martes, 30 de diciembre de 2008

Creo que "por la consagración del pan y del vino se hace la conversión de toda la sustancia del pan en la sustancia de Cristo Nuestro Señor, y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su Sangre: conversión que ha sido llamada por la Santa Iglesia Católica conveniente y propiamente transustanciación."
"Os doy mi palabra,si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros.El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.Pues mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en Mí, y Yo en él. Como me envió el Padre que vive, y Yo vivo por el Padre. Así también el que me come, vivirá por mí. Este es el Panqué ha bajado del cielo, no como el que comieron vuestros padres y murieron, el que come este Pan, vivirá eternamente." Jn 6,48-58
"Cada vez que coméis este pan y bebéis este cáliz anunciáis la muerte del Señor hasta que vuelva." ICor 11,26
"Voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo para que donde esté Yo estéis también vosotros." Jn 14,2-3
"Pero en el sacrificio eucarístico está presente sobre todo bajo las especies eucarísticas. En este Sacramento, en efecto, de modo singular el Cristo total e íntegro, Dios y Hombre, se halla presente sustancial y permanentemente. Esta presencia de Cristo bajo las especies, se dice "real" no por exclusión, como si las otras no fueran "reales"', sino por excelencia." Pablo VI, Eucharisticum Mysterium, núm. 9
La Eucaristía es el centro perenne del Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia; y es la presencia contínua y perrenne de Cristo entre nosotros.
"Creemos todo lo que cree y enseña como revelado por Dios el Magisterio infalible de la Iglesia. Explícita y especialmente, hacemos profesión de las verdades de fe relacionados con el Misterio Eucarístico."Nuestro Salvador, en la Última Cena, la noche que le traicionaban, instituyó el sacrificio Eucarístico de su Cuerpo y Sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la Cruz, y a confiar así a su Esposa la Iglesia el memorial de su muerte y Resurrección: Sacramento de piedad, Signo de unidad, Vínculo de caridad, Banquete pascual, en el que se come a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria futura." CONCILIO VATICANO IIConst. Sagrada Liturgia, 47
"La Eucaristía es el Sacramento de la comunión. Cristo se da a Sí mismo a cada uno de nosotros, que lo recibimos bajo las especies eucarísticas. Se da a Sí mismo a cada uno de nosotros que comemos el manjar eucarístico y bebemos la bebida eucarística. Este comer es signo de la Comunión. Es signo de la unión espiritual en la que el hombre recibe a Cristo, se le ofrece la participación, en su espíritu, encuentra de nuevo en Él particularmente íntima la relación con el Padre: Siente particularmente cercano el acceso a Él...
La comunión es un vínculo bilateral. No sólo recibimos a Cristo, sino que también Cristo recibe a cada uno de nosotros. Por así decirlo, Él acepta siempre en este Sacramento al hombre, lo hace su amigo."
JUAN PABLO II,Cateq. 13-6-79
"No hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres por el que nosotros podamos ser salvados." Hechos 4,12
"María está, presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones eucarísticas. Así como Iglesia y Eucaristía son un binomio inseparable, lo mismo se puede decir del binomio María y Eucaristía. Por eso el recuerdo de María en la celebración eucarística es unánime, ya desde la antigüedad, en las Iglesias de Oriente y Occidente." JUAN PABLO II,Encíclica Ecciesía de Eucharistia, núm. 57.
"María estuvo junto a la cruz (Cf. Jn 19,15) sufriendo profundamente con su Unigénito y asociándose con ánimo materno a su sacrificio, adhiriéndose amorosamente a la inmolación de la víctima por Ella engendrada y ofreciéndola Ella misma al Padre Eterno. Para perpetuar en los siglos el Sacrificio de la Cruz, el Salvador instituyó el Sacrificio Eucarístico, memorial de su muerte y resurrección, y lo confió a la Iglesia su Esposa, la cual, sobre todo el domingo, convoca a los fieles para celebrar la Pascua del Señor hasta que Él venga: lo que cumple la Iglesia en comunión con los santos del cielo y, en primer lugar, con la bienaventurada Virgen, de la que imita la caridad ardiente y la fe inquebrantable." PABLO VI,Marialis cultus, núm. 20
"Hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también que se entregó a Sí mismo como rescate por todos." Tím 2,5s. Cfr. Heb 8, 6.9.15
Cristo dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida." Jn 14,6
"Nadie va al Padre sino por Mí."Jn 14,6
Pidamos con confianza al Padre en nombre de Jesucristo y nos será concedido.
"Yo os aseguro: lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis." Jn 16,23ss. Cfr. Jn 14,13.15.16
Y tenemos una gran intercesora ante Jesucristo, su Madre la Santísima Virgen María.
En primer lugar, ella nos dió el Cuerpo de Cristo, al dar a luz al Salvador sin la participación de hombre alguno. Cristo fue hecho hombre en las entrañas de la Virgen María, por obra del Poder de Dios, del Espíritu Santo. En consecuencia, la carne de Jesús es la carne de María. En él están contenidos sólamente los cromosomas de María, puesto que no hubo participación de otro ser humano en su concepción.
Cuerpo de Jesús, cuerpo de María. Sangre de Jesús, Sangre de María. Donde está Jesús, está su madre la Virgen María. Por eso, en toda Eucaristía está presente la Virgen María, Madre de Jesús, Madre de la Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo.
El Santísimo Sacramento es el Cuerpo de Cristo presente en la Hostia consagrada y en el vino consagrado, que ya no es pan, ya no es vino, luego de la consagración, sino verdaderamente el Cuerpo de Cristo Resucitado.
Bendito, amado y adorado sea el Santísimo Sacramento del altar.