Concédenos tus siete dones según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito.
Salva al que busca salvarse.
Danos tu gozo eterno.
Ven, Oh Espíritu Divino, llena mi corazón con tus frutos celestiales: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
Que nunca esté cansada en el servicio de Dios sino que, por contínua y fiel sumisión a tu inspiración, merezca estar eternamente unida Contigo, en el amor del Padre y del Hijo. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
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