lunes, 26 de mayo de 2014

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA, LUNES 26 DE MAYO DE 2014.


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
LUNES 26 DE MAYO DE 2014.
VI LUNES DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA (Rm 5, 5; cfr. 8, 11)
El amor de Dios ha sido infundido en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que habita en nosotros. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nunca dejas de glorificar la santidad de aquellos siervos tuyos que te son fieles, haz que el fuego del Espíritu Santo nos encienda en aquel mismo ardor que tan maravillosamente inflamó el corazón de san Felipe Neri. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

El Señor tocó el corazón de Lidia para que aceptara el mensaje de Pablo.

DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 16, 11-15

Por aquellos días, zarpamos de Tróade y navegamos rumbo a Samotracia; al día siguiente, hacia Neápolis y de ahí a Filipos, colonia romana y ciudad principal de la región de Macedonia. En Filipos nos quedamos unos días. El sábado salimos de la ciudad y nos fuimos por la orilla del río hasta un sitio donde solían tenerse las reuniones de oración. Allí nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Entre las que nos escuchaban, había una mujer, llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, comerciante en púrpura, que adoraba al verdadero Dios. El Señor le tocó el corazón para que aceptara el mensaje de Pablo. Después de recibir el bautismo junto con toda su familia, nos hizo esta súplica: "Si están convencidos de que mi fe en el Señor es sincera, vengan a hospedarse en mi casa". Y así, nos obligó a aceptar.

Palabra de Dios.
Te alabamos, señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 149
R/. El Señor es amigo de su pueblo. Aleluya.

Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo. R/.

En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. R/.

Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace. R/.

ACLAMACIÓN (Cfr. Jn 15, 26. 27)
R/. Aleluya, aleluya.
El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí, dice el Señor, y ustedes también darán testimonio. R/.



El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 15, 26-16, 4

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el Paráclito, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo. Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece. Los expulsarán de las sinagogas y hasta llegará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas cosas para que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo había predicho yo".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte, Señor, este sacrificio de alabanza, te rogamos que, a ejemplo de san Felipe, nos mostremos siempre alegres y bien dispuestos, para promover la gloria de tu nombre y el servicio del prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 9)
Así como el Padre me ha amado a mí, así yo los he amado a ustedes, dice el Señor; permanezcan, pues, en mi amor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados, Señor, por este manjar celestial, te rogamos que, a imitación de san Felipe, nos hagas anhelar siempre este mismo sustento por el cual verdaderamente vivimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

REFLEXION

Juan 15,26-27: La acción del Espíritu Santo en la vida de las comunidades. La primera cosa que el Espíritu hace es dar testimonio de Jesús: “El dará testimonio de mí”. El Espíritu no es un ser espiritual sin definición. ¡No! El es el Espíritu de la verdad que viene del Padre, y que será enviado por el mismo y nos introducirá en la verdad plena (Jn 16,13). La verdad plena es Jesús mismo: “¡Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida!” (Jn 14,6). Al final del siglo primero, había algunos cristianos tan fascinados por la acción del Espíritu que habían dejado de mirarle a Jesús. Afirmaban que ahora, después de la resurrección, no precisaban fijarse en Jesús de Nazaret, aquel “que vino en la carne”. Se alejaron de Jesús y se quedaron solamente con el Espíritu, diciendo: “¡Anatema sea Jesús!” (1Cor 12,3). El Evangelio de Juan toma posición y no permite separar la acción del Espíritu de la memoria de Jesús de Nazaret. Al Espíritu Santo no le podemos aislar como una grandeza independiente, separada del misterio de la encarnación. El Espíritu Santo está inseparablemente unido al Padre y a Jesús. Es el Espíritu de Jesús que el Padre nos envía, aquel mismo Espíritu que Jesús nos conquistó por su muerte y resurrección. Y nosotros, al recibir este Espíritu en el bautismo, debemos ser la prolongación de Jesús: “¡Y vosotros también daréis testimonio!” No podemos olvidar nunca que fue precisamente la víspera de su muerte cuando Jesús nos prometió el Espíritu. Fue en el momento en que él se entregaba por los hermanos. Hoy en día, el movimiento carismático insiste en la acción del Espíritu de Jesús de Nazaret que, por amor a los pobres y a los marginados, fue perseguido, preso y condenado a muerte y que, por esto mismo, nos prometió su Espíritu para que nosotros, después de su muerte
continuásemos su acción y fuésemos para la humanidad la misma revelación del amor del Padre por los pobres y oprimidos.

Juan 16,1-2: No tener miedo. El evangelio advierte que ser fiel a este Jesús va a traer dificultades. Los discípulos serán expulsados de la sinagoga. Serán condenados a muerte. Les acontecerá lo mismo que a Jesús. Por esto mismo, al final del siglo primero, había personas que, para evitar la persecución, diluían el mensaje de Jesús transformándolo en un mensaje gnóstico, vago, sin definición, que no contrastaba con la ideología del imperio. A éstos se aplica lo que Pablo decía: “No quieren ser perseguidos por la cruz de Cristo” (Gál 6,12). Y Juan mismo en su carta dirá respecto a ellos: “Hay muchos impostores por el mundo, que no quieren reconocer que Jesucristo vino en la carne (se hizo hombre). Quien así procede es impostor y Anticristo” (2 Jn 1,7) La misma preocupación aflora en la exigencia de Tomás: "No creeré sino cuando vea la marca de los clavos en sus manos, meta mis dedos en el lugar de los clavos y palpe la herida del costado." (Jn 20,25) El Cristo resucitado que nos prometió el don del
Espíritu es Jesús de Nazaret que continúa hasta hoy con las marcas de la tortura y de la cruz en su cuerpo resucitado.

Juan 16,3-4: No saben lo que hacen. Todo esto acontece “porque no han conocido ni al Padre ni a mí”. Estas personas no tienen una imagen correcta de Dios. Tienen una imagen vaga de Dios en su cabeza y en su corazón. Su Dios no es el Padre de Jesucristo que congrega a todos en la unidad y en la fraternidad. En el fondo, es el mismo motivo que llevó a decir: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34). Jesús fue condenado por las autoridades religiosas porque, según su manera de pensar, él tenía una falsa imagen de Dios. En las palabras de Jesús no afloran ni odio ni venganza, sino compasión: son hermanos ignorantes que no saben nada de nuestro Padre.(Homiletica org / Carmelitas)


REFLEXION:CUANDO LLEGUE LA HORA
Hch 16, 11-15; Jn 15, 26, 16,4
La tónica del discurso de despedida del Señor Jesús parece sombría. El Maestro teme que los suyos se desmoralicen al momento que lleguen las grandes pruebas. El rechazo a los cristianos no será un asunto personal, sino estructural: en realidad no es a Pablo o a Santiago o Esteban a quien persiguen, sino los valores y opciones que dichos misioneros promueven en el nombre de Jesús. Él se anticipa a advertirles de esto, para que nadie se escandalice. No solamente les advierte, también les promete la compañía del Espíritu. No obstante, no siempre, ni inmediatamente sobrevenía la persecución. La comunidad cristiana de Filipos se consolidó gracias a la buena acogida de familias como la de Lidia; cuando el progreso del mensaje es tan notorio, los que tienen intereses poderosos que defender, se oponen al camino cristiano.(www misal com mx)



Santos

 San Felipe Neri, fundador; María Ana de Jesús Paredes Flores, fundadora. Beato Francisco Patrizi, presbítero. Memoria (Blanco)


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