miércoles, 28 de abril de 2010

LA FIDELIDAD

Dios es fiel, nos ha dejado el auxilio de los sacramentos para mantenernos fieles a El. Especialmente el auxilio de la Eucaristía como fuente y culmen de la vida cristiana. la fidelidad es el cumplimiento de la palabra dada, está vinculada a la lealtad en el servicio, a la entrega cotidiana. También es el cumplimiento de la promesa la cual ha sido hecha en completa libertad, puesto que si no hacemos esa promesa con la libertad correspondiente, no sería exigible a futuro. Por ello debe ser hecha con la voluntad inicial y a futuro de no engañar a quien debo ser fiel. Una promesa hecha de esa manera, sin coacción ninguna, nos obliga a llevar a feliz término lo prometido.
La persona que promete es fiel si cumple a pesar de los cambios en las condiciones iniciales, en las ideas, en el comportamiento propio o de los otros, en situaciones distintas.  El que promete se arriesga a futuro. Una promesa debe ser bien pensada, responsablemente y en libertad, si en verdad queremos ser fieles a futuro.
Debe ser analizada en posibles circunstancias favorables o desfavorables en situaciones venideras. Una promesa no se hace a la ligera porque una persona fiel no traiciona la confianza puesta en ella. El que otorga confianza merece fidelidad.
La fidelidad evoca constancia, confiabilidad, caredibilidad, honestidad. El que es fiel permanece firme en lo que comienza y lo lleva a feliz término. en cumplimiento de la palabra dada.
El mundo ataca por la parte debil al hombre y lo atrae con gran fuerza. Sólo Dios puede dar la fortaleza para cumplir la palabra dada.
Dios busca a personas fieles y las auxilia con los dones de su Espíritu Santo para fortalecer su corazón débil inclinado a la infidelidad, al temor, a la comodidad, a la soberbia y a todo aquello que nos aleja de su plan de salvación. Dios ama a su pueblo y le exige ser fiel a El.
Todos somos llamados a ser fieles, pero sólo Dios es en quien  se puede confiar plenamente.
El siempre cumple su palabra y no nos abandona a pesar de nuestras infidelidades.
Dios es fiel y nos pide reciprocidad, que cumplamos con nuestra fidelidad a El: "Mantente fiel hasta la muerte y te daré la Corona de la vida" Ap 2:10.
Ante la debilidad innata del ser humano, debemos acudir frecuentemente a la oración y a la Eucaristía, previa confesión de los pecados, para obtener la fuerza que viene de lo alto, y así, siendo fieles a la vocación a que nos  ha llamado Dios, obtener la corona prometida.
Estamos llamados a la santidad, pero sin el auxilio divino nada podemos. Por eso Cristo le dijo al apóstol San Pablo: "Te basta con mi gracia" 2Cor 12:9
Pidamos al Señor por la Iglesia entera, especialmente por nuestros sacerdotes, en estos tiempos tan difíciles en que están siendo atacados por el maligno enemigo para hacerlos que abandonen la promesa de fidelidad que un día le dieron al Señor al aceptar ser pastores de su rebaño, y fieles a su iglesia fundada en Pedro.
Señor, danos muchos y santos sacerdotes.
Señor danos la gracia de la fidelidad a tu Iglesia Santa Católica y Apostólica.
Señor, da a tus sacerdotes infieles el arreplentimiento y el regreso a tu Santa Iglesia
Señor, danos familias santas donde florezcan muchas vocaciones sacerdotales, que siempre tengamos quien celebre la Eucaristía y el Sacramento del perdón.
Señor, da a tu Iglesia la fidelidad que nos pides.
Señor, da al Santo Papa Benedicto XVI salud y fortaleza para seguir apacentando tus ovejas.
Oh María, Gracia Plena, Esposa del Espíritu Santo, intercede por nosotros ante tu Divino Hijo y consíguenos la gracia de ser fieles a los dones que hemos recibido el día de nuestro Bautismo.


MARIA SANTÍSIMA, LA MUJER SIEMPRE FIEL.


Fiel es quien cumple lo prometido. La Virgen María fue siempre fiel a  su fe en Dios, hasta entregarse en el calvario junto con su Hijo. Al pie de la cruz. Acompañando a su Hijo Jesucristo, se entregó con El desde la Anunciación del Angel, aceptando libremente ser la Madre de Jesús, hasta  el final de sus días en la tierra cuando fue asunta al cielo en premio a su fidelidad a Dios. Por su fidelidad recibió la corona prometida.
Madre Santísima, ayúdanos a ser fieles, para poder alcanzar la corona prometida.
Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.