jesús habla de esta “imagen de la clausura”, es “la imagen de los cristianos que tienen la llave, pero la ocultan, no abren la puerta”.


Peor aún, “se detienen en la puerta” y “no dejan entrar”, y al hacerlo, “ni siquiera ellos entran”. La “falta de testimonio cristiano hace esto” y “cuando ese cristiano es un sacerdote, un obispo o un Papa es peor”. Pero, se preguntó Francisco, ¿cómo es que un “cristiano cae en esta actitud de llave en el bolsillo y puerta cerrada?

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