viernes, 16 de agosto de 2013


LECTURAS DEL JUEVES 15 DE AGOSTO DE 2013
SOLEMNIDAD 
ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA

Primera lectura
Una mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies

LECTURA DEL LIBRO DEL APOCALIPSIS 11, 19a; 12, 1-6a. 10ab

Se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de la Alianza.
Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del .sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.
Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz.
Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema. Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera.
La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta Dios y hasta su trono, y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio.
Y escuché una voz potente que resonó en el cielo:
«Ya llegó la salvación,
el poder y el Reino de nuestro Dios
y la soberanía de su Mesías».

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL   44, 10b-12. 15b-16

R.   ¡De pie a tu derecha está la Reina, Señor!

Una hija de reyes está de pie a tu derecha:
es la reina, adornada con tus joyas y con oro de Ofir.  R.

¡Escucha, hija mía, mira y presta atención!
Olvida tu pueblo y tu casa paterna,
y el rey se prendará de tu hermosura.
Él es tu señor: inclínate ante él.  R.

Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían,
con gozo y alegría entran al palacio real.  R.


Segunda lectura
Cristo, el primero de todos, luego, aquéllos que estén unidos a Él

LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CRISTIANOS DE CORINTO 15, 20-27a

Hermanos:
Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección.
En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos; luego, aquéllos que estén unidos a Él en el momento de su Venida.
En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies. El último enemigo que será vencido es la muerte, ya que Dios "todo lo sometió bajo sus pies".

Palabra de Dios.



EVANGELIO
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas;
elevó a los humildes

EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS 1, 39-56

Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo exclamó:
«¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor»
María dijo entonces:
«Mi alma canta la grandeza del Señor,
      y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
      porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
      porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
      ¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación
      sobre aquéllos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo,
      dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono
      y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
      y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor,
      acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
      en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.

Palabra del Señor.

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Reflexión
 LA ASUNCIÓN DE MARÍA

1.- Virgen del tránsito. En muchos lugares de la vieja Castilla a la fiesta de la Asunción de María se la llama fiesta de Nuestra Señora del Tránsito. En Zamora, que yo sepa, hay bastantes mujeres que se llaman Tránsito y que celebran su santo el 15 de agosto. La palabra “tránsito”, como sabemos, significa el paso de un lugar, o de un estado, a otro. Aplicado a la Virgen, significa el momento en el que la Virgen María pasa de este mundo al otro. El cómo ocurrió esto sólo Dios lo sabe, porque nuestra pobre ciencia humana no pudo, ni puede, comprobar empíricamente el hecho. A los cristianos nos basta creer que nuestra Virgen y Madre María, acabada su peregrinación por este mundo, se fue directamente a estar con su Hijo Jesús y con su Padre Dios. La advocación de la Virgen del Tránsito nos trae a todos nosotros un chorro de luz y de esperanza: después de esta vida, conducidos por la mano materna de nuestra Madre y en virtud de los méritos de su Hijo Jesús, también nosotros iremos a vivir definitivamente con nuestro Padre Dios. La muerte no es el final del camino, la muerte es el paso, es el tránsito, de este mundo al otro, de este mundo mortal y pecador, a un mundo inmortal y glorioso.

2.- LA DORMICIÓN DE LA VIRGEN. A la fiesta de la Asunción de María también se la llama fiesta de la dormición de María. Existen muchas estatuas yacentes representando a la Virgen María dormida, descansando ya en Dios. Con este nombre de la dormición queremos indicar que para María la muerte no fue un episodio traumático, ni angustioso. María se durmió llena de paz y se despertó en los brazos de Dios. También en este sentido esta fiesta de la dormición de María nos trae a nosotros un mensaje de paz: si vivimos con Dios, resucitaremos en Dios, sin que exista una grieta violenta y enemiga entre esta vida y la otra. Pedir a Dios una buena muerte es pedirle morir como murió María.

3.- LA ASUNCIÓN DE MARÍA. Es el nombre litúrgico por excelencia. Asumir es tomar algo o a alguien en propiedad, hacer propia una cosa, o a una persona. Después de que a María se le cumplió el tiempo en la tierra, Dios se la llevó con él, la asumió, la hizo para siempre suya. En este sentido, la Asunción de María indica el momento en el que Dios la asumió, la hizo suya para siempre, llevándola de la tierra al cielo. El mensaje de esta fiesta es siempre el mismo, la llamemos como la llamemos: María fue directamente de la tierra al cielo, sin haber conocido los estertores de una muerte física. Esta fiesta tiene también para nosotros un mensaje claro: es posible vencer a la muerte, porque la muerte no es el final del camino. Cristo venció a la muerte por sus propios méritos; María venció a la muerte en virtud del privilegio que Dios le concedió por ser la madre de Jesús. Nosotros podemos vencer a la muerte por los méritos de Cristo y ayudados por la intercesión eficaz de la Virgen María.

Gabriel González del Estal
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MARIA DISPONIBLE PARA HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
1.- María está muy cerca de nosotros. Celebramos hoy que María fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo. ¿Acaso así está alejada de nosotros? Al contrario. Precisamente al estar con Dios y en Dios, está muy cerca de cada uno de nosotros. Cuando estaba en la tierra, sólo podía estar cerca de algunas personas. Al estar en Dios, que está cerca de nosotros, más aún, que está "dentro" de todos nosotros, María participa de esta cercanía de Dios. Al estar en Dios y con Dios, María está cerca de cada uno de nosotros, conoce nuestro corazón, puede escuchar nuestras oraciones, puede ayudarnos con su bondad materna. Nos ha sido dada como "madre" a la que podemos dirigirnos en cada momento. Ella nos escucha siempre, siempre está cerca de nosotros; y, siendo Madre del Hijo, participa del poder del Hijo, de su bondad. Podemos poner siempre toda nuestra vida en manos de esta Madre, que siempre está cerca de cada uno de nosotros.

2.- Amor y servicio. Su amor es confiado y generoso. Su respuesta afirmativa arranca de un amor muy grande a Dios. Nace de alguien que se ha despojado de sí misma y pone toda su voluntad en Dios para servir a toda la humanidad. Pone toda su vida en manos de Dios de una manera incondicional. Acepta lo que pueda venir, porque sabe que Dios no puede fallar. Dios nos ama gratuitamente y María corresponde a su amor. El amor a Dios le lleva a amar a los hermanos y, prueba de ello, es el espíritu de servicio cuando fue a visitar a su prima Isabel. La entrega de María al plan de Dios le lleva a visitar a su prima Isabel. María es una mujer sensible y sabe que su prima necesita su ayuda. No duda en atravesar la montaña para encontrarse con su prima. Esta proclama que María es ¡Bendita entre las mujeres! Adivina por inspiración divina que María es la madre del salvador esperado. Alaba la fe de María.

3.- María hace el bien porque vivía de la palabra de Dios. En el evangelio de hoy hemos escuchado el “Magníficat”, esta gran poesía que brotó de los labios, o mejor, del corazón de María. En este canto maravilloso se refleja toda el alma, toda la personalidad de María. Se puede ver que María, por decirlo así, "se sentía como en su casa" en la palabra de Dios, vivía de la palabra de Dios, estaba penetrada de la palabra de Dios. En efecto, hablaba con palabras de Dios, pensaba con palabras de Dios; sus pensamientos eran los pensamientos de Dios. Al estar inmersa en la palabra de Dios, al tener tanta familiaridad con la palabra de Dios, recibía también la luz interior de la sabiduría. Quien piensa con Dios, piensa bien; y quien habla con Dios, habla bien, tiene criterios de juicio válidos para todas las cosas del mundo, se hace sabio, prudente y, al mismo tiempo, bueno; también se hace fuerte y valiente, con la fuerza de Dios, que resiste al mal y promueve el bien en el mundo. Su fe es confiada, pero no ciega. Pone su confianza en la Palabra, para decir "hágase en mí según tu palabra". De su confianza nace su disponibilidad. El que se instala se encierra en sus "seguridades" y es incapaz de avanzar. En este día de fiesta demos gracias al Señor por el don de esta Madre y pidamos a María que nos ayude a tener su disponibilidad y espíritu de servicio.

José María Martín OSA
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DIOS LE DIO ALGO MÁS QUE UNA COPA
Estamos celebrando, en medio del Año de la Fe, una de las grandes fiestas de nuestra piedad mariana: LA ASUNCION DE MARIA A LOS CIELOS

1. - ¿Qué es lo que buscan o pretenden los atletas, los deportistas, los países que participan en diversas competiciones nacionales o mundiales?: rivalizar para ganar, conquistar el pódium y, con cuantas medallas, más y mejor. Qué bien lo expresaba el Papa Francisco en las Jornadas Mundiales de la Juventud en Brasil: “Dios nos ofrece algo más que una copa, el cielo”.
La festividad de la Asunción, me atrevería a decir, es la gran distinción que DIOS impone a la Virgen por haber estado ahí, por haber corrido hasta el final, por haber permanecido fiel, por no haber humillado al adversario –y esta es la diferencia con los juegos de los hombres- sino al revés: HABERSE HUMILLADO PARA QUE DIOS HICIERA AQUELLO QUE TENIA PENSADO
Hoy es el día en el que DIOS eleva a la Virgen al pódium del cielo; le abre sus puertas, la sienta a su lado por haber jugado limpiamente, con sencillez y obediencia, en pobreza y humildad, con pureza y desde la disponibilidad

2.- No es extraño, por lo tanto, que miles de pueblos, ciudades, congregaciones, parroquias, diócesis, hermandades etc., la tengan como punto de referencia en sus vidas: la suerte que tuvo Ella la queremos tener nosotros.
-La lotería que le tocó a Ella, ser ascendida cerca del rostro de Dios, la añoramos, meditamos, cantamos y queremos para nosotros.
-Si Ella en este día subió a los cielos, nosotros también estamos llamados a juntarnos con la Madre en ese mismo lugar
-Si Ella permaneció hasta el final FIEL a sus principios, que nosotros no los olvidemos. La fiesta de la Asunción es precisamente eso: NO PERDER EL NORTE; NO PERMITIR QUE NADIE VULGARICE Y ADULTERE NUESTRA VIDA.

3.- Una de las epidemias que nos asola, es la desmotivación general que existe en la juventud por superarse (¿ascender?) ¡Cómo se queman etapas antes de tiempo! ¿Qué pasará dentro de unos años ante la ausencia de ideales? Hay una respuesta y reto a la vez: LLENAR DE NUEVO EL FONDO DE LAS PERSONAS; REARMARLAS Y REHACERLAS DE NUEVO con la presencia de Dios.

4.- Ante la presión sistemática, para que miremos exclusivamente a la tierra obviando esos otros valores que emergen del cielo, de esa fuente de felicidad y de fortaleza que nos viene de la FE EN DIOS, la Asunción es una invitación a elevar la cabeza, el espíritu y la mente.
A eso nos ha invitado el Papa Francisco: en la debilidad de la sociedad, con Dios, somos mayoría. A eso nos invita: a callejear, como lo hizo María, con la fuerza y el tesón del Evangelio. María sube a los cielos porque, previamente, supo andar con Dios y por Dios por los caminos de la tierra.
Por eso venimos aquí nosotros y honramos a la Virgen, la llevamos en procesión en este 15 a agosto o manifestamos públicamente nuestra adhesión a Ella.
--Fiesta de la Asunción. Llamada a mirar al cielo, a contemplar una vida ejemplar y valientemente vivida por Santa María.
--Hoy DIOS se la lleva a su lado, porque su cuerpo no puede corromperse en la tierra.
--Mirar al cielo y tener fe como Ella, conlleva un triunfo. Una apoteosis que no son las medallas de oro y de plata que el azar o el mérito de la vida nos da, es la alegría de ver un día cara a cara a los nuestros y ver cara a cara el rostro de Cristo, el semblante de Dios, la fuerza viva del Espíritu, la figura que tanto hemos amado, mientras estábamos en la tierra, de María.
Dios, a María, le dio algo más que una copa: le dio la oportunidad de verle, abrazarle y gozarse con Él en el cielo. A eso estamos llamados todos.

Javier Leoz
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