LECTURAS DE LA EUCARISTÍA
JUEVES 08 DE JUNIO DE 2017
NOVENA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO -A-
Is 52, 13-53, 12; Lc 22, 14-20
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Hb 7, 24
Cristo, mediador de la nueva alianza, por el hecho de permanecer para siempre, posee un sacerdocio perpetuo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para gloria tuya y salvación de todos los hombres constituiste sumo y eterno sacerdote a tu Hijo, Jesucristo, concede a quienes él ha elegido como ministros suyos y administradores de los sacramentos y del Evangelio, la gracia de ser fieles en el cumplimiento de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Él fue traspasado por nuestros crímenes.
Del libro del profeta Isaías: 52, 13-53, 12
He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en alto. Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante, que no tenía ya aspecto de hombre; pero muchos pueblos se llenaron de asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo que nunca se les había contado y comprenderán lo que nunca se habían imaginado. ¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se le revelará el poder del Señor? Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto. No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto atrayente; despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el castigo que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados.
Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus años y por medio de él prosperarán los designios del Señor. Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los crímenes de ellos.
Por eso le dará una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 39, 7-8a. 8b-9. 10-11a-b. 17
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Cuántas maravillas has hecho, Señor y Dios mío, cuántos planes en favor nuestro. Nadie se te puede comparar. R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/.
No callé tu justicia, antes bien, proclamé tu lealtad y tu auxilio. Tu amor y tu lealtad no los he ocultado a la gran asamblea. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Is 42, 1
R/. Aleluya, aleluya.
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. R/.
EVANGELIO
Hagan esto en memoria mía.
Del santo Evangelio según san Lucas: 22, 14-20
En aquel tiempo, llegada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: "Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, porque yo les aseguro que ya no la volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento en el Reino de Dios". Luego tomó en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias y dijo: "Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios".
Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio diciendo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía". Después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: "Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que Jesucristo, nuestro Mediador, haga que te sean aceptables, Señor, nuestras ofrendas y que su sacrificio redentor nos haga vivir cada día más unidos a él, para que toda nuestra vida sea grata a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El sacerdocio de Cristo y el ministerio de los sacerdotes.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Ya que, por la unción del Espíritu Santo, constituiste a tu Unigénito Pontífice de la alianza nueva y eterna, y en tu designio salvífico has querido que su sacerdocio único se perpetuara en la Iglesia.
En efecto, Cristo no sólo confiere la dignidad del sacerdocio real a todo su pueblo santo, sino que, con especial predilección, elige a algunos de entre los hermanos, y mediante la imposición de las manos, los hace partícipes de su ministerio de salvación, a fin de que renueven, en su nombre, el sacrificio redentor, preparen para tus hijos el banquete pascual, fomenten la caridad en tu pueblo santo, lo alimenten con la palabra, lo fortifiquen con los sacramentos y, consagrando su vida a ti y a la salvación de sus hermanos, se esfuercen por reproducir en sí mismos la imagen de Cristo y te den un constante testimonio de fidelidad y de amor.
Por eso, Señor, con todos los ángeles y santos, te alabamos, cantando llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en el sacrificio y recibido en la comunión, sean para nosotros, Señor, el principio de una vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
REFLEXIÓN
“He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes”
Lc 22, 14-20
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. HE DESEADO ARDIENTEMENTE COMER ESTA PASCUA CON USTEDES
Cuando llegó la hora, Jesús se puso a la mesa con los apóstoles, y les dijo: “He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión. Los elementos propios de San Lucas en la institución eucarística, que son los que se destacan aquí, son varios. En las narraciones de la institución eucarística, siendo fundamentalmente las mismas, literariamente se notan dos grupos diferenciados: San Mateo-San Marcos y San Lucas-Pablo - 1 Cor 11:23-26 - El primer grupo parece representar la tradición de alguna iglesia Palestina, Jerusalén, mientras que el otro representa la tradición de una iglesia helenística.
Los tres sinópticos traen una mención especial en este pasaje. San Mateo-San Marcos lo ponen después de la institución eucarística. En él, Jesús anuncia a sus apóstoles que ya no beberá más este vino hasta que lo beba nuevo con ellos en el reino. El banquete eucarístico evoca este otro banquete escatológico, esta vida futura, representada en el medio ambiente por la imagen de un banquete. Pero San Lucas le da una situación literaria distinta y un sentido también algo distinto.
2. NO BEBERÉ MÁS DEL FRUTO DE LA VID HASTA QUE LLEGUE EL REINO DE DIOS
Lucas construye con esta mención un paralelo con la institución eucarística. Con él anuncia el fin de la vieja Pascua, sustituida por la muerte de Jesús y renovada en la Eucaristía, memorial de su muerte (Lc 22:19). San Lucas pone un paralelismo para expresar su pensamiento: - porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios - Ni volverá a beber esta Pascua, - “no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios” -
Este segundo verso hace ver que San Lucas le da un sentido, no escatológico, como San Mateo-San Marcos, a esta nueva Pascua, sino eclesial.
Este nuevo banquete que El comerá con ellos en el reino, la Iglesia, se lo suele interpretar, no en sentido metafórico, sino de las comidas que debían tener lugar después de la resurrección, y que él -San Lucas - es el único en mencionar.
3. “ESTA COPA ES LA NUEVA ALIANZA SELLADA CON MI SANGRE”.
En San Lucas, por el hecho de haber puesto en este cuadro la metáfora del cáliz como parte del banquete escatológico, - Este cáliz es la Nueva Alianza en mi Sangre -, creó en la tradición manuscrita una fuerte oscilación. Algunos escribientes - copistas -, creyendo que era una repetición este cáliz del que luego cita al hablar de la consagración eucarística, quitaron unas veces la narración del primero y otras la del segundo.
Después de la bendición se bebía la primera copa ritual; luego se hacía la haggadah, o relato de la Pascua. Este lo hacía el que presidía, citando los textos Dt 26, Ex 13; 12:29; 1:14, a petición del más joven de los presentes; aquí probablemente Juan. Luego se cantaba la primera parte del Hallel - Sal 113-14 -, y después se partía y daba el pan. Este debió de ser el momento de la consagración del pan eucarístico.
4. HAGAN ESTO EN MEMORIA MÍA
San Lucas es el único evangelista que, después de la consagración del pan, añade en boca de Jesús: Hagan esto en memoria mía. - hagan esto en recuerdo mío -, Pablo, en el lugar paralelo, trae esta fórmula dos veces. La fórmula es auténtica. El concilio de Trento definió doctrina de fe que con ella Jesús ordenó sacerdotes a los apóstoles y les preceptuó que ellos y sus sucesores ofreciesen el sacrificio eucarístico La ausencia de esta fórmula en San Mateo-San Marcos se debe, seguramente, a que, procediendo estos relatos eucarísticos inmediatamente del uso litúrgico, no se creyó necesario, en ciertas catequesis, conservarla, máxime cuando les podía resultar innecesaria, ya que está implicada en la celebración eucarística, la nueva Pascua.
Se ha hecho notar que esta fórmula tiene alguna afinidad literaria con ciertas fórmulas de textos grecorromanos, con los que algún personaje funda banquetes funerarios que han de celebrarse en su memoria después de su muerte. Pero esto sólo indica que, no recogiéndose en un principio esta fórmula, cuando se la quiso incorporar, San Lucas-Pablo la formularon literariamente acaso al modo usado en el mundo helenístico.
5. QUE SE DERRAMA POR USTEDES
San Lucas, a diferencia de San Mateo-San Marcos, en las dos fórmulas de la consagración pone por vosotros, - que va a ser derramada por ustedes -. Seguramente es debido a la liturgia, de donde pasa directamente a los evangelios, y que se adapta en su enunciación a los cristianos asistentes.
Esta anamnesis es, en sustitutivo de la Vieja Alianza, la constante renovación de este sacrificio redentor. La Antigua Alianza era una memoria (Ex 12:14; 13:9; Dt 16:3). Pero ésta era para un judío la restitución de una situación pasada en un momento desaparecido, esto significa que cada uno, al recordarse de la liberación de Egipto, debe saber que él mismo es objeto del acto redentor, en cualquier generación a que él pertenezca. Así también, de alguna manera, la nueva Pascua eucarística, que tiene a todo hombre vinculado a ella por el sacrificio de la cruz, no hace otra cosa que actualizar, y no puede faltar, el sacrificio redentor, al que todos están por necesidad vinculados. Aquí esta memoria es anunciar la muerte del Señor (1 Cor 11:26) al renovar su mismo sacrificio redentor: la nueva y eterna alianza.
6. DE IGUAL MODO, DESPUÉS DE CENAR, TOMÓ EL CÁLIZ DICIENDO
San Lucas es el único evangelista que dice que la consagración del cáliz tiene lugar después de cenar. - De igual modo, después de cenar, tomó el cáliz diciendo - Los otros sinópticos sólo dicen que la institución eucarística se realiza mientras cenaban. No es más que efecto del ritual de la cena pascual. Tenía diversas partes, pero la cena estrictamente dicha terminaba con la comida del cordero pascual, aunque seguían después nuevos complementos. Y San Lucas no hace otra cosa que precisar el momento de la consagración del cáliz, que fue precisamente después de comer el cordero. Acaso correspondió al tercer cáliz de vino que se bebía después de comer el cordero, y que se llamaba el cáliz de bendición, por las largas bendiciones que sobre él se hacían (1 Cor 10:16).
Esta cena pascual judía que relata san Lucas, obtiene un nuevo sentido, al pasar a ser un anuncio de la muerte del Maestro. Jesús es el inicio de la nueva alianza, Jesús quiere fervientemente establecer la novedad de su trato con los hombres. Lucas reclama la importancia de la celebración.
Estos gestos remiten a su muerte en la cruz, que da origen a la nueva alianza, la cual sólo alcanzará su totalidad en el Reino que viene.
7. JESÚS, QUIERE CELEBRAR CADA DÍA LA PASCUA CON NOSOTROS
El eje del relato está en las palabras de Jesús sobre el pan y el vino. Reflejan, junto con los relatos de san Mateo y san Marcos, y también de san Pablo, cómo se celebraba la eucaristía en las primeras comunidades cristianas.
Hoy se hace presente en el mundo a través de los discípulos que siguen al Maestro y celebran comiendo juntos la cena pascual y entregándose al servicio los unos de los otros, para que el mundo crea. Es así, como en nuestras comunidades eucarísticas continuamos el memorial de Jesús, celebramos la nueva alianza y encendemos nuestros corazones con el fuego de su ardiente caridad.
Jesús, quiere celebrar cada día la pascua con nosotros y se nos hace presente en la celebración eucarística, Él quiere estar con nosotros, y le pedimos al mismo tiempo que se quede con nosotros. La eucaristía, nos fortalece, no anima, nos entrega paz en nuestro corazón, acudimos a ella llenos de esperanza y la convertimos en nuestra principal celebración.
La Paz de Cristo Jesús viva en sus corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA
CRISTO JESÚS, ES LA NUEVA Y ETERNA ALIANZA ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES
La narración de Lucas, reúne los elementos esenciales de la última Cena de Jesús. La cena se da en un ambiente escatológico, no es simplemente una cena más con sus discípulos sino una anticipación del gran banquete escatológico que ofrece la plenitud de su misterio y comparte la gloria del Padre en el Reino de Dios. Hay todo un camino entre ese fondo histórico y la tensión hacia el Reino de Dios: “Les dijo: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.» (vv. 15-16). Tendiendo hacia el Reino, Jesús ofrece a sus discípulos este banquete, recuerdo de su presencia y anticipación de la cena escatológica, la plenitud de su misterio a través del simbolismo del pan y de la copa de vino, convertido en su Cuerpo y Sangre, expresión de la nueva alianza (vv. 19-20). Sobre el pan dice que es su cuerpo que se entrega por vosotros (v.19); la comida que les ofrece es una presencia que los alimenta, es el pan que forma el cuerpo, que unifica a los discípulos con Cristo Jesús y con los que creerán en el futuro. Esta nueva forma de presencia de Jesús entre los suyos por medio de su cuerpo es expresión de unión comunitaria y escatológica de los hombres conforman la realidad de este misterio. Sobre la copa dice: “De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.” (v. 20). Cristo Jesús, es la nueva y eterna alianza entre Dios y los hombres, establece una comunión para siempre. Las antiguas alianzas, quedaron obsoletas, sólo Jesús abre el verdadero camino que lleva al Padre, de ahí que en su persona se centra el misterio de la alianza, por eso la ofrece a sus discípulos como herencia perpetua. Pero esa alianza es sellada en la sangre, es decir, a través de la muerte, por eso participar en el cáliz de Jesús es participar de su sacrificio, haciendo ofrenda de la propia vida por el prójimo. La Eucaristía dominical es aprender a vivir en el cuerpo de Cristo, es decir, en el sacrificio, banquete y memorial de su pasión, muerte y resurrección, para crear comunión y servir a Dios y el prójimo.
Fr. Julio González C. OCD
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