Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo.
Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito.
Salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Oh, Espíritu Santo, concédeme el más perfecto de los dones, que todo lo bueno venga a mi con tu Sabiduría, con ella fortalece mi fe, fortifica mi esperanza, perfecciona mi caridad y promueve en mi la práctica de las virtud en el más alto grado. Que tu Sabiduría ilumine mi mente para discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra nada valen.
Ven, Oh Espíritu de Sabiduría, revela a mi alma los misterios de las cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas sobre todo y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario