sábado, 7 de junio de 2014


LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
SÁBADO  07 DE JUNIO DE 2014.
VII SÁBADO DE PASCUA
Misa matutina
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hch 1, 14)
Los discípulos perseveraban unidos en la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la Madre de Jesús, y de los parientes de éste. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que quienes hemos celebrado estas fiestas pascuales, mantengamos, por tu gracia, su efecto en nuestra conducta y en toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Pablo permaneció en Roma y predicaba el Reino de Dios.

DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 28, 16-20. 30-31

En aquellos días, cuando llegamos a Roma, se le permitió a Pablo vivir en una casa particular, con un soldado de guardia. Tres días después de su llegada, convocó a los judíos principales, y una vez reunidos, les dijo:
"Hermanos, sin haber hecho nada en contra de mi pueblo, ni de las tradiciones de nuestros padres, fui preso en Jerusalén y entregado a los romanos. Ellos, después de interrogarme, querían ponerme en libertad, porque no encontraron en mí nada que mereciera la muerte. Pero los judíos se opusieron y tuve que apelar al César, sin pretender por ello acusar a mi pueblo. Por esta razón he querido verlos y hablar con ustedes, pues llevo estas cadenas a causa de la esperanza de Israel". Dos años enteros pasó Pablo en una casa alquilada; ahí recibía a todos los que acudían a él, predicaba el Reino de Dios y les explicaba la vida de Jesucristo, el Señor, con absoluta libertad y sin estorbo alguno.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 10
R/. El Señor verá a los justos con complacencia. Aleluya.

Desde su santo templo allá en el cielo, donde tiene su trono y su morada, los ojos del Señor miran al mundo y examina a los hombres su mirada. R/.

Examina a inocentes y malvados y aborrece al que ama la violencia. Pues es justo el Señor y ama lo justo, a los justos verá con complacencia. R/.

ACLAMACIÓN (Cfr. Jn 16, 7. 13) R/. Aleluya, aleluya.
Yo les enviaré el Espíritu de la verdad, y Él los irá guiando hasta la verdad plena, dice el Señor. R/.



Éste es el discípulo que ha escrito estas cosas, y su testimonio es verdadero.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 21, 20-25

En aquel tiempo, Jesús dijo a Pedro: "Sígueme".
Pedro, volviendo la cara, vio que iba detrás de ellos el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había reclinado sobre su pecho y le había preguntado: `Señor, ¿quién es el que te va a traicionar?' Al verlo, Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ¿qué va a pasar con éste?" Jesús le respondió: "Si yo quiero que éste permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú, sígueme".
Por eso comenzó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no habría de morir. Pero Jesús no dijo que no moriría, sino: 'Si yo quiero que permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?'
Éste es el discípulo que atestigua estas cosas y las ha puesto por escrito, y estamos ciertos de que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús y creo que, si se relataran una por una, no cabrían en todo el mundo los libros que se escribieran.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que el Espíritu Santo, al descender sobre nosotros, nos disponga para estos divinos misterios, ya que por él recibimos el perdón de los pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Pascua o de la Ascensión.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 16, 14)
El Espíritu Santo me glorificará, porque recibirá de mí, dice el Señor, lo que les irá comunicando. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acoge, Señor, compasivo, nuestras súplicas y así como hemos pasado de los antiguos misterios a los nuevos, así también, superado el viejo pecado, quedemos renovados por la santificación de nuestras almas. Por Jesucristo, nuestro Señor.



REFLEXIÓN

a.-Hch. 28,16-20.30-31: San Pablo en Roma
Esta lectura de Hechos nos muestra el último viaje de Pablo, camino a Roma,  pasando por Malta, Siracusa Reggio, Puzzuoli, cerca de Nápoles, ahí encuentra una  comunidad cristiana, lo que habla de una relativa libertad de la que gozaba Pablo  de parte de sus guardianes. Se queda con ellos una semana, luego el camino era  por tierra a Roma por la Vía Apia, le salen al encuentro hermanos cristianos en el  Foro Appio y en Tres Tabernas. Este relato lo quiere describir como la entrada  triunfal de Pablo a Roma; este primer encuentro con los cristianos es fundamental  para Pablo. El evangelio llega al corazón del mundo conocido, por  ello da gracias a  Dios. Su presencia viene a significar la misión a los gentiles comienza con el  rechazo del evangelio de parte de los judíos. El recorrido del Evangelio,  personificado en Pablo ha venido de Cesarea un camino triunfal hasta Roma. Pablo  es el apóstol de Dios que encadenado y todo no deja de evangelizar por donde  pasa, de alguna forma se cumplen las palabras de Jesús: Seréis mis testigos hasta  los confines de la tierra (cfr. Hch. 1, 8). Hasta en la cárcel, Pablo, puede  evangelizar, lo que habla de la benevolencia de los romanos con el cristianismo.  Reúne a los judíos, quiere saber si han llegado informes sobre él a Roma; la única  acusación que le habían hecho era conspirar contra las costumbres del pueblo de  Israel. Tuvo que acudir al emperador, porque si bien las autoridades lo querían  dejar libre, los judíos se opusieron. La esperanza de Israel, es la causa de su  prisión. Los judíos dicen no saber nada de su proceso, sólo han oído que la secta de  los cristianos en todas partes se la contradice (v. 22). Pablo expone el tema del  Reino de Dios, les presenta a Jesús, desde la Ley y los Profetas. Unos se aceptaron  su mensaje, otros lo rechazan y la escena termina recordando el apóstol que tal  endurecimiento de parte de los judíos había sido anunciado por Isaías (6,9-10),  serán los gentiles los que escucharán el mensaje de salvación. Luego de los dos  años de libertad vigilada, se piensa que Pablo recuperó la libertad, continuando con su actividad misionera. Sufre una segunda cautividad hasta dar la vida por Cristo  en el martirio.  
    
b.- Jn. 21, 20-25: El discípulo amado.   
El evangelio nos muestra una vez más vemos a Pedro y Juan juntos, donde se  presenta la indiscutible autoridad del primero, mientras que en aquella se apoya y  edifica la del segundo. Con ello el autor quiere dejar en claro la autoridad del cuarto  evangelio que indirectamente encuentra su origen en Juan, el discípulo amado.  Había sido anunciado el martirio de Pedro, por parte de Jesús, pero ¿qué sucedería  con Juan, el otro apóstol? El tiempo en que fue escrito este evangelio, el martirio  era la máxima expresión de fe y de glorificar a Dios. Por otra parte, hay que  considerar que muchos esperaban la venida del Señor, muchos ya habían muerto,  se pensaba que Juan, no moriría (v. 23), y por lo mismo estaría presente a su  regreso. El mismo Juan se encarga de aclarar y corregir esta situación porque en  este evangelio siempre está presente la realidad de la vida eterna con todo lo que  tiene de presente y de futuro. El discípulo amado da testimonio de todo cuanto está  escrito en este evangelio, porque él lo escribió. Detrás del cuarto evangelio, con  toda su autoridad, está el discípulo amado. Sabemos que su testimonio es  verdadero y el “nosotros lo sabemos” (v. 24), son la comunidad nacida alrededor  del apóstol y de su palabra. Son testigos de  que lo escrito en el evangelio proviene  de Juan, aunque se admite que esta última parte o segundo final, puede haber sido  escrito por algún discípulo de Juan. Es un testigo inmediato y directo de cuanto dijo  e hizo Jesucristo, para aceptemos su evangelio de gracia y amor. Nuestra fe se  apoya en el testimonio de los apóstoles, porque ellos creyeron, gracias a ellos,  también hoy nosotros podemos creer en Jesucristo y en su evangelio.
Nuestro ser  Iglesia es santa, católica y apostólica y por qué no decirlo también romana, porque  ahí entregaron su vida Pedro y Pablo, dos hombres gigantes en testimonio  de amor a Jesucristo el Señor. La tarea nuestra será edificar, como ellos, la Iglesia,  con nuestro testimonio apostólico.
En la visión de Cántico espiritual, Juan de la Cruz explica cómo los santos son la  corona de Jesucristo y de su Iglesia, en especial los mártires que derramaron su  sangre por la fe. Cuando comenta los versos: “Haremos las guirnaldas”, escribe:   “Este versillo se entiende harto propiamente de la Iglesia y de Cristo en el cual la  Iglesia, Esposa suya, habla con él diciendo: Haremos las guirnaldas entendiendo  por guirnaldas todas las almas santas engendradas por Cristo en la Iglesia, que  cada una de ellas es como una guirnalda arreada de flores de virtudes y dones, y  todas ellas juntas son una guirnalda para la cabeza del Esposo Cristo. Y también se  puede entender por las hermosas guirnaldas, que por otro nombre se llaman  lauréolas, hechas también en Cristo y la Iglesia las cuales son de tres maneras: La  primera, de hermosas y blancas flores de todas las vírgenes, cada una con su  lauréola de virginidad, y todas ellas juntas serán una lauréola para poner en la  cabeza del Esposo Cristo. La segunda lauréola, de las resplandecientes flores de los  santos doctores, cada uno con su lauréola de doctor, y todos juntos serán una  lauréola para sobreponer en la de las vírgenes en la cabeza de Cristo. La tercera,  de los encarnados claveles de los mártires, cada uno también con su lauréola de  mártir, y todos ellos juntos serán una lauréola para remate de la lauréola del  Esposo Cristo. Con las cuales tres guirnaldas estará Cristo Esposo tan hermoseado  y tan gracioso de ver, que se dirá en el cielo aquello que dice la Esposa en los  Cantares (3, 11): Salid, hijas de Sión, y mirad al rey Salomón con la corona con  que le coronó su madre en el día de su desposorio y en el día de la alegría de su  corazón. Haremos, pues, dice, estas guirnaldas en tu amor florecidas.” (CB 30,7).
(Homiletica org / Padre Julio Gonzalez Carretti OCD)

REFLEXION: TESTIMONIO VERDADERO
Hch 28,16-20. 30-31; Jn 21,20-25
La función de testimoniar a Jesús resucitado era una de las acciones que daban sentido a hombres tan dispares como Juan, el pescador de Galilea, convertido en dirigente renombrado de numerosas comunidades cristianas, que lo reconocían como "el discípulo amado" y a Pablo, "intelectual judío versado en las Escrituras". Los firmantes del cuarto Evangelio, aquilatan el testimonio de Juan y acreditan la confiabilidad del mensaje de vida. Por su parte, en el cierre de los Hechos de los Apóstoles, san Lucas nos reporta la comparecencia de Pablo en la sinagoga romana. Su llegada a la capital del imperio fue discreta. No pretendía llamar la atención para no contravenir las órdenes que le impusieron los jueces. Sin embargo, aún desde la prisión domiciliaria, testimoniaba el reinado de Dios ante las personas de buena voluntad que buscaban salvarse. (www misal com mx)


Santos
San Roberto de Newminster, abad; Pedro de Córdoba y compañeros, mártires.
 Beata Ana de San Bartolomé, religiosa.

Feria (Blanco)


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