LECTURAS DE LA
EUCARISTÍA
JUEVES 29 DE MAYO DE
2014
VI JUEVES DE PASCUA
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Sal 67, 8-9. 20)
Cuando
saliste, Señor, al frente de tu pueblo, y le abriste camino a través del
desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos dejaron caer su lluvia.
Aleluya.
ORACIÓN
COLECTA
Señor
Dios, que hiciste a tu pueblo partícipe de tu redención, concédenos vivir
perpetuamente llenos de gozo por la resurrección del Señor. El, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Pablo
se estableció en la casa de Aguda, trabajaba y predicaba en la sinagoga.
DEL LIBRO DE LOS
HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 18, 1-8
En
aquellos días, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un
judío, llamado Aquila, natural del Ponto, que acababa de llegar de Italia con
su mujer, Priscila, en acatamiento a las órdenes de Claudio, que expulsó de
Roma a todos los judíos. Pablo se acercó a ellos, y como eran del mismo oficio,
se quedó a vivir y a trabajar con ellos. Su oficio era fabricar tiendas de
campaña. Cada sábado Pablo discutía en la sinagoga y trataba de convencer a
judíos y griegos.
Cuando
Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por completo a la
predicación y afirmó delante de los judíos que Jesús era el Mesías. Como éstos
lo contradecían y lo insultaban, se rasgó las vestiduras y dijo: "Que la
sangre de ustedes caiga sobre su propia cabeza: yo soy inocente. De ahora en
adelante, iré a hablar a los paganos".
Salió
de allí y entró en la casa de Tito Justo, que adoraba a Dios, y cuya casa
estaba al lado de la sinagoga.
Crispo,
el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su familia. Asimismo,
al oír a Pablo, muchos de los corintios creyeron y recibieron el bautismo.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 97 R/. El
Señor nos ha demostrado su amor y su lealtad. Aleluya.
Cantemos
al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo
le han dado la victoria. R/.
El
Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia.
Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La
tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Jn 14, 18)
R/.
Aleluya, aleluya.
No
los dejaré desamparados, dice el Señor; me voy, pero volveré a ustedes y
entonces se alegrará su corazón. R/.
Su tristeza se
transformará en alegría.
DEL SANTO EVANGELIO
SEGÚN SAN JUAN: 16, 16-20
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Dentro de poco tiempo ya no me
verán; y dentro de otro poco me volverán a ver". Algunos de sus discípulos
se preguntaban unos a otros: "¿Qué querrá decir con eso de que: 'Dentro de
poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver', y con eso
de que: 'Me voy al Padre'?" Y se decían: "¿Qué significa ese 'un
poco'? No entendemos lo que quiere decir".
Jesús
comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: "Están confundidos
porque les he dicho: 'Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro
poco me volverán a ver'. Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán,
mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se
transformará en alegría".
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Suba
hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que,
purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu
inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
I-V de Pascua.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)
Yo
estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios
todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho
renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento
pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
REFLEXION:
En
Jn 16,16-20, Jesús describe la experiencia de la Cruz desde el punto de
vista de su experiencia exterior como
interior, emocional, lo que será el camino de la Cruz y su significación en su vida de
discipulado.
1. La Cruz desde un punto
de vista exterior Jesús enuncia una
frase enigmática: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”
(16,16; la frase se repite dos veces más
en los vv.17 y 19). Es con palabras
ocultas (“en parábolas”, dice el v.25)
que Jesús habla de su muerte y resurrección, no lo dice forma expresa.
Esta frase quiere decir: “yo estoy a
punto de desaparecer y nunca más me volverán a
ver, pero dentro de poco tiempo Ustedes me verán”. Los discípulos quedan confundidos.
Entonces se reúnen en un grupo aparte y
debaten entre ellos (16,17-18) para explorar el sentido de la frase,
pero no dan con la respuesta: más que
entender que Jesús está hablando de su muerte y
resurrección, la dificultad está en captar el significado de ésta para
sus vidas. El mismo hecho de que los discípulos se hagan
preguntas es importante: interrogar al
Señor es la única manera de evitar la parálisis en la vida espiritual. Es
un reconocimiento de la impreparación
con que nos encuentra frecuentemente el
misterio de la Cruz. Jesús,
quien no está muy lejos, se da cuenta e interviene en la conversación, anticipándose a la pregunta que le van a
hacer (16,19). Jesús capta rápido la
situación. ¿Qué tan rápido captamos los problemas de nuestra casa, de
nuestra comunidad, de nuestro
entorno?
2. La Cruz desde un punto de
vista interior, emocional Jesús
responde a las inquietudes de los discípulos haciéndose intérprete de sus propias palabras: “En verdad, en verdad os
digo que lloraréis y os lamentaréis, y
el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo” (16,20). Esta
fase también se repite dos veces más
(v.21 y 22; la del v.21 se enuncia con una comparación). Esta respuesta nos aclara mucho lo que fue
dicho de forma enigmática, pero da un
paso adelante anunciando cómo reaccionarán emocionalmente los discípulos ante su muerte y resurrección, es decir, ante
el hecho de no verlo y de volverlo a
ver. Las emociones externas de llanto,
lamentación, duelo, aflicción indican la
gravedad de lo que está pasando: Jesús se fue en la carne. Su vida terrena,
tal como se conoce la vida en la tierra,
fue superada, y en esto no hay marcha
atrás. Es la experiencia dolorosa de la caducidad pasajera de la
existencia humana, de la separación que
viene de improviso, de la ruptura y de las
profundas heridas humanas que causa la muerte. También la relación
entre Jesús y sus discípulos fue
sometida a las leyes implacables de la muerte. Pero Jesús dice que lo volverán a ver. Se
refiere a la alegría de la mañana de la
resurrección cuando ellos lo encontraron de nuevo con los signos de
la crucifixión aún en su cuerpo, un
cuerpo ahora glorificado, en nuevo estado, en
una nueva dimensión de la vida.
Entonces el llanto y el duelo,
propios de la impotencia humana frente a la
muerte, no permanecerán; el sufrimiento no será de modo definitivo. El cambio
en el estado de vida de Jesús tiene consecuencias profundas para los
discípulos: “Vuestra tristeza se convertirá en gozo”. El regreso de Jesús no está limitado a las apariciones pascuales, sino
que tendrá como resultado su misma
presencia en el corazón de los creyentes, haciendo que este gozo “ya
nadie lo pueda quitar” (16,23).
3. La Pascua interior del discípulo Hay que observar la manera como Jesús se
expresa. No dice: “Después que Ustedes hayan tenido una gran tristeza
entonces yo voy a venir a darles la
alegría”. No se trata de una
secuencia: primero la tristeza y después la alegría. No se trata de una secuencia sino una
consecuencia. Es como si Jesús estuviera
diciéndoles: “La tristeza que Ustedes están viviendo ahora será causa
alegría para Ustedes mismos”. Esto define una ley importante de la vida
espiritual: la resurrección viene de
dentro de la Cruz y es una superación de la misma. Esto quiere decir que
lo que calificamos como desgracia nos pone en la ruta de una experiencia
pascual, que allí ya está aconteciendo
el Señor que de dentro de esa situación hará brotar la alegría.
La Resurrección no es un dejar de lado la Cruz sino la
transformación de ella en una nueva
expresión de vida. Jesús, que conoce
bien a sus discípulos se da cuenta enseguida que no ellos no han terminado de entender y entonces acude a
un ejemplo. Jesús es amigo de las metáforas tomadas de la vida real, el
sabe captar la poética de la realidad.
Vean que ilustración tan especial la que propone el Señor: “La mujer, cuando va a dar a luz, está
triste, porque le ha llegado su hora;
pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el
mundo” (16,21). Mañana retomaremos
este último versículo. Cultivemos la
semilla de la palabra en lo profundo del corazón.
Padre
Fidel Oñoro CJM.
Fuente: Homiletica org
REFLEXION:
LA PENA Y LA ALEGRÍA
Hch
18,1-8; .In 16, 16-20
Cuando
Jesús anuncia su próxima partida de este mundo, sus amigos y discípulos se
entristecen, porque se sienten inseguros y vulnerables. Como toda relación
amorosa que sufre una separación, también la que mantiene Jesús con los Doce,
pasará por un momento de crisis y reacomodo. La crisis se hará manifiesta en el
momento de la pasión. El grupo se dispersará y posteriormente, gracias a la
victoria que el Padre otorgó a su Hijo, los reanimará para que retomen su
misión como testigos de la Verdad. De esa misma misión son continuadores en la ciudad
de Corinto Pablo, Silas, Timoteo y Aquila, quienes ponen en obra, los dones y
habilidades que el Señor les concedió. Unos organizan, otros debaten y otros
proclaman con entereza el primer anuncio. (www misal com mx ),
Santos
Maximino de Tréveris, obispo; Sisínio, Martorio y
Alejandro de Trento, mártires.
Beato José Gerard, presbítero.
Feria (Blanco)
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