lunes, 19 de mayo de 2014

LECTURAS DE LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 18 DE MAYO DE 2014

  


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
DOMINGO 18 DE MAYO DE 2014
V DOMINGO DE PASCUA

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sal 97, 1-2)
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas y todos los pueblos han presenciado su victoria. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, lleva a su plenitud en nosotros el sacramento pascual, para que, a quienes te dignaste renovar por el santo bautismo, les hagas posible, con el auxilio de tu protección, abundar en frutos buenos, y alcanzar los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA
Eligieron siete hombres llenos del Espíritu Santo.

DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 6, 1-7

En aquellos días, como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días.
Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron: "No es justo que, dejando el ministerio de la palabra de Dios, nos dediquemos a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra".
Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos.
Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo. En Jerusalén se multiplicaba grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso de sacerdotes había aceptado la fe.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 32
R/. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos. R/.

Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.

Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.

Ustedes son estirpe elegida, sacerdocio real.

DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PEDRO: 2, 4-9

Hermanos: Acérquense al Señor Jesús, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios; porque ustedes también son piedras vivas, que van entrando en la edificación del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo, destinado a ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios, por medio de Jesucristo. Tengan presente que está escrito: He aquí que pongo en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado.
Dichosos, pues, ustedes, los que han creído. En cambio, para aquellos que se negaron a creer, vale lo que dice la Escritura: La piedra que rechazaron los constructores ha llegado a ser la piedra angular, y también tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella los que no creen en la palabra, y en esto se cumple un designio de Dios.
Ustedes, por el contrario, son estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada a Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN (Jn 14, 6) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R/.

Yo soy el camino, la verdad y la vida.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 14, 1-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy".
Entonces Tomás le dijo: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" Jesús le respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto". Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le replicó: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Jesús resucitado, vida y esperanza de la humanidad entera. Después de cada petición diremos:
Jesús resucitado, escúchanos.
Por los pastores de la Iglesia. Que vivan su misión con fe y esperanza, y ayuden a crear un espíritu de paz y concordia en nuestra sociedad. Oremos.
Por las Iglesias de los países en los que es más difícil ser cristiano, y especialmente por los cristianos de China. Que Dios les dé su fortaleza para mantenerse fieles. Oremos.
Por quienes gobiernan los pueblos. Que se esfuercen en construir una sociedad más justa y solidaria. Oremos.
Por los maestros y todos los trabajadores de la educación. Que sean conscientes de la gran responsabilidad que tienen en sus manos. Oremos.
Por nosotros. Que encontremos en Jesucristo la luz para nuestro camino, y la alegría para nuestro corazón. Oremos.
Escucha, Señor Jesucristo, nuestras plegarias, y danos tu Espíritu Santo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 15, 1. 5)
Yo soy la vid verdadera y ustedes los sarmientos, dice el Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto abundante. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.
REFLEXION DEL PAPA FRANCISCO



“CONFRONTÁNDONOS, DISCUTIENDO Y REZANDO: ASÍ SE RESUELVEN LOS CONFLICTOS EN LA IGLESIA”
Domingo 18 de Mayo de 2014.
Antes del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro.

Queridos hermanos y hermanas ¡Buenos días!
Hoy la lectura de los Hechos de Apóstoles nos muestra que aun en el comienzo de la Iglesia emergen las primeras tensiones y disensiones. En la vida, los conflictos existen, el problema es cómo se afrontan. Hasta ese momento la unidad de la comunidad cristiana había sido favorecida por la pertenencia a una etnia y cultura, la judaica. Pero, cuando el cristianismo, que por voluntad de Jesús está destinado a todos los pueblos, se abre al ámbito cultural helenista – griego – llega la falta de esta homogeneidad y surgen las primeras dificultades. En ese momento, serpentea el descontento, hay lamentaciones, rumores de favoritismos y trato desigual – esto sucede también en nuestras parroquias -. La ayuda de la comunidad a las personas necesitadas - viudas, huérfanos y pobres en general -, parece privilegiar a los cristianos de origen judío, con relación a los demás.

Entonces, ante este conflicto, los Apóstoles toman las riendas de la situación: convocan una reunión ampliada también a los discípulos, debaten juntos acerca de la cuestión, todos. Los problemas, en efecto, ¡no se resuelven fingiendo que no existen! Y es hermoso este debate sincero entre los pastores y los otros fieles. Se llega por lo tanto a una subdivisión de tareas. Los Apóstoles presentan una propuesta que todos aceptan: ellos se dedicarán a la oración y al ministerio de la Palabra, mientras siete hombres, los diáconos, se encargarán del servicio en las mesas para los pobres. Estos siete no son elegidos porque eran expertos en negocios, sino porque eran hombres honestos y de buena reputación, llenos de Espíritu Santo y de sabiduría; y son constituidos en su servicio mediante la imposición de las manos de parte de los Apóstoles.

Y así, de aquel malcontento, de aquella queja, de aquellos rumores de favoritismos y trato desigual, se llega a una solución. Confrontándonos, discutiendo y rezando: así se resuelven los conflictos en la Iglesia. ¡Confrontándonos, discutiendo y rezando, con la certeza de que los chismes y los celos nunca podrán llevarnos a la concordia, a la armonía o a la paz!

Fue también allí, que el Espíritu Santo coronó este entendimiento y esto nos hace comprender que, cuando nosotros nos dejamos guíar por Espíritu Santo, Él nos lleva a la armonía, a la unidad y al respeto de los diversos dones y talentos.

¿Han entendido?... ¡Nada de chismes! ¡Nada de envidias! ¡Nada de celos! ¿entendido?.... (aplausos)

Que la Virgen María nos ayude a ser dóciles al Espíritu Santo, para que sepamos estimarnos mutuamente y converger cada vez más profundamente en la fe y en la caridad, teniendo el corazón abierto a las necesidades de los hermanos. 

Fuente: Radio Vaticana.


MEDITANDO LAS ESCRITURAS
Juan 14,1-4: Las comunidades preguntaban: "¿Cómo vivir en comunidad con ideas tan distintas?". Jesús responde con una exhortación: "¡No se turbe vuestro corazón! En la casa de mi Padre hay muchas moradas". La insistencia en tener palabras de ánimo que sirviesen de ayuda para superar las turbaciones y las divergencias, es signo de que debían existir tendencias muy distintas entre las comunidades, queriendo una ser más verdadera que la otra. Jesús dice: "¡En la casa de mi Padre hay muchas mansiones!". No es necesario que todos piensen de la misma forma. Lo que importa es que todos acepten a Jesús como revelación del Padre y que, por amor suyo, tengan actitudes de servicio y de amor. Amor y servicio son el cemento que pega entre sí los ladrillos de la pared y hace que las distintas comunidades se conviertan en una Iglesia sólida de hermanos y hermanas.

Juan 14, 5-7: Tomás pregunta: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos conocer el camino? Jesús responde: "¡Yo soy el camino, la verdad y la vida!".Tres palabras importantes. Sin camino, no se camina. Sin verdad, no se acierta. ¡Sin vida, sólo hay muerte! Jesús explica el sentido. Él mismo es el camino, porque "Nadie va al Padre sino por mí". Ya que, Él es la puerta, por la que las ovejas entran y salen (Jn 10, 9). Jesús es la verdad, porque mirándole a él, vemos la imagen del Padre. "¡Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre!". ¡Jesús es la vida, porque caminando como Jesús ha caminado, estaremos unidos al Padre y tendremos la vida en nosotros!

Juan 14, 8-11: Felipe pide: Le dice Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta". Jesús le responde: "¡El que me ha visto a mí, ha visto al Padre!". Felipe ha expresado un deseo que era el de muchas personas de la comunidad de Juan y continúa siendo el deseo de todos nosotros: ¿qué debo hacer para ver al Padre del que tanto habla Jesús? La respuesta de Jesús es muy bella: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre". No tenemos que pensar que Dios sea lejano, como alguien distante y desconocido. Quien quiera saber cómo es y quién es Dios Padre, le basta mirar a Jesús. ¡Él lo ha revelado en las palabras y en los gestos de su vida! "Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí". Por su forma de ser Jesús revelaba un rostro nuevo de Dios que atraía al pueblo. A través de su obediencia, estaba totalmente identificado con el Padre. En cada momento hacía lo que el Padre le mostraba hacer (Jn 5, 30; 8, 28-29.38). ¡Por eso, en Jesús todo es revelación del Padre! ¡Y, los
signos y obras que realiza son las obras del Padre! De la misma manera, nosotros, en nuestro modo de vivir y de compartir, tenemos que ser una revelación de Jesús. El que nos ve, tiene que
poder ver y reconocer en nosotros algo de Jesús. Lo que es importante meditar aquí es preguntarme: "¿Qué imagen me hago de Jesús?". ¿Soy como Pedro que no aceptaba un Jesús
siervo y sufriente y quería un Jesús a su propia medida? (Mc 8, 32-33). ¿Soy como aquéllos que saben decir sólo?: "¡Señor! ¡Señor! (Mt 7, 21). ¿Soy como aquéllos que quieren sólo un Cristo celeste y glorioso y olvidamos a Jesús de Nazaret que caminaba con los pobres, acogía a los marginados, curaba a los enfermos, reinsertaba a los excluidos y que, por causa de este compromiso con el pueblo y con el Padre, fue perseguido y matado.

Juan 14, 12: La promesa de Jesús. Jesús afirma que su intimidad con el Padre no es un privilegio sólo de él, sino que es posible para todos nosotros que creemos en Él. A través de Él, podemos llegar a hacer las mismas cosas que Él hacía por el pueblo de su tiempo. Él intercederá por nosotros. Todo lo que le pedimos, él se lo pedirá al Padre y lo obtendrá, con tal que sea para servir (Jn 14, 13).
(Homiletica org / Carmelitas)

UNA IGLESIA SERVIDORA
Hch 6, 1-7; 1 Pe 2, 4-9; Jn 14, 1-12
La institución de los diáconos con ocasión del diferendo entre cristianos de lengua griega y aquellos de lengua aramea, no es un incidente biográfico en la iglesia primitiva. Es algo más trascendente, porque instaura e institucionaliza como algo fundamental el servicio de la caridad. Los siete diáconos son la presencia simbólica de toda la Iglesia. No hay que olvidar el carácter de plenitud del número siete. Una Iglesia servidora que proclama el Evangelio, como lo refiere san Lucas, acrecienta el número de sus discípulos. El Evangelio nos presenta una dinámica semejante: así como el Padre revela su amor por medio de su Hijo Jesús; a los discípulos nos corresponde revelar la presencia de Jesús en nuestra realidad, por nuestra fidelidad a sus opciones y actitudes. (www misal com mx)

Santos
Juan I. Papa y mártir; Leonardo Murialdo, fundador; Rafaela María Porras, fundadora.

(Blanco)

No hay comentarios:

Publicar un comentario