sábado, 13 de mayo de 2017



LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
DOMINGO 14 DE MAYO DE 2017
QUINTO DOMINGO DE PASCUA

Hech 6, 1-7, 1 Pe 2, 4-9;Sal 32; Jn 14, 1-12



ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 97, 1-2

Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas y todos los pueblos han presenciado su victoria. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, lleva a su plenitud en nosotros el sacramento pascual, para que, a quienes te dignaste renovar por el santo bautismo, les hagas posible, con el auxilio de tu protección, abundar en frutos buenos, y alcanzar los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Eligieron siete hombres llenos del Espíritu Santo.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 6, 1-7

En aquellos días, como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días.
Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron: "No es justo que, dejando el ministerio de la Palabra de Dios, nos dediquemos a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra".
Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos.
Mientras tanto, la Palabra de Dios iba cundiendo. En Jerusalén se multiplicaba grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso de sacerdotes había aceptado la fe.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 32, 1-2. 4-5. 18-19

R/. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos. R/.
Sincera es la Palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.

SEGUNDA LECTURA

Ustedes son estirpe elegida, sacerdocio real.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 2, 4-9

Hermanos: Acérquense al Señor Jesús, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios; porque ustedes también son piedras vivas, que van entrando en la edificación del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo, destinado a ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios, por medio de Jesucristo. Tengan presente que está escrito: He aquí que pongo en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado.
Dichosos, pues, ustedes, los que han creído. En cambio, para aquellos que se negaron a creer, vale lo que dice la Escritura: La piedra que rechazaron los constructores ha llegado a ser la piedra angular, y también tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella los que no creen en la palabra, y en esto se cumple un designio de Dios. Ustedes, por el contrario, son estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada a Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 6
R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Yo soy el camino, la verdad y la vida.

Del santo Evangelio según san Juan: 14, 1-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy".
Entonces Tomás le dijo: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" Jesús le respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le replicó: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Invoquemos a Cristo, camino verdad y vida y, como pueblo sacerdotal, pidámosle por las necesidades de todo el mundo diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que Cristo, esposo de la Iglesia, llene de alegría pascual a todos los que se han consagrado a la extensión de su reino, roguemos al Señor.
Para que Cristo, piedra angular del edificio, ilumine con el anuncio evangélico a los pueblos que aún desconocen la buena nueva de la resurrección, roguemos al Señor.
Para que Cristo, estrella luciente de la mañana, seque las lágrimas de los que lloran y aleje del dolor las penas de los que sufren, roguemos al Señor.
Para que Cristo, testigo fidedigno y veraz, nos conceda ser, con nuestra alegría evangélica, sal y luz para los hombres que desconocen la victoria dela resurrección, roguemos al Señor.
Señor Dios, Padre todopoderoso, que te has revelado en Cristo como maestro y redentor, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz que, acercándonos a él, la piedra angular desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante ti, seamos edificados, también nosotros, como templo del Espíritu y sacerdocio sagrado. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua, pp. 499-503 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 1. 5

Yo soy la vid verdadera y ustedes los sarmientos, dice el Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto abundante. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.




REFLEXIÓN

1.- CONOCER A CRISTO ES LA ÚNICA FORMA HUMANA DE CONOCER A DIOS

Por Gabriel González del Estal

1.- Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. En el evangelio de San Juan se nos dice más de una vez que a Dios no le ha visto nadie, excepto aquel que vive con el Padre, Cristo Jesús. El mismo Cristo nos dice hoy en el evangelio: si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Y lo que decimos del conocer, lo decimos también del ser: el que tiene el espíritu de Cristo tiene el espíritu de Dios. Por tanto, nuestra tarea mientras vivimos en este mundo es conocer a Cristo y vivir según el espíritu de Cristo. Si hacemos esto, conocemos a Dios y vivimos en Dios. No se trata sólo de conocer la vida humana del Cristo histórico, sino de identificarnos con el espíritu de Cristo, de intentar vivir como él vivió, intentar imitar y seguir su estilo de vida. En la vida puede haber muchos caminos para llegar a un sitio determinado, pero el camino recto y más corto siempre es uno sólo. Pues bien, para nosotros, los cristianos, el camino recto y más corto para llegar a Dios es Cristo Jesús. Para esto no necesitamos saber mucha teología, ni ser personas muy cultas, nos basta con amar a Cristo con toda nuestra alma, vida y corazón. No han conocido y amado a Dios más los ricos y sabios que los pobres, sencillos y humildes. Las verdades y ciencias humanas no siempre acercan a Dios; es el amor a Dios lo que de verdad nos acerca a Dios. Y el que ama a Dios, ama al prójimo en Dios. Hagamos, pues, de Cristo, del espíritu de Cristo, nuestro único camino, nuestra única verdad y nuestra única vida. No son los políticos, ni los economistas, ni los científicos, los que más nos van a ayudar a conocer a Dios y a vivir en Dios, es conocer, amar a Cristo y vivir según su espíritu lo que de verdad nos acerca a Dios y nos hace vivir en Dios. Cristo está en el Padre y el Padre está en Cristo. Si nosotros vivimos en Cristo, vivimos en Dios.

2.-En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro ordinario no atendían a sus viudas. Los apóstoles convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron: no nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, escoged a siete de vosotros… y los encargaremos de esta tarea. En primer lugar, es bueno reconocer que ninguna comunidad humana es perfecta: la perfección es algo a lo que debemos aspirar siempre, precisamente porque nunca la poseemos del todo, mientras vivimos en esta vida. La Iglesia, nuestra Iglesia, es una Iglesia que siempre necesita reformas. Por eso, no debemos extrañarnos de los Papas, obispos y demás fieles, que intentan hacer cada día hacer una Iglesia mejor. Esto lo debemos aplicar también a cada uno de nosotros mismos: necesitamos vivir cada día con espíritu de conversión, tratando siempre de ser un poco mejores. Otra idea digna de ser tenida en cuenta en este texto de los Hechos es la forma que los apóstoles emplearon para solucionar esta imperfección, eligiendo a los siete diáconos. Fue una forma católica y democrática, convocando al grupo y exponiéndoles su opinión. Una opinión que fue aceptada unánimemente por toda la comunidad cristiana. A esto debe aspirar también hoy nuestra Iglesia.

3.- También vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu. Un cristiano es piedra viva del templo del Espíritu cuando vive y actúa con el Espíritu de Cristo. Cristo es la piedra viva que desecharon los constructores, pero que Dios Padre escogió como piedra angular. Si nosotros vivimos en Cristo, participamos automáticamente del templo del Espíritu de Cristo. Y no olvidemos que el Espíritu de Cristo es espíritu de amor, humildad y verdad.

2.- SEGUIR EL CAMINO DE JESÚS ES ENCONTRARSE CON EL HERMANO

Por José María Martín OSA

1.- El camino verdadero. Felipe expresa la aspiración más profunda del hombre, aspiración que nadie de nosotros logra colmar. Todo hombre sigue un camino u otro. Todo hombre busca encontrar la verdad. Y todo hombre desea, en fin, que su vida no termine para siempre. A esos tres profundos anhelos del hombre da Jesús respuesta en el evangelio de hoy. En él, y en vivir la vida como Jesucristo la vivió, está la respuesta a los interrogantes y las búsquedas del hombre. El Camino a seguir, La Verdad a encontrar, la Vida que no se pierde, están al alcance de nuestra mano. Elegirlos o rechazarlos es cosa nuestra. Cuando el hombre pregunta por el camino está preguntando por el sentido y meta de su existencia. La palabra "camino" se empleaba en el Antiguo Testamento para designar la ley de Moisés como cauce y dirección que el hombre ha de conocer y aceptar si quiere llegar a la felicidad que anhela. En Jesús es Dios quien personalmente ha venido al hombre, abriéndole así el camino. Jesús afirma que El en persona es el camino verdadero y viviente que sustituye a la ley mosaica. Confiados en El sabemos que saldremos airosos de nuestra propia limitación y de la del mundo que nos rodea, por dura que sea la contradicción. Está bien marcado el sentido último de nuestra misión cristiana: vivir como Jesús ha vivido y tener la misma manera de pensar adaptada al mundo de hoy. Jesús puede hacer que el hombre sea feliz ya desde ahora.

2.- Jesús resucitado de entre los muertos es "la piedra viva". Así lo expresa la Primera Carta de Pedro. Desechado por los hombres, excomulgado por los jefes de Israel y eliminado por los romanos de la comunidad de los vivos, es ahora la base y el fundamento de la nueva convivencia de los hijos de Dios. Sobre él se edifica la Iglesia. Por la fe, todos tenemos acceso a Cristo y a la nueva vida, participamos en su resurrección y somos también nosotros "piedras vivas". El Samo 32 alaba la misericordia de Dios, porque su “plan subsiste por siempre y los proyectos de su corazón de edad en edad”. Tenemos la certeza de que nuestro servicio a la causa del progresivo reinado de Dios tiene futuro y no es una ilusoria utopía. La certeza no nace de nuestro prestigio social, de nuestras cualidades humanas, de nuestro número o de nuestras técnicas: “No vence el rey por su gran ejército, no escapa el soldado por su mucha fuerza... ni por su gran ejército se salva”. La certeza brota de la seguridad de que Dios ha puesto sus ojos en nuestra pobre humanidad, reanimándonos en nuestra escasez, alegrándonos en nuestras penas, auxiliándonos en las situaciones desesperadas: “Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor.”.

3.- Iglesia samaritana. Seguir el camino de Jesús no es fácil. Hay limitaciones internas: nuestro propio egoísmo y las debilidades que nos desvían del camino. No obstante, nos dice San Agustín que “es mejor ser cojo en el camino, que un atleta fuera de él”. La vida es una lucha en la que no estamos solos, Dios está siempre a nuestro lado. También hay dificultades externas: la incomprensión de los nuestros, la sociedad secularizada, la burla hacia lo religioso, la indiferencia reinante en el ambiente, la persecución……Los cristianos de todos los tiempos han tenido también estas dificultades. Ninguna comunidad, por muy perfecta que sea y muy conjuntada que viva, está libre de tensiones. Incluso podemos decir que las tensiones son necesarias y ayudan a crecer. Así sucedió en la primitiva comunidad cristiana, como relata el Libro de los Hechos de los Apóstoles. Las quejas de uno de los grupos, los helenistas, dio origen a un mejor estudio de la realidad. Se habló libremente por parte de todos, y apareció oportuno dividir las tareas y las responsabilidades. Surge así la institución de la diakonía (diaconía), el servicio de la caridad, o la caridad hecha servicio. La diakonía será una de las dimensiones fundamentales de la Iglesia, junto al culto y la palabra. La lista de los primeros diáconos está encabezada por Esteban. Su misión es la misión que hoy ha asumido Cáritas en la comunidad cristiana: servir al hermano pobre y necesitado. Pero Cáritas somos todos y cada uno de los miembros de la comunidad. Seguir el camino de Jesús hoy es ser iglesia samaritana, hospital de campaña, salir al encuentro del hermano solo y perdido.

3.- HEMOS DE PROCURAR IMITAR A CRISTO

Por Antonio García-Moreno

1.- DISCORDIA.- La liturgia de Pascua sigue poniendo ante nuestra consideración textos del libro de los Hechos de los Apóstoles, retazos de la vida de los primeros cristianos. Ya hemos visto cómo vivían todos unidos con un solo corazón y con una sola alma, cómo se ayudaban los unos a los otros en todo lo que podían, moral y materialmente.

Sin embargo, hoy vemos que ya entonces hubo dificultades en la convivencia, roces entre unos y otros, opiniones encontradas. Entonces eran los cristianos de lengua griega contra los cristianos de lengua hebrea. No están conformes con su actuación y protestan, llegando a decir que es injusta, poco imparcial.

Los Apóstoles serán los encargados de dirimir la cuestión, serán los árbitros y jueces cuya decisión se aceptará incondicionalmente. Y como entonces, también luego, muchas veces a lo largo de los siglos, serán los sucesores de los Apóstoles, con el Papa a la cabeza, los que solucionen las cuestiones debatidas, los que digan la última palabra. A nosotros sólo nos queda aceptar con espíritu de fe lo que sea, estemos o no de acuerdo.

Ante las quejas, los Apóstoles responden: "No nos parece bien descuidar la Palabra de Dios para dedicarnos a la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la Palabra" (Hch 6, 2-4).

Era lo propio de ellos, rezar y predicar. Lo otro, el atender a los pobres, con ser una cosa muy buena, no era propiamente lo suyo. Ellos habían de tener tiempo para la oración y para proclamar el mensaje de Cristo. Por eso deciden que propongan a siete hombres de buen espíritu y de buena formación, para que atiendan al servicio de beneficencia.

Son los primeros diáconos. Es digno de notar cómo son los Apóstoles los que les imponen las manos, consagrándolos para la misión que se les encomienda. El pueblo fiel sólo los propone, y eso porque los Apóstoles así lo determinan. Es un detalle más de la condición jerárquica, no democrática, de la Iglesia. Cristo mismo lo quiso así, y por mucho que soplen los aires de una fácil demagogia, la Iglesia no podrá cambiar sus estructuras, las que el Señor instituyó.

2.- JESÚS ES EL CAMINO.- Son muchas las ocasiones en que Jesucristo anima a los suyos, exhortándolos a que no tengan miedo, a que no pierdan la calma. En otras ocasiones les echa en cara su falta de fe, su actitud apocada o temerosa. Para un hombre que cree en el poder y el amor de Dios, no es concebible el miedo y la angustia. En esta ocasión que consideramos, las palabras de Jesús fueron pronunciadas en la última Cena, en la víspera de su pasión y muerte. Por eso tienen un mayor significado y valor.

Hay muchas moradas en la mansión del Padre, les dice, hay sitio para todos. Algunos han interpretado estas palabras como reconocimiento de que hay múltiples formas de caminar hacia Dios, y que pueden ser divinos todos los caminos de la tierra. Desde luego, es cierto que Dios, al querer libre al hombre, permite muchas maneras de amarle y de servirle. Esto nos ha de animar a caminar por nuestro propio sendero, con alegría y con decisión, conscientes de que si lo recorremos con la mirada puesta en Dios, amándole con toda el alma, nuestro camino, sea el que sea, nos llevará hasta la meta ansiada, hasta la salvación eterna de nuestra alma.

Todo camino humano, por tanto, puede ser divino. Para ello es preciso recorrerlo, decíamos, con la mirada puesta en Dios, queriéndole sobre todas las cosas. Jesús nos lo específica y aclara todavía más, nos señala sin titubeos el camino, diciéndonos que él mismo es el Camino, la Verdad y la Vida. Por eso es necesario que todos los caminos humanos, para ser divinos, han de pasar de una forma u otra por Cristo mismo. Es decir, en nuestro caminar de cada día hemos de procurar imitar a Cristo, ser fieles a su doctrina de paz y de gozo, de esfuerzo y de lucha.

De aquí la importancia de contemplar con frecuencia la vida de Cristo, de escuchar y de meditar sus palabras, de tratarle en la oración, de recibirle en nuestra alma en la Sagrada Comunión, limpios y fortalecidos con la recepción frecuente del sacramento de la Penitencia. Hay que vivir con el afán constante de no apartarnos nunca de Cristo y de estar pendiente de él, hagamos lo que hagamos. De ese modo nos iremos pareciendo más y más a Jesús, llegaremos a identificarnos con él, hasta el extremo de que su camino sea nuestro propio camino.

4.- JESÚS; ¿ES EL TODO?

Por Javier Leoz

El Buen Pastor, que nos descubre una puerta con horizonte amplio y divino, nos presenta tres “ases” para una buena jugada en esta tierra: es el Camino, es la Vida y es la Verdad. Combinarlas, sin confundirlas con otras cartas con trampa y de cartón, será nuestra misión y sobre todo nuestro reto.

1. Los primeros seguidores de Jesús no pensemos que lo tenían fácil ni claro. Había que optar por Jesús. Estaban un tanto desconcertados con sus palabras y, para colmo, ya no era que Cristo tuviera que ser el eje fundamental de su vida sino que, dando una vuelta más a la tuerca, habría de convertirse en el único camino, en la auténtica verdad y en la referencia más absoluta para su vivir. Cada uno vivía como vía (con sus propias cartas) y a nadie se le escondía que seguir a Jesús era trigo molido.

-Frente a las confusiones de las ideologías dominantes, Jesús, es un camino que aporta seguridad y confianza

-Frente a las falsedades, maquilladas con la crema del modernismo, se alza la verdad de un Jesús sustentada en Dios y no, como la del mundo, en los intereses de algunos en contra de otros

-Frente a la muerte, a veces pregonada como avance (el aborto, la eutanasia o muerte asistida), Cristo nos recuerda que su proyecto es un plan de vida y que nadie, excepto el Padre, puede considerarse dueño de la vida de los demás.

2. Como siempre nos queda una asignatura pendiente: creer y conocer a Jesús. Para testimoniarlo primero hay que sentirlo (como María en sus entrañas), reconocerlo (como los de Emaús) e imitarlo (como los apóstoles) desde el convencimiento y no como si fuera un simple disfraz semanal. El mayor peligro y contradicción que muchos católicos podemos tener es hacer de Jesús un insignificante atajo (no camino) por el que nos colamos cuando queremos para recibir simplemente unos sacramentos; cuando lo entendemos como un consejo (no como verdad suprema).

Ya sabemos que una famosa sentencia aquello de “existen muchos caminos que conducen a la única vedad”. Pero ello no nos quita para que, como cristianos, estemos convencidos de que el único CAMINO (certero, limpio, justo, y comprometido) que nos lleva a Dios es precisamente Jesucristo Salvador. Decir lo contrario es caer en una religión a la carta: recojo esto que me conviene y dejo aquello que no me agrada.

3.- Frente a senderos relativistas apostemos por un Jesús permanente y auténtico. Ante aquellos que proclaman sus ideas como verdades, dejémonos seducir por un Señor que coloca la verdad en el lugar que le corresponde y, ante “vidas minúsculas” acerquémonos a Cristo como fuente y cumbre de una vida que es antesala de otra que nos aguarda.


5.- LAS MORADAS DEL CIELO

Por Ángel Gómez Escorial

1.- Los fariseos perseguían a Jesús acusándole de no desvelar su verdadera naturaleza, su condición de Mesías. Él les respondía que hablaba con claridad, pero ellos no le creían. ¿No nos pasará lo mismo a nosotros? ¿No seguiremos dando vueltas a un asunto que no tiene vuelta de hoja? ¿No hizo lo mismo el Apóstol Felipe lo que provocó la respuesta precisa de Jesús?: ¿"Hace tanto --dice el Señor-- que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?". Llevamos ya mucho tiempo a su lado y parece que no lo conocemos. Va añadir el Maestro: "Quien me ha visto a mí ha visto al Padre". Pero hay muchos cristianos fuera de la Iglesia Católica que no aceptan la divinidad de Jesús y formulan varios supuestos insólitos que limitan el poder y la libertad de Dios.

2.- Y es que el Evangelio de San Juan que leemos hoy es como una declaración fuerte y precisa del Salvador. Proclama su divinidad: "Quien me ha visto a mí ha visto al Padre"; se ofrece de guía para nuestra vida: "Yo soy el camino y la verdad y la vida". Nos espera junto al Padre y es mediador para el género humano. Las moradas del Cielo están acondicionadas por el mismo Jesús. Y nuestra felicidad futura será inefable porque la ha preparado la Segunda Persona de la Trinidad. Pero se nos olvida y nos enredamos y perdemos nuestro tiempo y multitud de venalidades o de perversos procederes. Estamos, pues, como los fariseos de tiempos de Cristo, preguntando lo que ya sabemos porque Jesús nos lo ha referido.

3.- Es muy útil que la liturgia de este tiempo pascual, preparatorio del Pentecostés, para cuando el Señor nos envíe el Espíritu, marque perfectamente el perfil de las cosas que debemos saber. El Evangelio de Juan escrito ya cuando las primeras herejías habían hecho mella en alguna comunidad cristiana tiene que afirmar inequívocamente circunstancias que los otros evangelistas al darlas por sabidas e incuestionables no enfatizaban tanto. A la postre, el hombre histórico --de todas las épocas-- con muy poca fe en Dios y con ínfimo aprecio a la condición humana, discute siglo tras siglo la doble naturaleza de Cristo. El Señor Jesús es Dios y Hombre Verdadero. Resucitó al tercer día y está en cuerpo glorioso, sentado junto al Padre, como le vio el primer mártir, Esteban. Y es esto lo que no se admite, para aceptar otras cosas que, también, desde un punto de vista racionalista y "natural" son muy difíciles de admitir. Pero se tenderá a hacer --por soberbia disfrazada de perspicacia inteligente-- una religión a la medida. Jesús, una vez más dice la verdad, pero nadie le cree...

4.- La lectura continuada de los Hechos de los Apóstoles nos presenta episodios de esos primeros años de la vida de la Iglesia. En fin, que los fieles han crecido en número y es necesario que los Apóstoles se encarguen de la transmisión de la Palabra. La atención a los fieles más débiles debe ser ejercida por otros. Y así se designan siete diáconos. El diaconado aparece ya y continuará hasta nuestros días en los que se reverdece la opción de los diáconos permanentes. Y esa siembra fue prodigiosa. De ella, saldrá el primer mártir de la Iglesia, Esteban, apedreado y muerto por su fe, por su bondad y su belleza espiritual. También "nacerá" un predicador que emulará a los Apóstoles en su labor de explicar la Escritura y la Palabra: Felipe.

5.- La Primera Carta de Pedro hace referencia a las piedras vivas que somos todos los creyentes y que con ellas se construye el verdadero edificio de la Iglesia, pues es antes espiritual que material. La mejor construcción es la que hace el Espíritu en la Iglesia y para los espíritus de sus hijos. Jesús fue la piedra angular rechazada por los arquitectos de su tiempo. Y lo que pasó el Maestro ocurrirá a los discípulos: el mundo actual no se basa en las piedras vivas inspiradas por el Espíritu Santo. Este mundo nuestro de ahora vive en pos del dinero, del poder, del éxito material. Y, sin embargo, cada vez necesita más el basamento que es la palabra y el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo. Pedro es también piedra y fue, según la promesa de Cristo, la piedra hoy completamente viva sobre la que se erige la Iglesia de Dios. Su sucesor, el Papa, continua la labor de mantenimiento de una estructura de amor, se servicio, de entrega a los hermanos, mientras que se ejerce un sacerdocio de adoración a Dios. Se instituye el sacerdocio común de los todos los bautizados. Son vibrantes estos textos y este tiempo de Pascua. El Señor ha resucitado y alegres --y confiados— esperamos al Espíritu que nos renueve.

La homilia de Betania.-



No hay comentarios:

Publicar un comentario