miércoles, 9 de marzo de 2011

Ayunaré, Señor


Ayunaré, Señor

Porque, sin tenerte cerca de mí,
mi paladar no me permite gustar
ni desear otra cosa que no sea a Ti.

Ayunaré, Señor.
Para tener hambre de Ti
y, para que deseándote sólo a Ti,
amanezca pensando en Ti,
camine pensando en Ti,
y descanse soñando en Ti.

Rezaré, Señor.
Para que, el maligno, no anide en mí,
y dejándome llevar por tu Espíritu,
salga vencedor en toda tentación
que me aleja de Ti, Señor.

Ayudaré, Señor.
Donde exista una mano abierta,
la colmaré con mi solidaridad.
Donde asomen las lágrimas,
intentaré ser la voz de tu consuelo.
Donde aparezca el desánimo,
sembraré en tu nombre la esperanza.

Ayunaré, rezaré y ayudaré.
Sabiendo que, en esta subida hacia la Pascua,
eres Tú quien me invita ayunar de lo superfluo,
a orar en mi encuentro personal contigo,
y ayudar a los más necesitados.
Para ello, Señor, conviérteme con tu gracia.
Eso… me basta.
Amén.

P. Javier Leoz

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