SI
SUFRES...
Si
sufres, no te enojes con Dios,
sino
pídele fuerzas.
Si
lloras de dolor, no abandones su camino,
sino
síguelo con más fe y convencimiento.
Si
te ves envuelto en un diluvio que azota
tus
sentidos, pues será Él quien te rescatará
y
cubrirá de pétalos tu alma cansada.
Si
la duda y la desesperanza se apoderan
de
tu corazón, levanta tu mirada hacia el Señor,
pues
sólo Su amor aliviará tus penas.
Si
sientes que el miedo está a punto de vencerte,
abrázate
a Dios, pues sólo Él reconfortará tu alma.
Si
te sientes hambriento, sigue luchando,
porque
Dios es el Pan de Vida.
Si
te encuentras inmerso en profundas tinieblas,
acércate
a Jesús, porque Él es la Luz del Mundo.
Si
estás perdido, no temas, pues Dios
es
el Buen Pastor que te guiará.
Si
no encuentras la salida en el solitario laberinto
de
tus penas, arrodíllate, porque Dios es la Puerta;
y
todo aquél que entre por Él se salvará.
Si
te sientes solo, y crees que no puedes contar
con
nadie, te equivocas, porque Jesús
está
a tu lado; es tu Amigo.
Hermano,
no cierres tu corazón,
y
dirígete sin miedo al Señor, pues
Él te guiará con su amor y sabiduría;
aliviará
tu dolor, e iluminará tu alma,
porque
sólo Él es tu Gran Amigo;
¡Sólo
Él es fiel siempre!
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Fuente:
celebrando la vida
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