sábado, 17 de mayo de 2014

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA SABADO 17 DE MAYO DE 2014


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
SABADO 17 DE MAYO DE 2014
IV SABADO DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. 1 P 2, 9)
Pueblo redimido por Dios, anuncia las maravillas del Señor, que te llamó de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por esta solemnidad de la Pascua proporcionas al mundo el remedio que necesita, prolonga tu misericordia en favor de tu Iglesia, para que el culto que te rinde en el tiempo le aproveche para la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA
Ahora nos dirigiremos a los paganos.

DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 13, 44-52

El sábado siguiente casi toda la ciudad de Antioquía acudió a oír la palabra de Dios. Cuando los judíos vieron una concurrencia tan grande, se llenaron de envidia y comenzaron a contradecir a Pablo con palabras injuriosas. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con valentía: "La palabra de Dios debía ser predicada primero a ustedes; pero como la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos. Así nos lo ha ordenado el Señor, cuando dijo: Yo te he puesto como luz de los paganos, para que lleves la salvación hasta los últimos rincones de la tierra". Al enterarse de esto, los paganos se regocijaban y glorificaban la palabra de Dios, y abrazaron la fe todos aquellos que estaban destinados a la vida eterna. La palabra de Dios se iba propagando por toda la región. Pero los judíos azuzaron a las mujeres devotas de la alta sociedad y a los ciudadanos principales, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, hasta expulsarlos de su territorio.
Pablo y Bernabé se sacudieron el polvo de los pies, como señal de protesta, y se marcharon a Iconio, mientras los discípulos se quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 97
R/. Cantemos las maravillas del Señor. Aleluya.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.

ACLAMACIÓN (Jn 8, 31. 32)
R/. Aleluya, aleluya.
Si se mantienen fieles a mi palabra, dice el Señor, serán verdaderamente discípulos míos y conocerán la verdad. R/.



Quien me ve a mí, ve al Padre.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 14, 7-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le replicó: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien Me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, por tu piedad, estos dones y al recibir en oblación este sacrificio espiritual, conviértenos para ti en una perenne ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 24)
Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que tú me has dado, para que contemplen la gloria que me diste, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya, nos aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MEDITANDO LAS ESCRITURAS
Juan 14,7: Conocer a Jesús es conocer al Padre. El texto del evangelio de hoy es una continuación del de ayer. Tomás había preguntado: "Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos saber el camino?" Jesús respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Y añadió: “Si me conocéis a mí, conoceréis también al Padre. Desde ahora lo conocéis y lo habéis visto". Esta es la primera frase del evangelio de hoy. Jesús habla siempre del Padre, pues todo lo que hablaba y hacía era transparencia de la vida del Padre. Esta referencia constante al Padre provoca la pregunta de Felipe.

Juan 14,8-11: Felipe pregunta: "¡Muéstranos al Padre y nos basta!” Era el deseo de los discípulos, el deseo de mucha gente en las comunidades del Discípulo Amado y es el deseo de muchos de nosotros hoy: ¿cómo hace la gente para ver al Padre del que Jesús habla tanto? La respuesta de Jesús es muy bonita y vale hasta hoy: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y aún no me conoces, Felipe? ¡El que me ha visto a mí ha visto al Padre!" La gente no debe pensar que Dios está lejos de nosotros, como alguien distante y desconocido. Quien quiere saber cómo es y quién es Dios, basta que le mire a Jesús. Él lo ha revelado en las palabras y en los gestos de su vida. "¡El Padre está en mí y yo estoy en el Padre!" A través de su obediencia, Jesús está totalmente identificado con el Padre. En cada momento hacía lo que el Padre mostraba que había que hacer (Jn 5,30; 8,28-29.38). Por esto, en Jesús, ¡todo es revelación del Padre! Y las señales o las obras de Jesús ¡son obras del Padre! Como dice la gente: "¡Este hijo le ha cortado la cara a su padre!" Por esto, en Jesús y por Jesús, Dios está en medio de nosotros.

Juan 14,12-14: Promesa de Jesús. Jesús hace una promesa para decir que la intimidad que él tiene con el Padre no es un privilegio que sólo le pertenece a él, sino que es posible para todos aquellos que creen en él. Nosotros también, a través de Jesús, podemos llegar a hacer cosas bonitas para los demás como Jesús hacía para la gente de su tiempo. El va a interceder por nosotros. Todo lo que la gente le pide, él lo va a pedir al Padre y lo va a conseguir, con tal que sea para servir. Jesús es nuestro defensor. El se va, pero no nos deja sin defensa. Promete que va a pedir al Padre que envíe a otro defensor o consolador, el Espíritu Santo. Jesús llega a decir que precisa irse ahora, porque, de lo contrario, el Espíritu Santo no podrá venir (Jn 16,7). Es el Espíritu Santo el que realizará las cosas de Jesús en nosotros, si actuamos en nombre de Jesús y observamos el gran mandamiento de la práctica del amor.
(Homiletica org / Carmelitas)

REFLEXION
Jesús es el Templo Santo en el que nos encontramos con nuestro Dios y Padre para adorarlo en Espíritu y en Verdad. Pero, mientras dure nuestra vida en esta tierra, Él no nos quiere sentados junto a Él como si ya estuviésemos en la visión beatífica; quienes vivimos unidos a Él por la fe y por el Bautismo experimentamos a Cristo como Camino.
La Iglesia, liberada de la esclavitud del pecado, habiendo recibido la Vida de Dios y participando de Aquel que es la Verdad, camina, como en un nuevo Éxodo, hacia la posesión de los bienes definitivos. Y vamos tras las huellas de Cristo.
Quien crea en el Señor no puede quedarse instalado en sus logros o en sus tradiciones; el Reino de Dios es una continua conquista que nos debe hacer creativos, sin traicionar el Evangelio, para hacer que el Reino de Dios vaya tomando cuerpo en las diversas culturas de nuestro tiempo.
Quien contempla a Cristo contempla al Padre pues el Padre permanece en Cristo. Quien contemple a la Iglesia debe contemplar a Cristo, pues Cristo permanece en su Iglesia. Y Cristo, por medio de su Iglesia, busca a las gentes de todos los tiempos para llevarlas a su plena unión con el Padre Dios; esa es la misión que tiene la Iglesia, tratemos de no traicionar la confianza que el Señor nos ha tenido.
En la Eucaristía entramos en una relación de amor con Cristo. Él permanece en nosotros y nosotros en Él. Él nos hace un signo creíble de su amor en el mundo. Él espera de nosotros que lo demos a conocer no sólo con las palabras, sino con las obras y la vida misma.
Por eso nuestra participación en la Eucaristía nos compromete a convertirnos en un signo del amor de Dios para los demás. Desde la Iglesia, que vive su comunión con Cristo, el mundo debe experimentar el amor de Dios.
¿Realmente creemos que Cristo está en nosotros y nosotros en Él?
La Iglesia no sólo está llamada a anunciar el Nombre de Dios a los demás; su vocación mira a manifestarle al mundo el rostro amoroso y misericordioso del Padre.
Quien entre en relación con la Iglesia debe saber que ha entrado en contacto con Dios, pues lo experimentará desde la comunidad de los fieles en Cristo.
Pero no podemos darle al mundo a conocer a Cristo sólo con las palabras; mientras no lo demos a conocer con las obras estaremos traicionando al Evangelio y a la misión que el Señor nos ha confiado.
Roguémosle al Señor que nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la gracia de convertirnos en un signo creíble de su amor para nuestros hermanos, para que, por nuestra unión con el Señor, todos puedan encontrarse con Él y obtener la salvación eterna. Amén. (Homilía católica ).

EL PADRE REALIZA SUS OBRAS
Hch 13, 44-52; Jn 14, 7-14
Tanto la Carta a los hebreos como el Evangelio de san Juan y otros muchos escritos del Nuevo Testamento, coinciden en afirmar lo esencial de la fe cristiana: Jesús es el reflejo, la gloria, la manifestación visible del Dios invisible. Cierto es lo que dice el prólogo del cuarto Evangelio: a Dios nadie lo ha visto jamás, es el Hijo quien nos lo ha revelado. Esa revelación no es una especie de prodigio extraordinario cumplido por Jesús, realizado a través de actos de poder. Es algo más simple: Jesús vive de tal manera que rebasa las actitudes ordinarias de los simples mortales. Hay en su forma de proceder algo tan sobrehumano, que solo puede ser divino. De ese amoroso hallazgo, Pablo se vuelve testigo y portavoz a pesar de todos los riesgos en las ciudades y sinagogas del Mediterráneo. (www misal com mx).




Santos
Pascual Bailón, hermano lego; Julia Salzano, fundadora. Beata Antonia de Mesina, laica.

Feria (Blanco)

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