LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
VIERNES 13 DE JUNIO
DE 2014
SEMANA 10. TIEMPO
ORDINARIO. A.
SAN ANTONIO DE PADUA,
Doctor de la Iglesia
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Sal 131, 9)
Que
tus sacerdotes, Señor, se revistan de justicia, y tus fieles se llenen de
júbilo.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, que en san Antonio de Padua diste a tu pueblo un
predicador insigne y un intercesor en sus necesidades, concédenos que, con su
ayuda y siguiendo sus ejemplos de vida cristiana, experimentemos tu auxilio en
toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Quédate
en el monte, porque el Señor va a pasar.
DEL PRIMER LIBRO DE
LOS REYES: 19, 9. 11-16
Al
llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y
permaneció allí. El Señor le dijo: "Sal de la cueva y quédate en el monte
para ver al Señor, porque el Señor va a pasar".
Así
lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento huracanado, que
partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el
viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba en el
terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después
del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave.
Al
oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva.
Entonces oyó una voz que le dijo: "¿Qué haces aquí, Elías?" Él
respondió: "Me consume el celo por tu honra, Señor, Dios de los ejércitos,
porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y
asesinado a tus profetas; sólo quedo yo y me andan buscando para matarme".
El
Señor le dijo: "Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco. Ve y unge
a Jazael como rey de Siria; a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel; y a
Eliseo, hijo de Safat, úngelo como profeta, sucesor tuyo".
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 26
R/.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores.
Oye,
Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión; el corazón me dice que te
busque y buscándote estoy. R/.
No
rechaces con cólera a tu siervo, tú eres mi único auxilio; no me abandones ni
me dejes solo, Dios y salvador mío. R/.
La
bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y
en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN
(Flp 2, 15. 16)
R/.
Aleluya, aleluya.
Iluminen
al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida. R/.
Todo
el que mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su
corazón.
DEL SANTO EVANGELIO
SEGÚN SAN MATEO: 5, 27-32
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído que se dijo a los
antiguos: No cometerás adulterio.
Pero
yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio
con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de
pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu
cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha
es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te
vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de
castigo.
También
se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de
divorcio. Pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan
en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una
divorciada comete adulterio".
Palabra
del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Contempla,
Señor, los dones que presentamos en tu altar en la conmemoración de san Antonio
de Padua, y del mismo modo que, por estos santos misterios, le diste a él la
gloria, concédenos también a nosotros tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Cfr. Mt 24, 46-47)
Dichoso
el servidor a quien su amo, al volver, lo encuentre cumpliendo con su deber; yo
les aseguro que le confiará todos sus bienes.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que
esta mesa celestial, Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor
espiritual de todos los que celebramos la festividad de san Antonio de Padua,
para que conservemos íntegro el don de la fe y caminemos por el sendero de la
salvación que él nos señaló. Por Jesucristo, nuestro Señor.
HOMILIA DEL PAPA
FRANCISCO. Viernes 13 de Junio de 2014.
“EL SEÑOR CUANDO NOS
QUIERE DAR UNA MISIÓN NOS PREPARA”
Cuando
el Señor quiere confiarnos una misión, “nos prepara” para hacerla “bien”, y
nuestra respuesta debe estar basada en la oración y la fidelidad. Es el
pensamiento de síntesis de la homilía del Papa Francisco, en la misa celebrada
esta mañana en la Casa de Santa Marta.
Se
puede ser un día valientes opositores de la idolatría en servicio de Dios y al
día siguiente estar deprimidos hasta el punto de querer morir porque alguien,
en el curso de nuestra misión, nos ha asustado. Para equilibrar estos dos
extremos de la fuerza y fragilidad humana está y estará siempre Dios, siempre
que se permanezca fieles a Él. Es la historia del profeta Elías, que se
describe en la lectura del Libro de los Reyes, tomada por Papa Francisco en su
conjunto como un modelo de experiencia de toda persona de fe. El célebre
fragmento litúrgico del día, muestra a Elías en el Monte Horeb que recibe la
invitación a salir de la cueva en la que se encontraba, para presentarse ante
Dios . Cuando el Señor pasa, un fuerte viento, un terremoto y un incendio se materializan
en secuencia, pero en ninguno de ellos Dios se manifiesta. Luego, es el momento
de un ligero soplo de brisa y es en esto - recuerda el Papa - que Elías
reconoce “el Señor que pasa”. “Pero el Señor no estaba en el viento, en el
terremoto o en el fuego, sino que estaba en aquel susurro de brisa suave, en la
paz o, como dice el texto original –precisamente el original, en una bella
expresión - dice: "El Señor estaba en un hilo de silencio sonoro".
Parece una contradicción: estaba en aquel hilo de silencio sonoro. Elías sabe
discernir donde está el Señor, y el Señor lo prepara con el don del
discernimiento. Y luego, le da la misión”.
La
misión que Dios confía a Elías es aquella de ungir al nuevo rey de Israel y al
nuevo profeta llamado a sustituir al mismo Elías. Papa Francisco hace especial
hincapié en la delicadeza y en el sentido de paternidad con el que esta tarea
es confiada a un hombre que, capaz de fortaleza y celo a la vez, ahora parece
sólo un perdedor. “El Señor” – afirmó el Papa –“prepara el alma, prepara el
corazón, y lo prepara en la prueba, lo prepara en la obediencia, lo prepara en
la perseverancia”.
“El
Señor, cuando nos quiere dar una misión, cuando nos quiere dar un trabajo, nos
prepara. Nos prepara para hacerlo bien, como preparó a Elías. Y lo más
importante de esto no es que él haya encontrado al Señor, no, no, esto está
bien. Lo importante es todo el recorrido hasta el final para llegar a la misión
que el Señor le confía. Y esta es la diferencia entre la misión apostólica que
el Señor nos da y una tarea: "Ah, usted tiene que realizar esta tarea,
debe hacer esto...", una tarea humana, honesta, buena... Cuando el Señor
da una misión, siempre nos hace entrar en un proceso, un proceso de
purificación, un proceso de discernimiento, un proceso de obediencia, un
proceso de oración”.
Y
la “fidelidad a este proceso”, prosiguió Papa Francisco, es aquella de dejarnos
conducir por el Señor. En este caso, con la ayuda de Dios, Elías supera el
temor desencadenado en él por la reina Jezabel, quien había amenazado con
matarlo.
“Esta
reina era una reina malvada y mataba a sus enemigos. Y él tiene miedo. Pero el
Señor es más poderoso. Pero lo hace sentir como a él, también el grande y
bueno, necesita la ayuda del Señor y la preparación para la misión. Veamos
esto: él camina, obedece, sufre, discierne, reza... encuentra al Señor. Que el
Señor nos conceda la gracia de dejarnos preparar todos los días del camino de
nuestra vida, para que podamos dar testimonio de la salvación de Jesús”.
Fuente:
Radio Vaticana.
BREVE
EXPLICACIÓN DEL EVANGELIO
Comentario:
Padre Josep LIÑÁN
«Todo
el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio»
Hoy,
Jesús continúa profundizando en la exigencia del Sermón de la Montaña. No
deroga la Ley, sino que le da plenitud; por eso, su observancia es algo más que
el simple cumplimiento de unas condiciones mínimas para tener en regla los
papeles. Dios nos da la Ley del amor para llegar a la cima, pero nosotros
buscamos el modo de convertirla en la ley del mínimo esfuerzo. ¡Dios nos pide
tanto...! Sí, pero también nos ha dado lo máximo que puede dar, ya que se ha
dado a sí mismo.
Hoy,
Jesucristo apunta alto al manifestar su autoridad sobre el sexto y el noveno
mandamiento, los preceptos que se refieren a la sexualidad y a la pureza de
pensamiento. La sexualidad es un lenguaje humano para significar el amor y la
alianza, por tanto, no puede ser banalizada, como tampoco podemos convertir a
los demás en objetos de placer, ¡ni siquiera con el pensamiento!, de aquí esta
afirmación tan severa de Jesús: «Todo el que mira a una mujer deseándola, ya
cometió adulterio con ella en su corazón» (Mt 5,28). Es preciso, pues, cortar
el mal de raíz y evitar pensamientos y ocasiones que nos llevarían a obrar lo
que Dios aborrece; esto es lo que quieren indicar tales palabras, que pueden
parecernos radicales y exageradas, pero que los oyentes de Jesús entendían en
su expresividad: saca, corta, arroja...
Finalmente,
la dignidad del matrimonio debe ser protegida siempre, pues forma parte del
proyecto de Dios para el hombre y la mujer, para que en el amor y en la mutua
donación se conviertan en una sola carne, y al mismo tiempo es signo y
participación en la Alianza de Cristo con la Iglesia. El cristiano no puede
vivir la relación hombre-mujer ni la vida conyugal según el espíritu mundano:
«No debéis creer que por haber escogido el estado matrimonial os es permitido
continuar con una vida mundana y abandonaros a la ociosidad y la pereza; al
contrario, eso mismo os obliga a trabajar con mayor esfuerzo y a velar con más
cuidado por vuestra salvación» (San Basilio).
REFLEXION
Mt. 5, 27-32: El
adulterio. Comienza Jesús su discurso sobre el
adulterio, estableciendo que quien desee una
mujer en su corazón, comete adulterio (v. 28). Jesús está por la
fidelidad conyugal en el amor. Declara
inmoral no sólo el adulterio, sino también el deseo de adulterio en el corazón. Jesús interioriza la Ley, en
contra de los maestros judíos que
separaban la intención de la acción, el deseo equivale a la acción en el
hombre. El radicalismo de Jesús, queda
reflejado en el ejemplo del ojo arrancado y de la mano cortada, cómplices del deseo del corazón (v.
29). En cuanto al divorcio, Jesús afirma
la indisolubilidad del matrimonio, remitiéndose a la voluntad del Creador desde el comienzo, que fue anulada por la
permisividad de la ley mosaica, como la
interpretaron las escuelas rabínicas. El matrimonio indisoluble que
Cristo predica, devuelve la dignidad y
los derechos de la mujer y los equipara a los del varón (cfr. Dt. 24,1ss; Mt.19, 4-6). Estas antítesis,
contraponen el cumplimiento externo de la
Ley y las actitudes internas del hombre. De esta forma, Cristo
desacredita la casuística judía, la del
mínimo legal, la del mínimo esfuerzo, la que se conforma con el cumplimiento externo, la sola letra de la
Ley, sin el espíritu nuevo que Jesús le
infunde. El Maestro de Nazaret, exige más bien, el espíritu de la
norma, observancia impulsada por el amor
sin límites, que es lo que da plenitud a la Ley. Si Jesús le da la primacía al espíritu, sobre la
Ley, es para enseñarnos que la vida cristiana, no es un cumplimiento legalista, o
la observancia de un código de
preceptos. Este es un peligro que nos puede acechar, si no estamos
vigilantes. La vida cristiana y la moral
son mucho más que leyes. Es la respuesta personal a la salvación, don de Dios, manifestado en Cristo
Jesús, animada por la fe. El fin de la
Ley de Cristo, es hacernos hijos de Dios, libres y no esclavos de la
Ley. Mientras no nos liberemos del
legalismo, no habremos comprendido el discurso de las Bienaventuranzas, porque la Ley de Cristo, es
un crecimiento en el amor. Es la primacía de las actitudes interiores, sin
descuidar las manifestaciones externa, la
opción por Dios y su Reino, los valores que Jesucristo nos enseñó. La
libertad que Cristo nos consiguió con su
misterio pascual, es para vivir en la libertad de los hijos de Dios (cfr. Gál. 5, 1). En esa libertad, se
encuentra la raíz de la moral cristiana,
respuesta personal, fiel y llena de gratitud al don del amor de Dios en
Cristo Jesús (cfr. Gál. 5, 13s).
Siguiendo
la tradición bíblica y patrística, Teresa considera a Jesucristo Esposo
del alma bautizada. Si la monja
carmelita se desposa con ÉL con la consagración, debe gozar de todos los bienes de Quien la llamó y
amó desde siempre. “Sí, llegaos a pensar
y entender, en llegando, con quién vais a hablar o con quién estáis hablando. En mil vidas de las nuestras no
acabaremos de entender cómo merece ser
tratado este Señor, que los ángeles tiemblan delante de él. Todo lo manda, todo
lo puede; su querer es obrar. Pues razón
será, hijas, que procuremos deleitarnos en
estas grandezas que tiene nuestro Esposo, y que entendamos con quién
estamos casadas, qué vida hemos de tener.”
(Camino de Perfección 22,7).
(Homiletica
org / Padre Julio González Carreti. OCD
REFLEXION:
DOS MODALIDADES DE ADULTERIO
1
R 19, 9.11-16; Mt 5 27-32
La
narración del ciclo de Elías expone su profunda crisis interna; el profeta está
tan decepcionado de la rebeldía de su pueblo y de la persecución desatada en
contra suya, después de la ejecución de los profetas de Baal, que desprecia su
vida. Elías ha provocado al poder absoluto de Ajab y Jezabel y pretenden
exterminarlo. Elías vive su "noche oscura" y a su vez, recibe un
momento de consuelo al advertir la presencia del Señor en la suave brisa.
Israel se ha convertido en adúltero al abandonar al Señor. En la exhortación
del Evangelio de san Mateo, Jesús advierte acerca de las causas profundas que
generan la infidelidad entre los esposos. Quien autoafirma en demasía sus
deseos egoístas, lesiona la dignidad de los demás, es decir, de todos los
miembros de ambos núcleos matrimoniales. (www misal com mx)
Santos
Antonio de Padua,
Doctor de la Iglesia; Ramberto de Lyon, mártir.
Beata Mariana
Biernacka y compañeros, mártires.
Memoria (Blanco)
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