Ven Espíritu Santo, renueva la faz de la tierra.
Espíritu del Padre y del Hijo, Dios uno y Trino, lléname del don del Santo Temor de Dios con una filiar reverencia y sumisión a nuestro Padre celestial. Que no tema a nada más que ofenderte por el pecado. Que tenga siempre el corazón dispuesto a tu servicio y humillada en tu presencia. Oh bendito Espíritu de Santo Temor, penetra en lo más íntimo de mi corazón, que te tenga ante mi rostro para siempre. Ayúdame a huir de todas las coasa que te puedan ofender y hazme merecedor ante los ojos puros de tu Divina Majestad en el Cielo, donde Tú vives y reinas en unidad de la Santísima Trinidad. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
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