jueves, 21 de noviembre de 2013


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
Jueves 21 de Noviembre de 2013
33ª Semana del tiempo ordinario. C
LA PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA


LECTURA DEL LIBRO DEL PROFETA ZACARÍAS 2,14-17

Canta de gozo y regocíjate, Jerusalén, pues vengo a vivir en medio de ti, dice el Señor. Muchas naciones se unirán al Señor en aquel día; ellas también serán mi pueblo y yo habitaré en medio de ti y sabrás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti. El Señor tomará nuevamente a Judá como su propiedad personal en la tierra santa y Jerusalén volverá a ser la ciudad elegida”. ¡Que todos guarden silencio ante el Señor, pues él se levanta ya de su santa morada!

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL  Lc 1, 46-55.
R  Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

Mi alma glorifica al Señor y
mi espíritu se llena de júbilo en Dios,
mi salvador, porque puso sus ojos
en la humildad de su esclava /R

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.
Santo es su nombre. Y su misericordia llega de generación
en generación a los qué’ lo temen /R

Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó
a los de corazón altanero. Destronó a los potentados
y exaltó a los humildes. A los hambrientos los
colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada /R



EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 12, 46-50

En aquel tiempo, Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus parientes se acercaron y trataban de hablar con él. Alguien le dijo entonces a Jesús: “Oye, ahí fuera están tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo”. Pero él respondió al que se lo decía: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión:
Hoy, celebramos junto con toda la Iglesia, la Presentación en el Templo de la niña Santa María.

Es en una antigua y piadosa tradición que encontramos los orígenes de esta fiesta mariana que surge en el escrito apócrifo llamado "Protoevangelio de Santiago". Este relato cuenta que cuando la Virgen María era muy niña sus padres San Joaquín y Santa Ana la llevaron al templo de Jerusalén y allá la dejaron por un tiempo, junto con otro grupo de niñas, para ser instruida muy cuidadosamente respecto a la religión y a todos los deberes para con Dios.

Históricamente, el inicio de esta celebración fue la dedicación de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén en el año 543. Estas fiestas se vienen conmemorando en Oriente desde el siglo VI, inclusive el emperador Miguel Comeno cuenta sobre esto en una Constitución de 1166.

Más adelante, en 1372, el canciller en la corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia.

Oración:

Santa Madre María,
tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo,
aceptando desde una libertad poseída
el servirle plenamente como templo inmaculado,
tú que confiando en tus santos padres,
San Joaquín y Santa Ana,
respondiste con una obediencia amorosa
al llamado de Dios Padre,
tú que ya desde ese momento
en el que tus padres te presentaron en el Templo
percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor;
enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo,
anunciándolo en cada momento de nuestra vida
desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios.

Fuente: ACI prensa

*****
Un homenaje a la libertad

1.1 Podemos decir que esta fiesta es una celebración de la libertad humana en su maravillosa capacidad de resolverse por Dios. Casi todas las fiestas de la Virgen encomian las obras de Dios en ella; esta, por el contrario, nos recuerda que la gracia encontró en Ella un corazón generoso y resuelto. Un corazón que se "presentó"; se ofreció a Dios.

1.2 Este es un día para dar gracias a Dios, y también para meditar en nuestras opciones fundamentales. Otro modo de nombrar esta fiesta es decir que estamos bendiciendo al Señor al contemplar la opción radical, total y continua de María. Porque en Ella los actos no son puntos aislados, momentos incomunicados, sino actitudes, hábitos, modos de su naturaleza en camino hacia su Autor y Redentor.

1.3 Puede sonar extraño para unos y otros, pero hay que decirlo en voz alta: la libertad humana puede volverse hacia Dios. Extraño para unos, por demasiado obvio; extraño para otros porque nuestro tiempo toma como un dogma que libertad es insubordinación, radical independencia, decisión en el vacío; pero ahí está María para mostrar que no. Libertad no es hacer cualquier cosa, ni desear cualquier cosa, ni predicar cualquier cosa.

2. Dueña de sí, Esclava de Dios

2.1 En una hermosa oración dice el P. Ignacio Larrañaga: "eres señora del universo porque primero eres señora de ti misma". Muchos de nuestros contemporáneos quieren dominar el mundo pero no pueden dominarse a sí mismos. Se convierten así en instrumentos útiles a los intereses de moda o los imperios de turno. María, especialmente en este misterio, aparece como dueña de sí, y por lo mismo, capaz de darse. ¿Cómo dar, en efecto, lo que no es de uno?

2.2 Ahora bien, ser dueño de sí no es todo aún. Si la creatura pretende ser un absoluto y un fin para sí mismo, escoge el camino de Lucifer o el del Anticristo. Ser dueños de nosotros es el paso irrenunciable pero no último para poder trascender, para entregarnos, para donarnos. María, en el misterio que hoy celebramos es al mismo tiempo la dueña de sí y la esclava del Señor. No hay contradicción en los términos: sólo quien se posee puede darse, y no hay opción más sabia, bella o justa que ofrecer en gratitud y obediencia nuestro ser a quien mejor nos conoce y ama.

De: Homilética. org


Santoral

La Presentación de la Santísima Virgen María, San Gelasio, B. Ma. del Buen Pastor.


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