viernes, 16 de mayo de 2014

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA VIERNES 16 DE MAYO DE 2014


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
VIERNES 16 DE MAYO DE 2014
IV VIERNES DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 9-10)
Señor, con tu Sangre has rescatado a hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación, y has hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, autor de nuestra libertad y salvación, oye la voz de los que te suplican y a quienes redimiste por la sangre derramada de tu Hijo, concédeles vivir para ti y que puedan gozar en ti de inmortalidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA
Resucitando a Jesús, Dios ha cumplido la promesa que nos hizo.

DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 13, 26-33

En aquellos días, Pablo continuó su predicación en la sinagoga de Antioquía de Pisidia con estas palabras:
"Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios: Este mensaje de salvación les ha sido enviado a ustedes. Los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús, y al condenarlo, cumplieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado: no hallaron en Jesús nada que mereciera la muerte, y sin embargo, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y después de cumplir todo lo que de Él estaba escrito, lo bajaron de la cruz y lo pusieron en el sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y Él, ya resucitado, se apareció durante muchos días a los que lo habían seguido de Galilea a Jerusalén. Ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.
Nosotros les damos la buena nueva de que la promesa hecha a nuestros padres nos la ha cumplido Dios a nosotros, los hijos, resucitando a Jesús, como está escrito en el salmo segundo: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy".

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 2
R/. Jesucristo es el rey de las naciones. Aleluya.

El Señor me ha consagrado como rey de Sión, su ciudad santa. Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: R/.

"Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy. Te daré en herencia las naciones y como propiedad, toda la tierra. Podrás gobernarlas con cetro de hierro, y despedazarlas como jarros". R/.

Escuchen y comprendan estas cosas, reyes y gobernantes de la tierra. Adoren al Señor con reverencia, sírvanlo con temor. R/.

ACLAMACIÓN (Jn 14, 6)
R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice el Señor. R/.


 Yo soy el camino, la verdad y la vida.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 14, 1-6

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy".
Entonces Tomás le dijo: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" Jesús le respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad, estas ofrendas de tu familia santa, para que, con la ayuda de tu protección, conserve los dones recibidos y llegue a poseer los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Rm 4, 25)
Cristo fue condenado a muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Protege, Señor, con amor constante a quienes has salvado, para que, una vez redimidos por la pasión de tu Hijo, se llenen ahora de alegría por su resurrección. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO
Viernes 16 de Mayo de 2014
“PARA CONOCER A JESÚS HAY QUE ABRIR TRES PUERTAS:
REZARLE, CELEBRARLO E IMITARLO”
No basta estudiar para conocer a Jesús, así como no bastan las ideas. Hay que rezarle con el corazón, celebrarlo con alegría como hace la Iglesia y leer más a menudo el Evangelio para saber cómo imitarlo. Lo destacó el Papa Francisco, en su homilía de la Misa matutina de este viernes, en la capilla de la Casa de Santa Marta, explicando que las tres puertas que hay que abrir para conocer a Jesús son pues la oración, la celebración y la imitación.
Recordando las palabras de Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida», el Papa Bergoglio hizo hincapié en que «conocer a Jesús es el trabajo más importante de nuestra vida». Y alentó a pensar en cómo podemos conocer mejor a Jesús... Alguien dirá: ‘estudiando, padre. ¡Se debe estudiar tanto!’. Y es verdad, debemos estudiar el catecismo, es verdad. Pero sólo el estudio no basta para conocer a Jesús, señaló el Obispo de Roma, para luego añadir que algunos tienen «esa fantasía. La de pensar que con las ideas, sólo las ideas, nos llevarán al conocimiento de Jesús. También entre los primeros cristianos, algunos pensaban así. Hasta que quedaron atrapados en sus pensamientos:
«¡Las ideas solas no dan vida y el que va por ese camino de ideas solas acaba en un laberinto y no sale más! Por ello, desde el comienzo de la Iglesia hay herejías. Y las herejías son esto: intentar comprender sólo con nuestra mente y con nuestra luz quién es Jesús. Un gran escritor inglés decía que la herejía es una idea enloquecida. ¡Así es! Cuando las ideas están solas se vuelven locas ¡ése no es el camino!»
Para conocer a Jesús hay que abrir tres puertas, reiteró el Papa y explicó cuáles son:
«Primera puerta: rezarle a Jesús. Sepan que el estudio sin la oración no sirve. Rezar a Jesús para conocerlo. Los grandes teólogos hacen teología de rodillas ¡rezar a Jesús! Y, con el estudio y con la oración, nos acercamos un poco... Pero sin la oración nunca conoceremos a Jesús ¡nunca, nunca!
Segunda puerta: celebrar a Jesús. No basta la oración, es necesaria la alegría de la celebración. Celebrar a Jesús en sus Sacramentos, porque allí nos da la vida, nos da la fuerza, nos da el alimento, nos da el consuelo, nos da la alianza, nos da la misión. Sin la celebración de los Sacramentos, no llegamos a conocer a Jesús. Esto es propio de la Iglesia: la celebración Tomar el Evangelio: qué cosa ha hecho Él, cómo era su vida, qué cosa nos ha dicho, qué cosa nos ha enseñado e intentar imitarlo».
Entrar por estas tres puertas significa entrar en el misterio de Jesús. Sólo si somos capaces de entrar en su misterio podemos conocer a Jesús. Y no hay que tener miedo de entrar en el misterio de Jesús, volvió a alentar, el Papa, recordando el significado y la importancia de «rezar, celebrar e imitar, para encontrar el camino e ir a la verdad y a la vida»:
«Podemos, hoy, durante este día, pensar en cómo va la puerta de la oración en mi vida: ¡pero la oración del corazón no es la del papagayo! La oración del corazón ¿cómo va? ¿Cómo va la celebración cristiana en mi vida? Y ¿cómo va la imitación de Jesús en mi vida? ¿Cómo debo imitarlo? ¿Verdad que no lo recuerdas? ¡Porque el libro del Evangelio está lleno de polvo, porque nunca se abre! ¡Agarra el libro del Evangelio, ábrelo y encontrarás cómo imitar a Jesús! ¡Pensemos en estas tres puertas, en cómo están en nuestra vida y nos hará bien a todos!».

PARA MEDITAR LAS ESCRITURAS:
Estos cinco capítulos (Jn 13 a 17) son un lindo ejemplo de cómo las comunidades del Discípulo Amado de finales del primer siglo hacían catequesis, allá en Asia Menor, actual Turquía. Por ejemplo, en este capítulo 14, las preguntas de los tres discípulos Tomás (Jn 14,5), Felipe (Jn 14,8) y Judas Tadeo (Jn 14,22), eran también las preguntas y los problemas de las Comunidades. Así, las respuestas de Jesús para los tres eran un espejo en el que las comunidades encontraban una respuesta a sus propias dudas y dificultades. Para percibir mejor el ambiente en que se hacía
catequesis, hay que hacer lo siguiente. Durante o después de la lectura del texto, es bueno cerrar los ojos e imaginar que se está en la sala en medio de los discípulos, participando en el encuentro
con Jesús. En la medida en que se va escuchando, es bueno tratar de prestar atención a cómo Jesús prepara a sus amigos para la separación y les revela su amistad, transmitiendo seguridad y
apoyo.

Juan 14,1-2: Nada te turbe. El texto empieza con una exhortación: "¡No se turbe vuestro corazón!" En seguida dice: "En la casa de mi Padre hay distintas moradas". La insistencia en conservar palabras de ánimo que ayudan a superar la perturbación y las divergencias, es una señal de que había mucha polémica y divergencias entre las comunidades. Unas decían a las otras: "Nuestra manera de vivir la fe es mejor que la vuestra. ¡Nosotros nos salvamos! ¡Vosotros estáis equivocados! Si queréis ir al cielo, tenéis que convertiros y vivir como nosotros vivimos." Jesús dice: "¡En casa de mi Padre hay muchas moradas!" No es necesario que todos piensen del mismo modo. Lo importante es que todos acepten a Jesús como revelación del Padre y que, por amor hacia él, tengan actitudes de comprensión, de servicio y de amor. Amor y servicio son el cemento que une entre sí los ladrillos y hace que las diversas comunidades sean una iglesia de hermanos y de hermanas.

Juan 14,3-4: Jesús se despide. Jesús dice que va a preparar un lugar y que después volverá para llevarnos con él a la casa del Padre. El quiere que estemos todos con él para siempre. El retorno del que habla Jesús es la venida del Espíritu que él manda y que trabaja en nosotros, para que podamos vivir como él vivió (Jn 14,16-17.26; 16,13-14). Jesús termina diciendo: "¡Y a donde yo voy sabéis el camino!" Quien conoce a Jesús, conoce el camino, pues el camino es la vida que él vivió y que le llevó a través de la muerte junto al Padre.

Juan 14,5-6: Tomás pregunta por el camino. Tomás dice: "Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos conocer el camino?” Jesús responde: "Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Nadie va al Padre sino por mí”. Tres palabras importantes. Sin un camino, no se anda. Sin verdad, no se acierta. Sin vida, ¡sólo hay muerte! Jesús explica el sentido, porque "¡nadie viene al Padre sino por mí!" Pues, él es la puerta por donde las ovejas entran y salen (Jn 10,9). Jesús es la verdad, porque mirándole a él, estamos yendo la imagen del Padre. "¡Si vosotros me conocierais, conocierais también al Padre!" Jesús es la vida, porque caminando como Jesús caminó, estaremos unidos al Padre y tendremos la vida en nosotros.
(Homiletica org /Carmelitas).

REFLEXION
Jn. 14, 1-6: Dios ha constituido a su Hijo Jesús en Señor y Mesías; y no hay en el cielo ni en la tierra, otro nombre en el cual podamos salvarnos. Si alguien quiere llegar a la perfección del Padre recibiendo de Él la vida en plenitud, no hay otro camino sino Cristo.
Cristo ha llegado al Padre y participa de su gloria. Su camino no fue nada sencillo, pues, cargando con nuestros pecados, aprendió a obedecer padeciendo y, llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen. Así, a través de su muerte en cruz nos ha abierto el camino hacia la Patria definitiva; Él mismo se ha convertido para nosotros en Camino, Verdad y Vida.
A través de su resurrección Él ha vuelto para llevarnos consigo, para que donde Él esté, estemos también nosotros. El camino ya lo sabemos: entrar en comunión de vida y de misión con Él.
La Eucaristía nos hace apropiarnos de la Salvación que Dios nos ha ofrecido en Cristo Jesús. Dios nos quiere con Él en casa, en la patria eterna. La Eucaristía inicia ya esa comunión con Dios haciéndonos partícipes de la vida que Dios ofrece a toda la humanidad.
El Nombre de Dios no sólo ha sido proclamado y pronunciado sobre nosotros, sino que, por medio de la fe, Dios ha hecho su morada en nuestros corazones. Él habita en nosotros y nos conduce hacia el encuentro definitivo con Él ahí donde, en Cristo, seremos engendrados como hijos suyos eternamente.
Por habernos encontrado con Dios nos convertimos, por nuestra unión con Cristo, en lugar de encuentro con el Señor; la Iglesia tiene esa misión.
Jesucristo es el único mediador entre Dios y la humanidad; por eso Él no es un camino, sino el Camino que nos lleva al Padre.
Quienes vivimos unidos a Él hacemos visible ese camino para nuestros hermanos, a través de la historia. Tratemos de no oscurecer ese camino, ni de poner en él tropiezos con actitudes que, en lugar de ayudar, estorbarían el camino de nuestros hermanos hacia su encuentro con Dios.
Cristo nos ha enseñado a amar, a dar nuestra vida por nuestros hermanos, a fortalecer su esperanza y su fe, a levantar a los decaídos y socorrer a los necesitados; es decir: a ser un signo vivo y creíble del amor misericordioso que Dios tiene a todos. Que no sean otros caminos los que queramos manifestar desde una fe, que falta de compromiso, se convertiría en una manipulación del mismo Dios a favor de nuestros intereses mezquinos y equivocados.
Roguémosle a nuestro Dios y Padre que nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la gracia de vivir en comunión con Cristo y de que, tomando nuestra cruz de cada día, sigamos el Camino del amor que Él nos ha manifestado con su propia vida. Entonces seremos dignos de habitar eternamente en las moradas que Él ha abierto y preparado con su propia entrega para que, donde Él está, estemos también nosotros. Amén.
(Reflexión de Homilía católica)


REFLEXION: EL CAMINO
Hch 13, 36-43; Jn 14, 1-6
Esta solemne declaración de Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" es de sobra conocida. A fuerza de escucharla la podemos banalizar reduciéndola a una de esas frases que repiten a diario los publicistas. No es el caso. La consecuencia exacta de esta proclama la extrae acertadamente san Pablo en el discurso que nos registra san Lucas en el libro de los Hechos: gracias a Jesús y no a las obras meritorias hechas conforme a la ley de Moisés, el ser humano se rehabilita para participar de la amistad con Dios. La existencia y las opciones de Jesús se han convertido en una forma de vida que conduce al encuentro gozoso y pleno con el Padre. El Dios de la vida nos entrega a su Hijo Jesús como modelo y paradigma de la existencia que felicita, que anticipa la vida plena que nunca termina. (www misal com mx )


Santos
Juan Nepomuceno, mártir; Margarita de Cortona, penitente; Gemma Galgani, laica.

Feria (Blanco)

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