miércoles, 24 de mayo de 2017



LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
MIÉRCOLES 24 DE MAYO DE 2017    
SEXTA SEMANA DE PASCUA

NUESTRA SEÑORA MARÍA AUXILIADORA

Hech 17, 15-16. 22-18, 1; Sal 148; Jn 16, 12-15



ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 50; 21, 23

Te alabaré, Señor, ante las naciones y anunciaré tu nombre a mis hermanos. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor, que así como celebramos solemnemente el misterio de la resurrección de tu Hijo, merezcamos también gozar con todos los santos cuando vuelva en su gloria. El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Les anuncio a ese Dios que ustedes veneran sin conocerlo.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 17, 15-16. 22-18, 1

En aquellos días, los cristianos que ayudaron a Pablo a escapar de Berea, lo llevaron hasta la ciudad de Atenas. Pablo los envió de regreso con la orden de que Silas y Timoteo fueran a reunirse con él cuanto antes.
Un día, mientras los esperaba en Atenas, Pablo sentía que la indignación se apoderaba de él, al contemplar la ciudad llena de ídolos. Entonces se presentó en el Areópago y dijo: "Atenienses: Por lo que veo, ustedes son en extremo religiosos. Al recorrer la ciudad y contemplar sus monumentos, encontré un altar con esta inscripción: 'Al Dios desconocido'. Pues bien, yo vengo a anunciarles a ese Dios que ustedes veneran sin conocerlo.
El Dios que hizo el mundo y todo cuanto hay en Él, siendo el Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por hombres, ni es servido por mano de hombres, como si necesitara de algo o de alguien; porque Él es quien da a todos la vida, el aliento y cuanto tienen.
De un solo hombre sacó todo el género humano para que habitara toda la tierra, determinó las épocas de su historia y estableció los límites de sus territorios. Dios quería que lo buscaran a Él y que lo encontraran, aunque fuera a tientas, pues en realidad no está lejos de nosotros, ya que en Él vivimos, nos movemos y somos. Como lo ha dicho alguno de los poetas de ustedes: 'Somos de su mismo linaje'.
Por lo tanto, si somos linaje de Dios, no debemos pensar que Dios es como una imagen de oro, plata o mármol, labrada artísticamente por los hombres según su imaginación. Dios no tomó en cuenta la ignorancia de la gente en tiempos pasados, pues ahora quiere que todos los hombres se conviertan, porque tiene determinado un día en el cual ha de juzgar al universo con justicia, por medio de un hombre designado por Él, y ha dado a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre los muertos".
Al oír hablar de la resurrección de los muertos, algunos se burlaron y otros dijeron: "De esto te oiremos hablar en otra ocasión". Entonces Pablo se retiró. Sin embargo, algunos se adhirieron a él y creyeron. Entre ellos se contaban Dionisio, el areopagita; una mujer, que se llamaba Dámaris, y algunos más. Después de esto, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 148, 1-2. 11-12. 13.14

R/. La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra. Aleluya.

Alaben al Señor en las alturas, alábenlo en el cielo; que alaben al Señor todos sus ángeles, celestiales ejércitos. R/.
Reyes y pueblos todos de la tierra, gobernantes y jueces de este mundo; hombres, mujeres, jóvenes y ancianos, alaben al Señor y dénle culto. R/.
El nombre del Señor alaben todos, pues su nombre es excelso, su gloria sobrepasa cielo y tierra y ha hecho fuerte a su pueblo. R/.
Que alaben al Señor todos sus fieles, los hijos de Israel, el pueblo que ha gozado siempre de familiaridad con Él. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 16
R/. Aleluya, aleluya.

Yo le pediré al Padre y Él les dará otro Consolador, que se quedará para siempre con ustedes, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

El Espíritu de verdad los irá guiando hasta la verdad plena.

Del santo Evangelio según san Juan: 16, 12-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, Él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios, nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 15, 16.19

Yo los elegí del mundo, dice el Señor, y los destiné para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.


REFLEXIÓN

Hech. 17, 15-16. 22-18, 1. Pablo ha convivido un poco de tiempo con los atenienses mientras espera el arribo de sus compañeros en el apostolado, Silas y Timoteo. El Areópago era un espacio público donde cualquiera podía exponer lo que quisiera para que, quien también así lo decidiera, pudiera escuchar las novedades en las doctrinas o investigaciones. Pablo aprovecha ese espacio para proclamar a Jesucristo y su misterio salvador. Su forma de dirigirse a los presentes es inculturando el Evangelio, aprovechando la cultura filosófica y poética de los atenienses. No todo fue un fracaso, pues algunos se adhirieron a él y creyeron.
El mundo actual nos presenta muchos espacios mediante los cuales hemos de dar a conocer a Cristo, sin olvidarnos de los espacios más cercanos a nosotros como son la familia y las fuentes de trabajo o esparcimiento.
Hemos de ser totalmente leales al Evangelio de Cristo para no diluirlo tratando de no herir conciencias. Jesucristo nos ha confiado el anuncio de la Buena Nueva para que seamos, no testigos timoratos, sino testigos de la Verdad con la valentía que procede de la presencia de su Espíritu en nosotros.
El conocimiento de la realidad de quienes nos ven y escuchan nos hará no anunciarles el Evangelio con superficialidad sino como la Palabra que llega hasta lo más profundo de su espíritu y los mueve a darle una respuesta real, verdadera al Señor.
 
Sal. 148. Alabado sea el Nombre sublime del único Dios, creador de cielos y tierra y de todo cuanto ellos contienen. Que todas sus criaturas le eleven cantos de alabanza; de un modo especial todos los seres humanos, que no sólo lo alaben, sino que le rindan culto, pues Él es el único Dios y Señor de todo lo creado.
Pero que, especialmente, se alegre el pueblo de Israel, escogido por Dios como pueblo suyo de entre todas las criaturas y pueblos del orbe.
Y alegrémonos nosotros, alabemos y bendigamos al Señor que nos hizo y nos llamó, sin mérito nuestro, para que no sólo fuéramos pueblo suyo, sino para que, participando de su misma vida en Cristo, en Él seamos hijos suyos; esta es la nueva y definitiva alianza entre Dios y nosotros.
Que no sólo lo alabemos y le demos culto, sino que nuestra vida se convierta en el fiel testimonio de la presencia del Señor en nuestros corazones.
 
Jn. 16, 12-15. Juan escribe al final del Evangelio: Jesús hizo muchas otras cosas. Si se pusieran todas por escrito, pienso que ni en el mundo entero cabrían los libros.
El auténtico discípulo de Jesús caminará hacia la verdad plena a impulsos del Espíritu Santo. La Misión del Espíritu Santo no es llenar nuestra cabeza de conocimientos. Para entender este pasaje de la Escritura hemos de entrar dentro de la intención de san Juan al escribir el Evangelio: Dios es la Verdad y el Amor. Jesús, el Hijo que está en el Padre y el Padre en Él, nos ha revelado quién y qué es Dios. Nosotros hemos conocido la Verdad y el Amor de Dios no sólo en los discursos, sino en la vida y la persona misma de Jesucristo, Evangelio viviente del Padre.
Quien viva unido a Cristo, en Él participa de la misma vida que el Hijo recibe del Padre. El camino del creyente en esta vida será un camino de purificación constante para poder vivir en mayor plenitud esa unión con el Hijo de Dios. Este camino de purificación y unificación en Dios no es obra del hombre, sino del Espíritu Santo que nos conduce hacia esa plenitud en la Verdad. Entonces podremos ser constructores de unidad y de paz entre nosotros sin que nadie pueda romper esa unidad o resquebrajar esa paz que ha nacido del amor que el Señor nos ha manifestado hasta el extremo.
Cuando la Iglesia manifiesta todos estos signos y los va viviendo con mayor madurez, está indicando que realmente es la Iglesia de Cristo, guiada por el Espíritu de Verdad, hasta que se revele con toda claridad el rostro de Cristo en ella para todos los pueblos.
En la Eucaristía hemos llegado a Aquel que es la Verdad plena. Hacia Él nos ha conducido el Espíritu Santo, enviado a nosotros por Jesús desde el seno del Padre. Por eso nos dice Jesús: Nadie puede venir a mí, si el Padre, que me envió, no se lo concede; y al que venga a mí yo no lo echaré fuera.
De la forma como hayamos llegado a esta celebración se ha servido el Espíritu de Dios para que estemos en torno a Jesús y entremos en comunión de vida con Él.
El Pan de vida nos fortalece, pero además nos instruye acerca del amor que se convierte en exigencia de oblación a favor de los demás para que, como Iglesia, seamos el instrumento del Espíritu Santo, que siga atrayendo y conduciendo a todos los pueblos hacia la unión con Cristo y, por medio de Él, con el Padre Dios.
El Señor se ha dirigido a nosotros en esta Celebración para instruirnos también con su Palabra. Que esa Palabra no caiga en el vacío, sino que el Espíritu Santo nos la haga comprender para que la vivamos y podamos dar testimonio, con nuestras obras, de que en verdad somos hijos de Dios y de que somos fieles a sus enseñanzas.
Jesucristo nos pide tomar nuestra cruz de cada día y seguirlo, indicándonos que sólo el camino de la cruz es el camino de la glorificación, de la alegría, de la paz, de la plenitud en la verdad.
Tal vez el anuncio de la cruz de Cristo no sea del agrado de muchos. Probablemente muchos se burlen y se alejen pensando que hay otros caminos para lograr la paz interior y la felicidad; caminos más fáciles, menos complicados, menos sufridos. Él nos pide que sepamos escuchar la voz del Espíritu y no nos dejemos engañar por quienes piensan que la salvación es nuestra glorificación al margen de Jesús.
No hay otro camino de salvación, sino sólo Jesucristo; y a Él lo conocemos crucificado por nosotros para ser glorificado junto con nosotros.
Seamos la Comunidad de creyentes en Cristo que aman hasta el extremo, que no nos quedemos en medias tintas; que no sean nuestros pensamientos ni nuestras imaginaciones, que no sean nuestras doctrinas cómodas, insulsas y faltas de compromiso auténtico las que nos guíen, sino la fuerza y la valentía del Espíritu que ha sido derramado en nuestros corazones.
Roguémosle a nuestro Dios y Padre que nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la mujer fiel al Espíritu del Señor, la gracia de comprender y vivir con amor y fidelidad sus enseñanzas y, así, nos dejemos moldear por el Espíritu Santo como hijos suyos en Cristo Jesús. Amén.
 
Homilia  catolica



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